3. La época imperial
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Imagen de elaboración propia |
Importante
El sistema político que estableció Augusto era de hecho una monarquía, pero manteniendo las formas de la República. El emperador se presentaba como el protector de la República.
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Retrato de Augusto, conocido como Augusto de Prima Porta (Museos Vaticanos, Roma) Imagen de Till Niermann en Wikimedia Commons. Licencia CC BY-SA |
Se llama principado al sistema de gobierno que impuso Augusto. Consiste en los siguiente:
- El emperador controla el ejército y acumula mayor riqueza que nadie. Esas son las bases reales de su poder.
- El emperador se reserva algunos poderes importantes y el cargo de pontífice máximo, el sumo sacerdote del Estado romano. Además ocupa con frecuencia las máximas magistraturas (cónsul, censor...). Pero permite a la aristocracia seguir compitiendo por las magistraturas, el gobierno de las provincias, los mandos militares y los puestos en el Senado. Nadie se atreve a tomar decisiones importantes si él se opone, pero fuera de esos casos el emperador permite que las antiguas instituciones republicanas sigan funcionando normalmente.
- El emperador emplea su dinero en pagar a los soldados, financiar obras públicas y dar al pueblo pan y entretenimiento. O sea, al gastar más que nadie, manda más que nadie.
Augusto evitó en todo momento ser llamado rey. Pero eso no quita que tratara de crear una dinastía, es decir, que tratara de mantener el poder dentro de su familia. A partir de él, el Imperio fue pasando de una familia a otra, sucediéndose varias dinastías. Además, con el tiempo los emperadores fueron mostrándose más claramente como reyes, acumulando mayor poder.
Para saber más
Reyes que no querían nombrarse reyes
Las dinastías romanas no fueron largas. A menudo se interrumpían de forma violenta. Incluso dentro de la misma dinastía, no fue frecuente que el hijo heredara el cargo del padre, ni había una ley de sucesión establecida para ello. Frecuentemente, el "hijo" era en realidad un hijo adoptivo, muchas veces ni siquiera de la misma familia. Eso demuestra lo difícil que era para los romanos aceptar la idea de ser gobernados por un rey.
Como Augusto y sus sucesores no querían nombrarse reyes, otros títulos definieron su poder:
- El sobrenombre de Augusto , que era un adjetivo asociado a dioses y ritos religiosos (significa algo así como "el que hace crecer las cosas"), se incorporó en el nombre del primer emperador y sus sucesores.
- Todos ellos adoptaron también el nombre de César. Por eso a los emperadores se les llama también césares. De esa forma, cada emperador se presentaba como representante de una dinastía prestigiosa.
- En la República, el general que obtenía un gran triunfo era saludado como imperator. Los emperadores se reservaron este título para hacer ver que eran los únicos responsables de todas las victorias. Por eso los llamamos emperadores.
- Finalmente, los primeros emperadores se presentaban como príncipes, es decir, como los primeros entre los ciudadanos y entre los senadores de la República. Así se mostraban como sus protectores, no como los dueños de Roma. Por eso llamamos a este período del imperio el principado.
- Otros títulos incluían la designación de padre de la patria, nombres tomados de grandes victorias (Germánico, Británico, Pártico, Dácico...), etc.
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Moneda de oro de Tiberio, sucesor de Augusto, que reinó entre el 14 y el 37 d.C. Imagen de Classical Numismatic Group, Inc. en Wikimedia Commons. Licencia CC BY-SA |
¿Quieres ver con qué títulos se presentaba un emperador? Mira, por ejemplo, como el emperador Adriano se nombraba a sí mismo en el año 133:
IMPERATOR CÉSAR TRAJANO ADRIANO AUGUSTO, HIJO DEL DIVINO TRAJANO PÁRTICO, NIETO DEL DIVINO NERVA, PONTÍFICE MÁXIMO, EN SU DÉCIMOSÉPTIMA POTESTAD TRIBUNICIA, CÓNSUL POR TERCERA VEZ, PADRE DE LA PATRIA.
¡Desde luego no es un título corto!