2.1. Un paseo por la historia del flamenco

Bailes de la Gitanos. 1781

Bailes de la Gitanos. 1781.
Imagen tomada de la web trianaenlared.blogspot.com

En 1613, Cervantes publica una de sus novelas ejemplares, La Gitanilla. En ella, el escritor de Alcalá de Henares deja la siguiente cita: "Salió la tal Preciosa la más única bailaora que se hallaba en todo el gitanismo, y la más hermosa y discreta que pudiera hallarse, no entre los gitanos, sino entre cuantas hermosas y discretas pudiera pregonar la fama".

En torno a 1742, un tal Bachiller Revoltoso escribe un breve manuscrito, "Libro de la gitanería de Sevilla" en el que habla de las danzas "de hombres y mujeres, que al término divirtieron a la gente de Triana"; de sus bailes, ejecutados "en las casas principales de Sevilla", o de los villancicos que cantaban "en la parroquia de Santa Ana".

José Cadalso, aquel escritor de raíces ilustradas, en su célebre Cartas Marruecas habla del Tío Gregorio, que "cantaba el polo para que lo bailase la preciosilla".

Finalmente, Demófilo, pseudónimo con el que Antonio Machado Álvarez —a la sazón padre del famoso poeta de la generación del 98— publicó en 1882 una Colección de Cantes Flamencos, convirtiéndose así prácticamente en el primer flamencólogo de la historia y ofreciendo, quizá por primera vez, una fuente escrita objetiva relativa al flamenco. 

Como ves, el flamenco aparece inserto en nuestra cultura desde hace cientos de años. Está claro que puede ser precipitado concretar lo que escribe Cervantes con el flamenco tal y como se entiende desde hace unos 150 años, pero no cabe duda de que ahí hay algo que, de un modo u otro, va a acabar derivando en nuestro flamenco.

A lo largo de este apartado trataremos de hacer un recorrido por la historia del flamenco aunque hay una cosa que debes tener clara: su origen "oficial" es prácticamente inescrutable. Hay teorías de diferentes tipos pero, teniendo en cuenta que no hay fuentes escritas y que lo que ha llegado procede de la tradición oral, es lógico entender que, por el momento y a la espera de la investigación definitiva, el origen del flamenco es algo por determinar de forma definitiva.

Sea como sea, sí parece claro que el flamenco proviene del crisol de culturas que ha sido y sigue siendo Andalucía...

Baile andaluz con emparrado. José Villegas Cordero. 1890
Baile andaluz con emparrado. José Villegas Cordero. 1890.
Imagen en Wikipedia. Dominio Público

Decía Manuel de Falla que el flamenco se basa en "la reinterpretación artística de la tradición musical andaluza". Pero ¿cuál es la tradición musical andaluza? ¿De dónde procede?

Como decíamos antes, la cultura andaluza es la respuesta a un crisol de culturas. Fenicios, cartagineses, romanos, visigodos, bizantinos, judíos, musulmanes, gitanos... Todos y cada uno de esos pueblos fueron sembrando sus propias semillas hasta llegar a lo que es nuestra cultura. Y el flamenco forma parte de esa cultura.

No está claro quiénes fueron los que trajeron (si es que alguien lo trajo) el flamenco a Andalucía. Casi más parece que el flamenco es, en realidad, el resultado de toda esa mezcla, de esa idiosincrasia cultural que aparece —eso sí parece más evidente— en Andalucía occidental, en el triángulo. Cádiz, Jerez, Triana. También parece claro que el cantaor de las primeras tonás fue el Tío Luis de la Juliana, de Jerez, allá por el año 1775. Lo que no queda tan claro es si este cantaor era payo o gitano.

El arte flamenco, por lo tanto, no tiene un origen concreto ni un padre o madre determinados. Se forma a través de los siglos por influencias de muchos grupos sociales entre los que tenemos que destacar especialmente a gitanos, que como decía Ángel Álvarez "traían su temperamento excepcional para el arte y su sentido fatalista de la vida", los bizantinos que Falla considera básicos en el momento en el que la Iglesia española adopta el canto bizantino (de hecho, considera que en la siguiriya, uno de los cantes puros por excelencia, la influencia de los primitivos cantos cristianos, esto es, bizantinos), los judíos, en buena lógica por los siglos que vivieron en nuestra tierra y las profundas raíces que establecieron (se habla de que la cantaora La Petenera era judía), y los musulmanes, para lo cual no hay más que ver la importancia de los melismas en ambos tipos de cantes, por ejemplo.

Una vez planteado el origen del flamenco vamos a tratar de resumir brevemente las diferentes fases por las que ha pasado el flamenco.

