El XVII fue un siglo difícil para Europa. La crisis económica y las continuas disputas religiosas provocarían que se sucedieran las guerras y hambrunas. Este es el panorama en el que eclosionaría el Barroco, un estilo artístico que contará con un innegable carácter propagandístico, ya que sería usado desde Italia (cuna del estilo) y España como un instrumento fundamental en la defensa del catolicismo, en Francia para justificar el absolutismo, y en los Países Bajos para promover las ansias nacionalistas de la burguesía.
Será este un estilo totalmente contrapuesto al clasicismo. Ahora se apuesta por lo recargado, lo exagerado y artificioso, por ostentar de una forma orgullosa y casi altiva y sorprender a toda costa.
Como en el resto de Europa, el Barroco pervivirá en España durante todo el siglo XVII y la primera mitad del XVIII, aunque es cierto que habrá zonas en las que su desarrollo se extienda hasta la llegada del XIX. La monarquía hispánica era la gran defensora de los valores de la Reforma Católica y esto quedará reflejado en el arte, tanto en su temática como en el uso propagandístico que le dieron las altas instancias del poder político y eclesiástico. El Barroco constituye la época predilecta de la cultura española. Ningún estilo arraiga tanto en el gusto de la población de nuestro estado como este.
La respuesta está en la Historia capítulo 17: El esplendor del barroco andaluz Vídeo de Canalsur alojado en Youtube |