5.2. Concepto de inmunidad humoral y celular

La inmunidad específica se basa en el reconocimiento de antígenos extraños por parte del organismo huésped. La respuesta puede ser de tipo humoral o celular, pero ambas tienen lugar de forma simultánea con el fin de destruir la partícula antigénica.

  • La respuesta humoral está mediada por linfocitos B, que producen anticuerpos que neutralizan los antígenos.

  • La respuesta celular la realizan los linfocitos T, que no sólo destruyen ellos mismos las células extrañas, sino que también eliminan las células del propio organismo que se encuentran infectadas.
Respuesta inmune
Imagen en Wikimedia Commons de Mikael Häggström bajo Dominio Público

INMUNIDAD CELULAR

La respuesta celular la llevan a cabo los linfocitos T, pero también intervienen los macrófagos. Los linfocitos T son los más adecuados para la acción célula-célula, se ponen en marcha cuando reconocen los antígenos en la membrana de células infectadas o los macrófagos, por eso, previamente a su acción, necesitan que se produzca el proceso de la presentación antigénica.

Cuando un macrófago fagocita un patógeno sus antígenos quedan expuestos en la superficie de su membrana, este macrófago se dirige a un ganglio linfático, o bien se desplaza por el torrente sanguíneo hasta que entra en contacto con un linfocito T, que tenga en su membrana receptores específicos para ese antígeno, entonces este linfocito se activa y se inicia la respuesta inmune.

Se produce la liberación de interleuquinas I y II que producen una doble acción:

  • Activan a los macrófagos para que fagociten a las células infectadas, estos macrófagos se vuelven refractarios y no pueden ser infectados por el patógeno.

  • Activan a los linfocitos B para que produzcan anticuerpos.

  • Y activan a los linfocitos T CD8 o citotóxicos que se unen de manera específica a la membrana de las células infectadas, por el patógeno reconocido, y les inyecta enzimas que las destruyen.

Los linfocitos T activados se van a dividir para amplificar la respuesta inmune y una parte de ellos quedan en el torrente sanguíneo para cuando ese patógeno vuelva, quedando como células de memoria.

Cuando la respuesta termina los linfocitos T supresores son los encargados de frenarla.

Este tipo de respuesta se activa también ante células tumorales y es la responsable de los rechazos en los trasplantes de órganos.

INMUNIDAD HUMORAL

La respuesta humoral se lleva a cabo cuando los linfocitos B activados durante la respuesta celular se transforman en células plasmáticas.

Cuando el linfocito B entra en contacto con un antígeno desconocido se empiezan a diferenciar células plasmáticas, cada una fabrica un tipo de anticuerpo hasta que aparece una que fabrica un anticuerpo complementario al antígeno. Esta célula plasmática se divide y libera los anticuerpos. Esta es la respuesta humoral primaria y tarda más en ponerse en marcha.

Estos linfocitos, al contrario que los linfocitos T citotóxicos, no atacan directamente a las células infectadas ni a los patógenos sino que liberan unas sustancias denominadas anticuerpos que se fijan a los antígenos del patógeno facilitando su fagocitosis por los macrófagos.

El linfocito B también se puede activar al entrar en contacto directamente con el antígeno sin mediación del linfocito T

Las células plasmáticas se dividen y parte de ellas quedarán reservadas como células de memoria en el torrente sanguíneo, para cuando vuelva el patógeno.

Cuando el antígeno vuelve a aparecer se desencadena una respuesta más rápida, ya que las célula de memoria saben qué anticuerpo fabricar. Es la respuesta humoral secundaria.

Inmunidad humoral
Imagen en Mogea bajo CC

Cuando el organismo entra en contacto por primera vez con un antígeno se desatan las respuestas celular y humoral. Se activan los linfocitos y se seleccionan aquellos que son complementarios al antígeno, se dividen y una parte de ellos quedan como células con memoria. Esta es la respuesta primaria, que hemos estudiado en el tema anterior.

La respuesta secundaría se activa cuando el antígeno vuelve al organismo por segunda vez, entonces son las células con memoria las que actúan.

La respuesta secundaria es más rápida, es decir, el tiempo que pasa desde que el linfocito reconoce al patógeno hasta que se desencadena la respuesta es menor, y la destrucción del patógeno es más eficaz.

Respuesta inmune primaria y secundaria

Imagen en Wikimedia Commons de Paintman bajo CC