El Planeta. Cantaor flanenco de mediados del siglo XIX
El Planeta. Cantaor flanenco de mediados del siglo XIX.
Imagen de Wikipedia. Dominio público

Es muy difícil establecer una evolución cronológica de la historia del flamenco, sobre todo en sus primeras etapas porque aquello que ya hemos comentado de la inexistencia de fuentes escritas más allá de las escasas que ya hemos comentado más arriba. Aún así, y siguiendo el criterio de la mayoría de los estudiosos, estableceremos las siguientes etapas:

  • Etapa hermética. Se corresponde con esta fase de la que estábamos hablando anteriormente y, casi podríamos nombrar como preflamenca. No hay fuentes que evidencien un flamenco tal y como lo conocemos, pero no cabe duda de que el germen está ahí.
  • Etapa primitiva. Hablamos de una fase que se da entre mediados del siglo XVIII y mediados del XIX. Aparecen los primeros cataores reconocidos como El Planeta, La Petenera, La Andonda (que dicen que fue la primera en cantar por soleá) o Tío Luis de la Juliana. Sí hay escritos que hablan de ellos y de su arte, aunque no hay forma de saber realmente cómo eran sus cantes. Sí es cierto que ya aparecen cantes que se mantienen hasta hoy como la Toná, el Martinete o las Seguiriyas.
  • La edad de oro del flamenco. Se corresponde con el apogeo de los cafés cantantes, en los que los cantaores se convirtieron en profesionales del cante y el flamenco tuvo una difusión desconocida hasta entonces. Hablamos de la época que va desde 1860 y 1920. Dicen que hay un momento clave y que transforma para siempre al flamenco y es en el que se cruzan tras grandes cantaores: Silverio Franconetti, Tomás el Nitri y Juan Breva (que parece ser fue de los primeros cantaores en actuar en un teatro). Parece ser que la rivalidad sobre todo entre los dos primeros puso en órbita el nivel de los cantes y de su publicidad. Esa pasión es la que lleva a Silvero a montar su café cantante en el centro de Sevilla; un café con un éxito sin parangón que, como decíamos antes, llevó a una difusión digamos más "comercial" del flamenco, saliendo un tanto de esos círculos minoritarios en los que se movían hasta entonces.
  • Paso al teatro y predominio de la ópera flamenca. Entre los años 20 y los años 50 el flamenco se va moviendo desde los cafés cantante hacia el teatro. A la vez que hay cantaores que mantienen la hondura y se aferran a la pureza, aparecen otros más dirigidos al espectáculo y al propio teatro. Por momentos, el flamenco ve como sus raíces se desvirtúan y casi pocos cantes más allá del fandango aparecen. Es el momento de esa ópera flamenca en la que primaban casi más el virtuosismo efectista y las filigranas que esa pasión y carácter que eran inseparables del flamenco. Aún así, autores como Antonio Chacón, Pepe Marchena o el gran Manolo Caracol, se mantienen como figuras del flamenco.
  • Renacimiento del flamenco. A partir de los años 50, o más concretamente, entre 1955 y 1975, el flamenco vive su renacimiento. Poco a poco esa imagen efectista del flamenco se va dejando atrás y resurgen popularmente figuras que habían mantenido una fe y respeto inquebrantable a las raíces del flamenco. En este sentido, hay varios elementos que son determinantes: los tablaos, que recogen con fuerza el espíritu de los cafés cantante, la publicación por parte de la discográfica Hispavox de la primera "Antología del Arte Flamenco" o la celebración del Primer Concurso Nacional de Arte Flamenco en Córdoba en 1956. Es el momento de El Agujetas, Fernanda y Bernarda de Utrera, El Chocolate y Antonio Mairena.
    Otro punto determinante en esta etapa es la celebración de un certamen histórico: la Llave de Oro del Cante, también en Córdoba en 1962. El trofeo se lo lleva Antonio Mairena, hasta entonces un cantaor que acompañaba a bailaores y que, a partir de este momento se va a convertir en el fundador de una escuela de cantaores que se mantiene hasta hoy con artistas que seguro conoces: El Lebrijano, José Menese, José el de la Tomasa, Calixto Sánchez... son algunos ejemplos. La cuestión es que a la vez que esta escuela de Mairena triunfa, también lo hacen cantaores que llegan, como no, de Cádiz: Camarón, Juan Villar, Pansequito, Rancapino y Chano Lobato.
    JUAN BREVA - SOLEARES.
    Vídeo de Alberto Rodríguez Peñafuerte alojado en Youtube
    MANOLO CARACOL - Romance De Juan De Osuna.
    Vídeo de erfaele alojado en Youtube
    Antonio Mairena - por Bulerías.
    Vídeo de Roberto Bermejo alojado en Youtube

Para saber más

Carmencinta retratada por William Merrit Chase. 1888
Carmencinta retratada por W.M. Chase. 1888.
Imagen en Wikiart. Dominio público

La conexión entre el flamenco y el arte es una constante. El flamenco, en sí, es un arte que engloba varias formas de expresión; pero además, ha tenido a lo largo de la historia una íntima relación con artes que en su momento eran diferenciadas como "cultas". La pintura es una de ellas.

