5.2 Valor de uso, valor de cambio y plusvalía

Pintura guatemalteca

Pintura guatemalteca
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Veamos en detalle las dos críticas que le hacía Marx a David Ricardo por considerar su teoría del valor parcial: por un lado sobre el valor de las mercancías, y por otro, el valor del trabajo.

Empecemos por el valor de los objetos.

Hemos visto que el trabajo humano crea productos, valores de uso, objetos que satisfacen una necesidad, material o espiritual -si me tejo unos calcetines, o si en mi colectivo editamos un libro que queremos leer, o si en mi bloque construimos un aerogenerador para abastecernos de energía-. Y esto se da en cualquier tipo de sociedad. En estos casos no nos preguntamos cuánto valen esos productos, solo si nos sirven o no porque satisfagan una necesidad, o no. Cuando ese producto se estropea o pudre o ya no sirve, deja de tener valor de uso.

Sin embargo, cuando el trabajo humano produce objetos para intercambiarlos en el mercado, (calcetines, libro o aerogenerador para venderlos) el producto creado es una mercancía que, además de valor de uso, tiene valor. Esto ocurre sólo en sociedades que tengan sistema mercantil (ya sea por trueque, por dinero…). ¿Os acordáis de la crítica a David Ricardo? Esta es la respuesta a por qué valen los productos: porque se han producido para intercambiarlos. Si recogemos leña y la usamos para la estufa, tiene valor de uso, no es mercancía. Si la recogemos para venderla, esa leña es mercancía, que aúna valor de uso y valor.

Cuando calculamos este valor de los productos, estamos midiendo su valor de cambio, o precio de la mercancía. El criterio que se usa para calcularlo es el ‘tiempo de trabajo socialmente necesario’, esto es, cuánto tiempo hace falta de media para producir dicho objeto en una sociedad concreta.

Actividad

Todo producto del trabajo humano tiene valor de uso cuando satisface una necesidad inmediata. Sin embargo, si el objeto se ha producido para ser intercambiado en el mercado tiene, además de valor de uso, valor. Este valor se calcula como valor de cambio mediante el ‘tiempo de trabajo socialmente necesario’ para producirlo.

Fábrica en Sajonia

Fábrica en Sajonia 1868
Imagen de Norbert Kaiser en Wikimedia Commons.
Dominio público

La otra crítica que le hacía a Ricardo, al considerar su teoría del valor parcial, se refería al valor del trabajo. Marx diferencia el trabajo, que es el proceso de crea e incluye un resultado, y la fuerza de trabajo que es una parte de dicho proceso, es la energía que gastamos las personas en realizarlo. Esta diferencia es fundamental, porque no es lo mismo lo que vale el trabajo y lo que vale la fuerza de trabajo.

En el sistema capitalista la clase trabajadora sólo tiene su fuerza de trabajo (sus capacidades físicas, intelectuales, su tiempo). Para conseguir lo que necesita para sobrevivir, cada persona se ve obligada a vender dicha fuerza de trabajo en el mercado. Así, la fuerza de trabajo en el sistema capitalista es una mercancía, aunque una mercancía especial, que genera productos que valen más que lo que cuesta regenerar la energía perdida. Veámoslo con un ejemplo.

Caso práctico

El capitalista compra la capacidad de trabajar, la fuerza de trabajo de tres personas durante un tiempo concreto, por ejemplo un mes, para enlatar verdura en una fábrica. El coste de la fuerza de trabajo, el salario, se calcula en función de cuánto cuesta reponer esa energía gastada durante el tiempo que se le compra -comida, ropa, vivienda, salud, quizá formación para el trabajo-, por ejemplo, 700 euros para cada persona. ASí, para las tres personas, el capitalista paga en sueldos un total de 2100 euros.

Sin embargo, con esa fuerza de trabajo, esas personas están creando productos que al final del mes suman en total 6.000 euros. Si descontamos lo que cuesta la materia prima (las verduras y las latas), que son 1.400 euros; y la reparación y el desgaste de la maquinaria así como la electricidad que son 400 euros, vemos cómo ‘sobran’ 2.100 euros, que van al bolsillo del capitalista. Realmente ese valor ha sido producido por las personas trabajadoras, pero no va a sus sueldos, sino que se lo queda el capitalista: es la plusvalía.

Capitalista gasta:
Sueldo: 700 x 3= 2.100
materia prima: 1.400
maquinaria y electricidad: 400
total: 3.900

capitalista vende:
productos (latas de verdura): 6.000

la diferencia: 6.000 que gana menos 3.900 que gasta: 2.100
Es la plusvalía que saca el capitalista de las personas trabajadoras: le corresponderían 700 euros más a cada una.

Actividad

La plusvalía es la diferencia entre el salario, lo que cuesta reponer la fuerza de trabajo gastada, y el valor de lo producido. Esta diferencia, se la queda el capitalista y le permite ir enriqueciéndose. Ésta es la fuente de la desigualdad de clases y de la explotación.

La explotación es la obligación de trabajar más allá de lo necesario para la propia reproducción, mientras que alguien se está beneficiando de dicho trabajo extra: ya sea en forma de expropiación forzosa, tributo, diezmo, o plusvalía, para cada modo de producción respectivamente.

Objetivos

Mural Berlín

Mural de BLU en Berlín
Imagen de cocoparisienne  en Pixabay. Licencia Pixabay

Los salarios, ya en tiempos de Marx, eran fuente de disputa y conflicto. Sin embargo, un aumento del salario no elimina la plusvalía, sólo hace que la explotación parezca menor. La clase capitalista, pensaba Marx, no va a dejar de sacar plusvalía del trabajo ajeno porque ésa es la fuente de su riqueza: vive gracias a la explotación. Es más, cada capitalista individual vive en competición extrema con el resto de capitalistas. No es una cuestión de ser mejor o peor persona, es una cuestión estructural, del sistema: si no explota y se adueña de plusvalía, se arruina y se verá en la miseria él también.


Por eso Marx pensaba que la solución no eran mayores salarios, aunque esa medida mejoraba las condiciones de la clase trabajadora y permitía no ceder en la lucha de clases : la solución era la revolución que eliminara la plusvalía, el salario, la explotación, la propiedad privada de los medios de producción y las clases sociales.

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