5.3. Sueros y vacunas
La inmunidad natural es el conjunto de medidas que, de forma espontánea y no inducida, previenen la infección de individuos sanos por los agentes patógenos.
Es un tipo de inmunidad que presenta el organismo al nacer —de hecho, también recibe el nombre de innata—, antes incluso de que se ponga en contacto con algún agente patógeno.
Esta inmunidad no aumenta tras una infección y tampoco puede reconocer diferentes antígenos.
Dentro de ella se puede distinguir dos tipos:
- Inmunidad natural pasiva, que se obtiene sin que participe el sistema inmune del propio organismo.
- Inmunidad natural activa, que implica la acción de una serie de células y sustancias químicas que actúan contra el agente invasor.
Nuestra inmunidad natural se basa, entre otros elementos, en algunas células que poseemos al nacer y que nos defienden de la invasión de agentes patógenos.
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Se considera inmunidad adquirida a la inmunidad que requiere la exposición a antígenos y la activación de una serie de mecanismos específicos para los distintos antígenos. A diferencia de la inmunidad natural, este tipo de inmunidad aumenta por las sucesivas exposiciones a los antígenos.
La inmunidad adquirida puede ser de dos tipos; activa y pasiva.
VACUNAS
Las vacunas son preparados artificiales que se fabrican con microorganismos atenuados, o fragmentos de ellos, y que una vez dentro del organismo desencadenan una respuesta inmune que genera una memoria inmune efectiva. Se trata de un método artificial pero activo de defensa, ya que es el propio organismo el que elabora la respuesta inmune y esta será igual de duradera que una infección producida de manera natural ya que se desencadenan los mismos mecanismos celulares y humorales que se han visto anteriormente.
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Imagen en Wikimedia Commons de James Gillray bajo Dominio Público |
Otra forma de inmunidad artificial son los sueros, aunque al contario que las vacunas los sueros no generan una respuesta activa sino que estimulan las respuestas inmunes no específicas, por lo tanto no generan memoria y su acción no es duradera.
SUEROS
Los sueros pertenecen por lo tanto a la inmunidad artificial y pasiva.
Los sueros están formados por anticuerpos generados para un antígeno y no generan memoria, cuando los anticuerpos desaparecen desaparece la acción del suero. Se han utilizado anticuerpos elaborados por animales domésticos, aunque hoy se utilizan inmunoglobulinas humanas.
Características de los sueros:
- Los sueros se aplican una vez que se ha iniciado la infección. No son preventivos sino curativos.
- Al estar compuestos de anticuerpos su acción es rápida pero poco duradera.
- Se emplean contra toxinas, por lo que se conocen también como antídotos.
- Se utilizan sueros contra el tétanos, la difteria y los venenos.