La conexión entre flamenco y pintura es enorme. La cuestión que lo traemos aquí porque es muy interesante cómo se produce esa conexión entre dos artes tan diferenciados, a priori, en fondo y forma. Mientras el flamenco ha sido un arte popular, humilde, de la gente, la pintura —especialmente la contemporánea— ha sido vista y tratada como el arte de las élites, de lo culto y casi el antónimo de lo popular. No hace falta que desmintamos aquí el tópico porque cae por su propio peso, aunque por momentos algo de cierto ha tenido. La cuestión es que tanto el flamenco como la pintura, como casi todas las formas de hacer arte, parten de una misma premisa: la necesidad de contar algo, de expresar temores, alegrías, penas, pasiones... Y ahí, en la pasión es donde radica, sobre todo, la conexión del flamenco con muchos pintores contemporáneos.

A finales del siglo XIX una bailaora almeriense, Carmencita Dauset, marchó primero a París y más tarde a EE. UU para convertirse en toda una estrella. Tanto es así que algunos de los pintores americanos más importantes del momento: J. S Sargent y W. M. Chase le hicieron sendos retratos. Pero es que, además, Carmencita pasa por ser la primera mujer de la historia en aparecer en una película. Fue un rodaje de Edison de 1894 de apenas 20 segundos en la que aparece bailando el flamenco de la época. Verás que tiene un aire más a escuela bolera que al flamenco más racial que tenemos en mente en la actualidad; pero era el modo de baile del momento.

Ya en la época de las vanguardias, la relación entre flamenco y pintura se hizo más estable. Picasso pintó hasta dos obras con temática claramente inspirada en el flamenco, una primera dedicada a una bailaora y otra en la que aparece una guitarra e incluso una letra de un cante flamenco. Dalí, por su parte, hizo una de las piezas más destacadas de esta relación de la que hablamos: el diseño del telón del Café de Chinitas, una preciosa composición muy en la línea estética del pintor de Cadaqués, en la que una guitarra se remata con la cabeza y los brazos de una flamenca.

Pero esto no termina en las vanguardias: otro pintor de enorme trayectoria, y que aún sigue mostrando su enorme creatividad y calidad, el mallorquín Miquel Barceló ha trabajado con varios artistas flamencos diseñando portadas para sus discos. Las más destacadas, la del famoso burro para el disco de Camarón Potro de Rabia y Miel, de 1991, y la del disco del cantaor de Chiclana Rancapino con su propio nombre, de 1995.

Carmencita, de T. Edison.
Vídeo en Wikipedia. Dominio público

Curiosidad

Fotografía de Antonio Machado Álvarez, Demófilo y Anda Ruiz, su esposa.
Fotografía de Antonio Machado Álvarez, Demófilo y Anda Ruiz, su esposa.
Imagen en Wikipedia. Dominio público

Entre 1882 y 1888  sale a la luz una enciclopedia de once volúmenes llamada "Las tradiciones populares españolas". En ellas, el primero trata de las "Fiestas y costumbres andaluzas" y trata, como no, del flamenco. Antes, en 1881, el mismo autor publicaba "Colección de cantes flamencos recogidos y anotados por Demófilo".

Demófilo era el autor y era el pseudónimo con el que el escritor, folclorista y antropólogo Antonio Machado Álvarez publicaba estos estudios.

Seguramente el nombre y el primer apellido del Demófilo te resultarán conocidos. Lógico. Don Antonio Machado Álvarez era el padre de dos insignes poetas, Manuel y Antonio Machado, que han pasado a la historia, sobre todo el segundo, como uno de los grandes referentes de nuestra literatura.

Demófilo fue un personaje tremendamente interesante. Nacido en Galicia, se movió siempre en círculos eminentemente progresistas: se formó con Federico Castro con las ideas del krausismo, participó en la Revista Mensual de Filosofía, Literatura y Ciencias, fue profesor de Metafísica en la Universidad de Sevilla e incluso ocupó la cátedra de Folklore de la Institución Libre de Enseñanza.

