3. El Impresionismo. La pincelada a la caza y captura de la luz
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Impresión, sol naciente. Claude Monet (1872). d.p. Este fue el cuadro que dio nombre al movimiento impresionista. |
Se veía venir. Desde las manchas de los pintores románticos y los paisajes de los realistas, se anticipaba el Impresionismo, que es la evolución natural de ambos.
Este movimiento, surgido en 1865, es la culminación de la ilusión por captar la luz de toda la pintura occidental desde el Renacimiento. Cuando empezaron, los pintores impresionistas tuvieron que cargar con la incomprensión que provocaba el nuevo estilo. Así, el crítico del periódico Le Figaro, escribió en 1876 a propósito de una exposición en la Rue Peletier, que "tras el incendio de la Ópera" (que estaba allí), "la exposición constituye la segunda desgracia para esa calle".
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Vista de Vétheuil. Claude Monet (1880). |

Curiosidad
La primera exposición impresionista Vídeo de Artehistoria alojado en Youtube |
El Impresionismo adoptó las últimas teorías ópticas de la época, y se basó en los siguientes principios:
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El pintor Eugene Manet con su hija. Bertha Morissot (1883). |
El pintor debe intentar captar la luz, vibrante, destructora de formas. El color no existe, son sólo divisiones de la luz, y es mediante colores como debemos recomponer la sensación visual de luz en los objetos pintados.
Los colores se clasifican en complementarios y primarios, y asociándolos se pueden obtener efectos inesperados.
El dibujo desaparece, o como mínimo, se hace muy secundario, ya que las vibraciones de la luz en la atmósfera se captan mejor con una técnica de pinceladas sueltas y manchas de color.
El artista debe ser capaz de representar apariencias sucesivas, es decir, como la realidad es cambiante minuto a minuto, a veces se pinta un mismo motivo muchas veces para apreciar sus cambios de iluminación.
La pintura debe realizarse al aire libre, como ya hacía la escuela de Barbizon, para conseguir más espontaneidad y verdad en los lienzos, huyendo de la pose falsa de estudio. Decía Manet: "Cuando entro en mi taller me parece entrar en una tumba".
Fíjate en la siguiente galería y comprueba que para un impresionista, como Claude Monet, lo importante no es tanto el tema que se pinta, sino captar los efectos que produce el cambio de la luz. Por eso en ocasiones repiten la misma vista en diferentes momentos del día.

Pregunta Verdadero-Falso
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El Castillo de Flint. W. Turner (1838). |
El puente de Sevres. A. Sisley (1877). |
Retroalimentación
Verdadero
A mi me lo parece
Retroalimentación
Falso
Si te fijas, la proporción de cielo es mucho mayor en los dos cuadros, casi idéntica además. Eso se debe a que ambos pintores tenían más interés por captar la diversidad de tonalidades que genera la luz solar en las nubes.