2.2. La Independencia de África

Si haces clic en la imagen podrás ver una animación que hemos preparado sobre la descolonización africana

Independencia del Magreb

Es en el Norte de África donde se inicia la descolonización del continente. Las primeras naciones en lograrlo son Libia en 1951, liberada de Italia por los aliados, y Egipto, que logró desembarazarse del dominio británico gracias a la determinación del líder nacionalista y panarabista Nasser.

Estos logros animarían a Marruecos y a Túnez, hasta entonces protectorados franceses, a reclamar también su derecho de autodeterminación. Las autoridades francesas, que en un principio quisieron frenar estas ansias nacionalistas a través de algunas concesiones, al final terminarían por reconocer la independencia de ambos en 1956.

Muy distinta fue la actuación de Francia en el caso argelino, ya que en esta colonia vivían más de un millón de acomodados franceses que querían prolongar sus lazos con la metrópolis. Ante los éxitos del independentismo en los terrenos coloniales franceses de Asia y el Magreb, el Frente de Liberación Nacional (FLN) se lanzó al objetivo de expulsar a los franceses de Argelia mediante una guerra de guerrillas. A Francia no le tembló el pulso y envió un gran contingente de tropas a la colonia para acabar con los guerrilleros, iniciándose una brutal guerra que duraría siete años y que provocaría una gran crisis en la República Francesa. En 1962, De Gaulle acabará por aceptar por los Acuerdos de Evian un referéndum para la independencia de Argelia, en el cual se impondrán por abrumadora mayoría los defensores de la independencia.

África Negra

Haz clic en el mapa para ampliar Imagen en Wikimedia Commons de Nobelium bajo CC

Hacia mediados de siglo, los territorios africanos al sur del Sahara pertenecían a los imperios inglés, francés, belga y portugués.

Lo que estaba ocurriendo en el Magreb se convirtió un buen de estímulo para estos territorios y aparecieron también en ellos los movimientos nacionalistas. Teniendo esto en cuenta, tanto Inglaterra como Francia empezaron a adoptar medidas encaminadas hacia el autogobierno de los nativos con la intención de lograr mantener una vinculación provechosa con ellos a través de organizaciones como la Commonwealth o la Unión Francesa. El problema de estos pueblos era que nunca habían sido estados antes de la dominación colonial y que sus fronteras habían sido marcadas por las potencias europeas sin tener en cuenta consideraciones nacionales, étnicas o lingüísticas. Este hecho generaría una gran cantidad de conflictos entre los africanos tanto durante el proceso de independencia, como una vez conseguida la misma.

Del Imperio Británico la primera nación en independizarse fue Ghana en 1957. Tras ella también lo haría Nigeria (1960), aunque ésta pronto se vio sumida en una guerra civil entre etnias que acabaría con la secesión de Biafra. Paulatinamente, también irían logrando la emancipación Uganda en 1962, Kenia y Tanzania en el 63, y Zambia, Rhodesia del Norte y Malawi en el 64. Los problemas más grandes se dieron en el Sur, donde había una gran población de colonos blancos reticentes a aceptar ser gobernados por los negros a los que explotaban, llegándose en ellos a establecer la política de apartheid, convirtiéndose tanto la República Sudafricana, como Rhodesia del Sur en estados independientes en los que se negaba a la mayoría negra el derecho de participar en la política.

Respecto a las colonias francesas en África, hay que decir que, en un principio, la mayoría de las colonias emancipadas aceptaron la fórmula de integrarse en la Unión Francesa una vez les fue concedido el autogobierno. En este primer momento, solo Guinea optó por una independencia plena, pero apenás un par de años después, la tendencia cambió y casi todas las naciones siguieron el ejemplo guineano, por lo que la Unión Francesa quedaría relegada a ser un mero organismo de cooperación entre estados totalmente independientes.

La independencia del antiguo Congo belga fue más accidentada. Bélgica no contaba con otras colonias y se había dedicado simplemente a expoliar los recursos minerales de este territorio, sin preparar mínimamente a los africanos para un posible autogobierno. De esta forma, en cuanto hubo el menor movimiento nacionalista en la zona, las autoridades belgas abandonaron rápidamente estas tierras sin organizar nada. Así, cuando en 1960 se proclamó la República del Congo, no tardaron en aparecer los conflictos étnicos entre los congoleños, e incluso hubo un intento de separación de la zona más rica, Kananga. Finalmente, en 1965 Mobutu, mediante un golpe de estado, instauraría su poder en todo el territorio, pasándose éste a llamar República del Zaire, denominación que se mantendría hasta 1997, año en que pasará a llamarse República Democrática del Congo.

En cuanto a las colonias portuguesas de Mozambique, Angola y Guinea Bissau, como ya hemos dicho, pese a sus esfuerzos nacionalistas, no lograrían su independencia hasta cuando, a mediados de los años setenta, Portugal se convirtiera en un país democrático a raíz de la Revolución de los Claveles.

Soldados por la independencia de Guinea Bissau en los años 70 Imagen en Wikimedia Commons de Joao Carvalho bajo Dominio Público