Quizá lo más llamativo fueron sus trabajos como antropólogo en el estudio del folclore y de las sociedades regionales españolas. Se centró en las particularidades lingüísticas, geográficas y también culturales de diferentes comarcas españolas. Una de sus citas más llamativas la tomamos de su obra: "El Folk-lore andaluz: órgano de la sociedad de este hombre", publicada en 1883:

La obra del pueblo español, la del primero y más importantes de los factores de la historia patria, ha sido completamente desatendida hasta aquí, y por nadie estudiada; diríase, o que en España no ha existido pueblo, o que su papel se ha limitado sólo al tristísimo simbolizado en aquella fórmula que ha hecho considerar a algunos de nuestros concilios como el origen de nuestras Cortes: omni populo asentiente, esto es, media docena de infelices que movían afirmativamente la cabeza cuando hablaban el obispo o el magnate que les proporcionaba el sustento. La grave falta de todos los historiadores y especialmente de los de España de concretar sus investigaciones al conocimiento de los hechos que realizó una persona o, cuando más, una clase determinada, hace que la historia, que a nuestro juicio debiera ser el complejo, no la suma, de las biografías de todos los individuos, diste mucho de ser una ciencia todavía.

Para saber más

Como has leído desde el principio de este apartado, el origen del flamenco, sobre todo del cante, no está nada claro. El hecho de que no existan fuentes ayuda a ese misterio, está claro, pero tampoco se ha tenido la capacidad para cerrar las teorías o, al menos, centrarlas en una sola.

Si te interesa el tema, esta Web: hispanoteca.eu, desarrolla un estudio tremendamente completo y de gran interés sobre las posibles opciones. Las resume así:

  • El flamenco es de origen oriental, básicamente de Pakistán y la India.
  • El cante es una creación genuina de los gitanos.
  • Los gitanos no crean pero sí forjan un cante que es básicamente propio del folclore andaluz.
  • El cante no es producto de ningún grupo social o étnico concreto. De hecho, cuando los gitanos llegan a España, el cante ya existía tal y como lo conocemos.
  • Teoría morisco - gitana: el flamenco es un producto autónomo de la Baja Andalucía en el que confluyen elementos de todas las culturas que pasaron por la zona: judíos, moriscos, gitanos, mozárabes...

El artículo es tremendamente interesante, pero destaca especialmente el análisis que hace de la música indo - pakistaní y la relación del flamenco con el estilo de cantar Sindhi (Sindh es una región al sur de Pakistán fronteriza con La India). Léelo y después escucha este audio de Aziz Balouch, un joven estudiante pakistaní que llega a España en los años 30 y que llega a impresionar al mismísimo Pepe Marchena.

Aziz Balouch - Malagueña y Seguirillas.
Audio alojado en SoundCloud

Importante

La cultura andaluza es el resultado propio de un crisol de culturas. Fenicios, cartagineses, romanos, visigodos, bizantinos, judíos, musulmanes, gitanos... Todos y cada uno de esos pueblos fueron sembrando sus propias semillas hasta llegar a lo que es nuestra cultura. Y el flamenco forma parte de esa cultura. El flamenco es, en realidad, el resultado de toda esa mezcla, de esa idiosincrasia cultural que aparece, eso sí parece más evidente, en Andalucía occidental, en el triángulo. Cádiz, Jerez, Triana.

Podemos dividir la historia del flamenco en las siguientes etapas:

  • Hermética
  • Primitiva
  • El siglo de oro del flamenco
  • La etapa de la ópera flamenca
  • El renacimiento del flamenco.

Comprueba lo aprendido

Lee las siguientes afirmaciones e indica si con verdaderas y falsas.

Pregunta 1

La primera vez que en literatura se establece una conexión entre los gitanos y el baile, posiblemente flamenco, es con Francisco de Quevedo en una de sus obras de teatro.

Pregunta 2

José Cadalso, en sus Cartas Marruecas cita a un cantaor, el Tío Gregorio, que entona un cante para que lo baile La Preciosilla. Este cante es uno de los primeros palos de flamenco del que se tiene constancia: La toná

Pregunta 3

Entre los historiadores y flamencólogos hay unanimidad en que el flamenco es de origen puramente gitano.

Pregunta 4

El flamenco en el siglo XX tiene un momento de crisis en cuanto a respeto a las raíces y mantenimiento de la pureza que es la etapa conocida como de la ópera flamenca.

Pregunta 5

Una figura determinante en el renacimiento del flamenco a partir de los años 50 del pasado siglo será Antonio Mairena.