3. Géneros, autores y obras representativos
Como venimos diciendo, la nómina de autores es tan extensa y variada que tocaron todos los géneros. Además del renacer del ensayo, ya hemos tratado en otros temas de esta unidad relativos a la literatura de antes de 1936 de la poesía de Juan Ramón Jiménez o de la novela de Gabriel Miró.
Vamos a rescatarlos ahora en su contexto, junto a otros autores novecentistas.
La poesía: Juan Ramón Jiménez

Para saber más
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Imagen de Joaquín Sorolla. Dominio público |
Como ya estudiamos en el tema 2 de esta unidad, son tres las etapas de la poesía de Juan Ramón. Es sobre todo en la segunda en la que sus concomitancias con los rasgos del Novecentismo se hacen más evidente
La etapa intelectual (1916-1936), comenzada con su primer viaje a América y con la lectura de la poesía en inglés (Yeats, William Blake, Emily Dickinson, Shelley). De esta época destacan Diario de un poeta recién casado (1916), Primera antología poética, (1917), Eternidades (1918), Piedra y cielo (1919), Poesía (1917-23) y Belleza (1917-23)

Actividad de Espacios en Blanco
Banco de palabras: antigua, sonreía, túnica, desnuda, reina, inocencia, vistiendo.
La novela
La novela novecentista tiene en Ramón Pérez de Ayala y en Gabriel Miró son representantes más conocidos. Puesto que el primero es un autor más experimental e innovador, lo trataremos en un apartado especial dedicado a la narrativa experimental.
Centrémonos ahora en Gabriel Miró.

Actividad de Lectura
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Imagen deSantiago Rusiñol. Dominio público |
"Transpuesto el collado de Almudeles, ofrecíase todo el valle de Posuna, ancho, gozoso de abundancia y de luz; en lo más hondo y llano, por tierras pradeñas y almarjales, pasaba un amplio río, de aguas lentas, calladas y resplandecientes, espejo de chopos y salgueros que, en el confín, se desvanecían entre nieblas azules. El sol se acostaba en la tierna pastura y encima de las frondas, tan frescas, tan viciosas, que daba deseo de abrazarlas, de apretarlas para que se fundiesen en jugos olorosos de vida y beberlos. Estaban las cumbres llenas de claridad y parecían nuevas, jovencitas, y que el cielo bajase a descansar y reclinarse en los montes.
Aunque la senda era ruin, tendíase entonces por suave lisura de la serranía, y los ojos de los viajeros podían descuidarse deslizando la mirada, que se llevaba y expandía el ánimo hasta las alumbradas altitudes o retozaba en las blandas alfombras de los prados.
Creíase Félix henchido de inmensidad y que transpiraba azul y luz de la tarde. Y pensó: "¡Mi pobre carne, hecha de barro, qué bien rezuma el frescor purísimo y delicioso que va recibiendo el alma! ¡Que somos de arcilla!... ¡Oh humana alcarraza, qué llena de goces podrías estar si no te rajasen ni te deshiciesen de seca!"

Pre-conocimiento
En su censo de infortunios figura la mutilación de su obra maestra El obispo leproso, publicada en noviembre de 1926, de la que reconoció que quemó 175 páginas en Polop para ajustar su extensión a las limitaciones del editor de Biblioteca Nueva. Para alguien que aseguraba crear con dificultad, el episodio debió ser trágico y solo se le comprende en estado de irritación. Sus biógrafos y estudiosos no consideran que fuera un siniestro ficticio, simulado. La quema la confirmó su hija Clemencia, quien añadió que el fuego consumió, entre otros pasajes, el capítulo de la muerte y entierro del obispo, "que era soberbio". Cuando Jorge Guillén, que lo supo por carta de Miró, contó este desenlace a José
Segín Ruiz-Castillo, hijo del editor, éste quedó desconcertado. "Efectivamente —contestó a Jorge Guillén—, recuerdo que mi padre se lamentó de haber tenido que sugerir a Miró suprimiera algunos pasajes de su novela El obispo leproso para que, aun quedando más larga que las demás, incluso la que le servía de antecedente, Nuestro padre San Daniel, se pudiera conservar el precio de venta por ejemplar establecido para cada uno de los volúmenes de las obras completas del autor".
No obstante, el celo creativo del escritor consiguió que nada se notara, de lo que se jactó en una entrevista publicada en La Gaceta Literaria, en la que aceptó que hubo "tijeretajos" pero en la que retó a descubrirlos: "No hay mutilación alguna —le dijo al entrevistador—. Desafío a usted a que me señale las cicatrices".

