La poesía lírica latina: Ovidio
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2.º de Bachillerato
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Latín II
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La poesía lírica latina:Ovidio
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Nos encontramos en la época de Augusto, disfrutando de un largo período de paz (la denominada pax romana). Es ahora cuando aparecen los poetas más jóvenes que van a dedicar todos sus esfuerzos al disfrute de la vida, de sus amores, de la vida fácil y galante de los círculos intelectuales que rodean a personalidades protectoras de las artes (como Mecenas, consejero de Augusto). Conocemos ya la producción lírica de autores como Catulo y Horacio, este último también perteneciente al círculo de Mecenas. Ahora conoceremos a los autores más jóvenes de esta época que van a centrar su producción fundamentalmente en un subgénero lírico: la elegía, composición caracterizada por su metro integrado por un hexámetro seguido de un pentámetro. La temática de la elegía es muy variada pero predomina el contenido amoroso: los poetas cantan sus amores propios adornados con alusiones a personajes mitológicos. Esas serán las elegías de Propercio, Tibulo u Ovidio. Pero éste último impregnará sus postremas elegías, escritas en el destierro, de un sentimiento de lamento, temática que es la que caracteriza el concepto de elegía en la actualidad. Cuando ahora pensamos en la elegía, recordamos famosos poemas de lamento por la pérdida de un ser querido (como las conocidas de "Elegía a Ramón Sijé" de Miguel Hernández o la dedicada a Ignacio Sánchez Mejía de Federico García Lorca). Cintia y Propercio |
Compara estos poemas:
Elegía de Propercio Alabanza de la hermosura de su amada Cintia |
Elegía de Ovidio Recuerdo de Roma con tristeza en el destierro |
¿Por qué, alabando, Baso, a tantas chicas, intentas que cambie y me aparte de mi dueña? ¿Por qué, la vida que me quede, no me dejas seguir mi esclavitud pues me he adaptado a ella? Tú, por más que relates en loas la belleza de Antíope, la Nicteida, y, también tú, la de Hermione, la Espatana, y la de cuantas el tiempo mostró hermosas en vida; Cintia no ha de dejarlas mantener su fama: Ni aún si, comparada a figuras mediocres, un juez severo la humilla, ha de salir más fea. No obstante, tal belleza es parte ínfima de mi pasión; hay cosas mejores, Basso, que hacen morir a gusto. Su color natural y el don de múltiples facetas, y los goces que su túnica pude llevar ocultos. Más que te esfuerces en quebrar nuestro amor, más te eludiremos pues nos somos fieles. No saldrás impune, conocerá la chica tus locuras y se pondrá en tu contra a voz en grito; luego no me dejará ir contigo y a ti no ha de admitirte; se acordará de crimen semejante, y entre todas las demás chicas, enfadada, te acusará; y no serás querido en casa alguna. No habrá altar que deje de regar su llanto, cualquier piedra sagrada de las que hay por todas partes. No se afecta Cintia de mal más grave, que si pierde el honor pues le quitan su amante, yo sobre todo. Siga así siempre, tal es mi ruego y que no tenga que quejarme de ella. Propercio, Elegias I, 4 |
Cuando se me representa la imagen de aquella tristísima noche que fue la última de mi permanencia en Roma, cuando de nuevo recuerdo la noche en que hube de abandonar tantas prendas queridas, aún ahora mis ojos se deshacen en raudales de llanto. Ya estaba a punto de amanecer el día en que César me ordenaba traspasar las fronteras de Ausonia; ni la disposición del espíritu ni el tiempo consentían los preparativos del viaje y un profundo estupor paralizaba mis energías. No me cuidé de escoger los siervos, los acompañantes, los vestidos y lo que necesita quien parte al destierro; estaba tan atónito como el hombre que, herido por el rayo de Júpiter, vive y no se da cuenta de su vida. Así que el exceso de dolor disipó las nubes que ofuscaban mi mente y comencé a recobrar los sentidos. Resuelto a partir, dirijo las últimas palabras a mis inconsolables amigos, que de muchos sólo me acompañaba alguno que otro: mi esposa, mezclando su llanto con el mío, me sujetaba en los tiernos brazos y anegaba en ríos de lágrimas las inocentes mejillas. Mi hija, ausente en la tierra lejana de Libia, no podía conocer mi suerte fatal. Adondequiera que volvieses los ojos no verías más que llantos y gemidos; todo presentaba el cuadro de un luctuoso funeral [...] Ovidio, Tristes I, 3 |
![]() Auguste Rodin: Metamorfosis |
En el presente tema se profundizará en las diferencias entre estos autores que tanta influencia ejercieron en la lírica posterior de todos los tiempos. Conocerás también, aunque no pertenezca al género lírico, otra de las obras de tema mitológico que ha servido de inspiración a pintores, escultores y literatos: la Metamorfosis de Ovidio, en la que nos cuenta un sinfín de transformaciones de personas en animales, plantas o astros. De la sensibilidad que necesitamos para acercarnos a la poesía lírica romana, ejercicio que corresponde a la mente y al corazón, debemos pasar a la claridad intelectual que necesitamos para afrontar los contenidos gramaticales para conocer mejor la lengua latina. En este tema te vamos a mostrar otra originalidad del latín: el estilo indirecto. Seguro que distingues una expresión en estilo directo de una en estilo indirecto: Estilo directo. Juan dijo: "No vengas a mi casa esta tarde porque tengo que salir temprano" Estilo indirecto. Juan me dijo que no fuera a su casa esa tarde porque tenía que salir temprano. El latín posee un estilo, llamado estilo indirecto latino, que es una mezcla de ambos. Conocerás sus características y eso te permitirá traducir muchos textos de un nuestro conocido, César, que lo usó con bastante frecuencia en sus Comentarios a la guerra de las Galias o en Comentarios a la guerra civil. |