2.1. La península y el norte de África. Una relación no exenta de problemas.

Dos mundos encontrados, pero también enfrentados a lo largo de la Historia.

Los escasos trece kilómetros que separan la península Ibérica con el norte de Africa, no han supuesto nunca un verdadero impedimento para que europeos y africanos los hayan atravesado sin apenas dificultades en numerosas ocasiones. Y no se trata de referirse a nivel individual, sino en cuanto al desplazamiento de pueblos numerosos que en determinadas oleadas han saltado el estrecho de Gibraltar sin apenas impedimentos.

Así sucedió cuando en el año 429 unos ochenta mil vándalos lo hicieron, abandonando Andalucía, para instalarse en Cartago, en el actual Túnez. Más importante fue el hecho de que unos treinta mil musulmanes lo hicieran en el año 711 y siguientes. El desembarco de Tarik en el peñón que lleva su nombre, dio pie a ocho de los siglos más conflictivos y belicosos en la Historia de España.

Son quizás los acontecimientos más conocidos, pero no los únicos. En el 1340, por ejemplo, les tocó el turno a los benimerines. Antes, almorávides y almohades les habían antecedido en los siglos XI y XII. A partir de ese momento, el flujo se invirtió, y fueron los habitantes de Iberia los que se dirigieron hacia el magreb, si bien en no tan grandes cantidades.

En 1497 fue el año en que Melilla se incorporó a la corona de los Reyes Católicos. En 1860 se inició la primera guerra de Marruecos por las tropas del general Prim. Una serie de acontecimientos posteriores permitieron la creación de un protectorado español sobre la zona del Rif. Dicha ocupación se haría efectiva a partir de que en 1925 finalizara la guerra contra las cábilas marroquíes.

Por el contrario, a partir de 1956 la tendencia se invirtió. Marruecos, Ifni y finalmente el Sahara en 1976 se convirtieron en territorios independientes. Los españoles dejaron de marchar al norte de África, y desde entonces son los norteafricanos los que buscan un lugar donde trabajar en la península Ibérica.

El estrecho de Gibraltar ha sido tanto puente de paso como barrera de separación entre España y el norte del continente africano.

El estrecho de Gibraltar ha sido tanto puente de paso como barrera de separación entre España y el norte del continente africano.

Imagen extraída de Google Earth.

Objetivos

Las fricciones con Marruecos por Ceuta y Melilla.

Las relaciones con el norte de África y en especial con Marruecos no son quizás todo lo cordiales que podrían ser como consecuencia de una cuestión relacionada con las antiguamente denominadas "plazas de soberanía", es decir, con las actualmente llamadas ciudades autónomas, esto es: Ceuta y Melilla.

En 1497 la segunda de ellas pasó a formar parte del territorio español. El caso ceutí fue posterior. Al separarse Portugal de España en 1640, la ciudad prefirió permanecer bajo soberanía española y no portuguesa, que es la que había tenido hasta entonces durante unos dos siglos.

En la actualidad, Marruecos reclama la soberanía sobre esos dos territorios y sobre algunas islas más del mar de Alborán (Chafarinas, Alhucemas, el islote Perejil), etc. De hecho ha llevado a cabo algunos intentos de ocupación de estos territorios, pero nunca han pasado esas acciones de ser algo simplemente anecdótico.

Estos enclaves españoles en el norte de África son una especie de contrapeso a la soberanía inglesa sobre el Peñón de Gibraltar, ocupado por los británicos desde el año 1704, y posteriormente ratificado en Utrecht en 1713.

Las islas Chafarinas son una de los territorios soberanos que España conserva en las inmediaciones del litoral norteafricano.

Publicado por División 106 en Wikimedia Commons bajo licencia CC

Pre-conocimiento

Omeyas, bereberes, sefardíes, sarracenos... los intercambios por el Mediterráneo, han hecho de este mar un crisol de culturas.

En numerosas ocasiones se ha hablado de la cultura mediterránea o incluso de la civilización mediterránea. Son conceptos que en el momento actual y debido a una serie de vicisitudes históricas, están un tanto olvidados o simplemente no están de moda, pero en tiempos anteriores sí que tuvieron completamente su sentido.

Hace tres milenios, o incluso más, los pueblos colonizadores del Mediterráneo oriental se pusieron en marcha y comenzaron a desplazarse hacia el oeste. No fue una colonización a gran escala, pero sí lo suficiente como para que dejaran una impronta importante a miles de kilómetros de sus lugares de procedencia. De alguna forma, empezaron a gestarse unos vínculos de unión entre los habitantes de las orillas del Mediterráneo.

El Imperio Romano convirtió a este espacio en el llamado "Mare Nostrum". En efecto, hace unos dos mil años, todas las costas de este mar estuvieron controladas por un solo Estado: Roma, y eso hacia que los intercambios de todo tipo favorecieran las intensas relaciones entre las diversas partes del mismo.

Durante la Edad Media se rompió esta unidad, pero no por eso muchos pueblos comenzaron a desplazarse a lo largo del mismo: los musulmanes procedentes del este, los sarracenos desde Al Andalus hacia los territorios orientales, los bereberes y pueblos norteafricanos en diversas ocasiones entre los siglos XI y XIV. Finalmente los judíos sefardíes, que al ser expulsados de España a finales del siglo XV, se asentaron por las orillas del Mediterráneo allí donde se les dejó establecerse. En este mismo sentido cabría referirse a los musulmanes expulsados de la península Ibérica, tanto en el siglo XIII (andalusíes), como en el XV (granadinos), el XVI (mudéjares), como en el XVII (moriscos).

Por tanto, durante cientos de años, el Mediterráneo ha servido como lugar para el desplazamiento de poblaciones que han surcado sus aguas.

Para los romanos, el Mediterráneo fue denominado "Mare Nostrum", dado que todas sus orillas estaban bajo el control de Roma.
Para los romanos, el Mediterráneo fue denominado "Mare Nostrum", dado que todas sus orillas estaban bajo el control de Roma.

AV - Actividad de Espacios en Blanco

Lee las siguientes frases y pon las palabras que faltan en los espacios en blanco.
El mar ha sido un espacio que ha servido como lugar de intercambio para numerosos pueblos a lo largo de la Historia. La proximidad de las costas norteafricanas al sur de la península ha permitido también el trasiego de muchos pueblos desde hace cientos de años. y Melilla son enclaves españoles en el norte de . Hoy día tienen la categoría de ciudades

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