6. La clasificación de los seres vivos


La clasificación de las diferentes especies de seres vivos se lleva a cabo con arreglo a su historia evolutiva (filogenia). Su objetivo final es reconocer y dar nombre a toda la diversidad de organismos para que puedan ser estudiados por los biólogos de tal forma que toda la comunidad científica sepa qué tipo de animal es y qué tipo de relaciones evolutivas presenta con otros seres vivos. La ciencia que se encarga de esto es la sistemática, que emplea a la taxonomía y a la nomenclatura para alcanzar su finalidad.

CLASIFICACIÓN FILOGENÉTICA

Los organismos son consecuencia del proceso de evolución biológica, y como resultado se produce una enorme variedad de seres vivos (diversidad biológica). Para poder describir, ordenar y agrupar a dichos organismos debemos utilizar un sistema de clasificación lógico. Hay varias posibilidades:

  • Clasificaciones artificiales: Se basan en el estudio de órganos análogos. Éstos son órganos que desarrollan funciones similares pero que pueden presentar orígenes diferentes (son el resultado de un fenómeno de convergencia evolutiva). Por ejemplo, dos organismos muy diferentes desarrollan alas al adaptarse a un medio aéreo (es el caso del murciélago y la mariposa de la actividad anterior).
  • Clasificaciones naturales: Se basan en el estudio de órganos homólogos que son órganos que tienen un origen común. Éstos, no obstante, han podido evolucionar para realizar hoy en día funciones diferentes (divergencia evolutiva). Las clasificaciones naturales, por tanto, se basan en su historia evolutiva o filogenia. Es la mejor forma de clasificar a los seres vivos porque es más objetiva y además nos aporta mucha información sobre ellos.
Convergencia y divergencia evolutiva

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TAXONOMÍA Y NOMENCLATURA

La taxonomía reúne a los seres vivos en grupos según criterios generales. Dentro de estos grupos se establecen subgrupos siguiendo criterios más concretos. Cada una de las categorías jerárquicas que se establecen se denomina categoría taxonómica.

Las principales categorías taxonómicas, ordenadas desde la más general a la más concreta, son las siguientes: Dominio, Reino, Filo o División, Clase, Orden, Familia, Género y Especie. En algunos casos se pueden considerar categorías intermedias que se identifican con los prefijos "sub" o "super" (por ejemplo, subespecie). 

Carl Von Linneo

Imagen en Wikimedia Commons de Aleksander Roslin
bajo Dominio Público

Carl Von Linneo ideó el sistema de nomenclatura binomial que asigna a cada especie un nombre científico. Es el sistema de nomenclatura que está reconocido en la actualidad.

El nombre que se asigna a una especie está formado por dos palabras latinas o latinizadas. La primera es el nombre del género al que pertenece esa especie (Homo en nuestro caso) y el segundo es el nombre específico. De ahí nuestro nombre, Homo sapiens.
A continuación, se suele poner el nombre abreviado del investigador que describió por primera vez esa especie y el año en el que lo hizo.

El nombre científico debe escribirse en cursiva y en minúsculas, salvo la inicial del género que se pone en mayúsculas. Si no existe la posibilidad de escribirlo en cursiva se subrayan ambos nombres.

La importancia de designar a un organismo va más allá de la de ponerle nombre. Es un proceso básico para conocer la biodiversidad de la vida y así saber el número de especies que existen en el planeta.

La especie es la categoría taxonómica básica y fundamental.