6. Fomento de actitudes positivas en los diferentes agentes sociales (compañeros y compañeras, personal técnico, las propias familias, etc.)

6.1. Influencia de los agentes sociales en la práctica deportiva femenina

  1. Entorno social próximo (compañeros y compañeras, personal técnico, familia)

    En el entorno social próximo, destacamos la influencia de los otros significativos en la formación del género. Así, la práctica deportiva de los amigos o las amigas provoca un aumento de la participación en las actividades elegidas (Gálvez, 2007).

    En cuanto al personal técnico, podemos señalar que provoca una socialización de género en nuestro alumnado, transmitiendo sus valores de género de referencia, dándole menos oportunidades para la práctica físico-deportiva y exigiendo y esperando menos de las alumnas, como así lo indican diferentes estudios (Moreno Murcia, Martínez y Alonso, 2006).

    La familia influye en la construcción del género reforzando los estereotipos y roles de género, apoyando en mayor medida la práctica físico-deportiva de los hijos. Por otro lado, las madres y los padres no se implican de manera real en las actividades practicadas por sus hijos y, a su vez, como modelo a imitar por las alumnas, las madres presentan bajos niveles de práctica físico-deportiva (Romero Granados, Zagalaz y Garrido, 2009).

 

  1. Entorno deportivo

    Nos referimos a las diferentes instituciones y entidades deportivas y su influencia en la formación del género del deportista. En este sentido, podemos señalar que existe poca presencia femenina en cargos directivos de las diferentes instituciones y entidades deportivas, además de fomentar estas en menor medida la práctica físico-deportiva femenina. A estos dos hechos debemos añadir que la orientación físico-deportiva de dichas instituciones está casi exclusivamente enfocada a la competición, enfoque que presenta menor interés para las mujeres.

 

  1. Entorno sociocultural (medios de comunicación)

    El tratamiento del deporte femenino por los medios de comunicación hay que estudiarlo desde un punto de vista cualitativo y otro cuantitativo para entender correctamente su realidad.

    En el cualitativo podemos observar una clara diferenciación por género: el modelo de hombre que interesa presentar a los medios de comunicación es el hombre musculoso y atlético, dinámico, mientras que la mujer debe reunir las condiciones de juventud y delgadez que demanda la sociedad y, además, posando. Así mismo, el hombre se presenta luciendo ropa deportiva, mientras que el cuerpo de la mujer se utiliza como reclamo a través de su desnudez.

    Reforzando la citada diferenciación por género, la mujer casi siempre aparece practicando deportes considerados femeninos y el hombre practicando deportes considerados masculinos. En último lugar, los medios de comunicación fomentan el gran éxito social alcanzado por los hombres, mientras que en las mujeres, el intento por alcanzar los modelos propuestos provoca en ella una fuerte presión estética (López Villar y Castañer, 2006; Táboas y Rey, 2007).

    En cuanto al punto de vista cuantitativo, se observa una clara diferenciación en el trato del género, y así nos lo muestran diferentes estudios (Castillo, 2009; Porras, 2007).

Importante

Se puede destacar, a modo de ejemplo, la gran diferencia en el número de artículos o imágenes deportivas utilizadas por la prensa especializada, siendo estos de un 85% sobre el género masculino frente a un 5% del femenino.

6.2. Estrategias de actuación para fomentar una actitud positiva en los agentes sociales vinculados con la práctica deportiva de las mujeres

Es fundamental comenzar por la sensibilización e implicación de todos los agentes socializadores. La primera estrategia parte de la creación de espacios comunes de práctica deportiva para padres y madres, hermanos y amigos. Junto a esta, es fundamental que las madres sirvan de verdaderos modelos deportivos para sus hijas.

Con el profesorado o entrenadores se deben seguir estrategias de formación en género, centrándose en el aprendizaje de modelos inclusivos. La gestión de la clase debe ser reformulada, en la mayoría de los casos, para visualizar a las mujeres.

A nivel institucional se debe fomentar la presencia femenina en cargos directivos de las diferentes instituciones y entidades deportivas, además de apoyar económicamente el deporte femenino.

Por último, respecto a los medios de comunicación, se deben plantear estrategias que disminuyan la gran distancia cualitativa y cuantitativa entre los dos géneros (mayor número de noticias deportivas femeninas, mayor promoción televisiva, promocionar la asistencia femenina a eventos deportivos, etc.).

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