1.3 El animal racional y político aristotélico
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Aristóteles Imagen de Jastrow en Wikimedia C. de dominio público |
Aristóteles a su vez, discípulo de Platón, rechaza el idealismo platónico y con ello la idea de la independencia de lo anímico y lo corpóreo. La vinculación entre el alma y el cuerpo es muy estrecha, ya que el alma constituye el principio vital de todo ser viviente. Siguiendo un esquema similar al platónico, Aristóteles distingue tres funciones del alma o niveles anímicos diferentes:
- Alma vegetativa. Común a todos los seres vivos: permite la alimentación y la reproducción y las funciones vitales básicas.
- Alma sensitiva: presente en los animales y en el ser humano, posibilita la percepción sensible, los deseos y el movimiento.
- Alma intelectiva: Específica del ser humano y permite la actividad exclusiva del entendimiento o la razón.
Tanto Platón como Aristóteles conceden especial importancia a la dimensión social y política del ser humano. Aristóteles considera al ser humano como un animal político; siendo su naturaleza social su plena realización no puede darse más que en el contexto de la polis.
Importante
Aristóteles insiste en la condición política del ser humano, así define al hombre como ζῷον πoλιτικόν, animal cívico o político. A diferencia del resto de los animales, el ser humano se caracteriza para organizar la vida en sociedad de acuerdo con patrones racionales. La plena realización del individuo solo sería posible en el seno de la sociedad.
Actividad de lectura
Aquí tienes un fragmento en el que el mismo Aristóteles desarrollo este concepto del ser humano como animal cívico:
Imagen de Ultimate Destiny en Wikimedia C. de dominio público |
El hombre, es por naturaleza, un animal cívico[...] La razón de que el hombre sea un ser social, más que cualquier abeja y que cualquier otro animal gregario, es clara. La naturaleza, pues, como decimos, no hace nada en vano. Sólo el hombre, entre los animales, posee la palabra. La voz es una indicación del dolor y del placer; por eso la tienen también los otros animales. (Ya que su naturaleza ha alcanzado hasta tener sensación del dolor y del placer e indicarse estas sensaciones unos a otros.) En cambio, la palabra existe para manifestar lo conveniente y lo dañino, así como lo justo y lo injusto. Y esto es lo propio de los humanos frente a los demás animales: poseer, de modo exclusivo, el sentido de lo bueno y lo malo, lo justo y lo injusto, y las demás apreciaciones. La participación comunitaria en éstas funda la casa familiar y la ciudad.
Para saber más
Amplía tu conocimiento sobre la visión aristotélica del ser humano mediante la lectura de este artículo en Webdianoia sobre la antropología y la psicología aristotélica.
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