Actividad de Espacios en Blanco
Horizontales:
1. Años y ....
2. La novela de mi ...
3. El obispo ...
4. El ...de Sigüenza.
Verticales:
1. Las cerezas del...
2. El ... del rey.
3. Figuras de la ... del Señor.
4. El ... dormido
La novela experimental
El afán estético y de búsqueda de la belleza formal lleva a algunos autores a la innovación. Es el caso de Ramón Pérez de Ayala o de Ramón Gómez de la Serna, al que nos referiremos ahora pero sobre el que volveremos en el segundo bloque al estudiar los movimientos de vanguardia en España.
Ramón Gómez de Ayala busca la experimentación innovando en formas, sobre todo en las técnicas narrativas, y en los temas. Su obra se distribuye de este modo:
- Novelas autobiográficas: Tinieblas en las cumbres.
- Novela lírica, de crítica social y renovación narrativa: Luz de domingo.
- Novelas "intelectuales" (basadas en el pensamiento y no en la acción narrativa): Berlamino y Apolonio.
Pero sin duda el autor del entorno del Novecentismo con mayor carga de experimentación es Ramón Gózmez de la Serna.

Actividad de Lectura
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Retrato de Ramón Gómez de la Serna Imagen en Wikimedia Commons de autor desconocido. Autor desconocido. Dominio público |
"Tenía un puesto de porcelanas, muebles, cacharros y ropas en la Ribera de Curtidores. Aquel puesto era de su padre, pero cuando murió, al casarse su madre con el carpintero Atanasio, se quedó ella al frente de sus cachivaches mientras su madre cuidaba el nuevo hogar. Su belleza había crecido como abonada por todo aquel conjunto de cosas, adunadas en el hondón de la Ribera. Había en su gesto de hembra siempre en pie, un aire desafiador y despavorido, algo que sobrepujaba la timidez de los usuales rostros de mujer. Sus ojos eran color nicotina, como si contuviesen la nicotina de todos los abuelos, pero nicotina venenosa y ácida convertida en pasional mirada de mujer. Su blancura especial era la que le había conseguido el sobrenombre de La Nardo, con que la llamaban sus convecinas postergando su nombre de Aurelia, un poco antipático y como indebido para su belleza blanca, morena y verdadera. Era una blancura mate, sana y olorosa la suya, verdadera blancura de nardo, bordeada de esos ladillos oscuros y sonrosados que dan al nardo un nimbo carnal y que en ella eran como corteza quemada que daba la más sabrosa blancura a la franqueza de su rostro, al centro de su descote, el antebrazo de sus brazos. Guardiana del puesto veía llegar a todos, sin arredrarle ningún tipo, sin quitar los ojos de las malas miradas, aceptándolo todo como no queriendo engañarse con nada. Los curiosos la repasaban como a los objetos que la rodeaban y se veía que pensaban mirándola: ‘esa chuchería sí que me la llevaba yo’."

Caso de estudio
a) El erotismo, la falsedad de las cosas y la reflexión metaliteraria.
b) El problema social de las clases populares y la vida de Madrid.
c) El dolor del alma humana y el existencialismo.
¿Qué género funda Gómez de la Serna?
a) La novela modernista.
b) La novela vanguardista.
c) La greguería.

Actividad de Espacios en Blanco
Banco de palabras: géneros, innovación, independiente, tradición, prolífica, iconoclasta, vanguardista.
El ensayo novecentista
En las primeras décadas del siglo XX, apareció un grupo de pensadores liberales que abogaban por la reforma y transformación de España. Querían modernizar el país y conseguir el cambio moral de la ciudadanía
Este grupo elitista y minoritario desarrolló una gran actividad. Eran periodistas, políticos, educadores... Ya nos hemos referido a algunos de sus rasgos: el europeísmo (quieren combatir el atraso científico de nuestro país acercándolo a Europa), cientifismo (pretenden una formación rigurosa dirigida por la razón y la ciencia), nueva sensibilidad vital (proponen una visión optimista de la vida frente al pesimismo y escepticismo de los escritores anteriores) y reforma política (quieren racionalizar la vida política)
Los autores más conocidos de este grupo son José Ortega y Gasset y Manuel Azaña, pero, además, hay que incluir a autores como Gregorio Marañón, Américo Castro, Eugenio D'Ors, Salvador de Madariaga y Claudio Sánchez Albornoz.
José Ortega y Gasset es considerado la figura más influyente de la cultura y del pensamiento de las primeras décadas del siglo XX; desde su cátedra, desde sus libros, desde Revista de Occidente, ejerció el papel de guía intelectual.
Sus escritos filosóficos más sobresalientes son: Meditaciones del Quijote (1914), obra en la que define el ensayo como “la ciencia, menos la prueba explícita”. Pretendía hacer reflexionar acerca de temas trascendentes o cotidianos, pero siempre en torno a España. El espectador (1916-1934), es una recopilación de artículos que tratan diversos temas, en general cercanos a sus experiencias personales.
Otra de sus preocupaciones fue la estética, asunto sobre el que también dejó muchos artículos, además de una obra en sí ,La deshumanización del arte, en la que reflexiona sobre un nuevo estilo artístico no dirigido a todo el mundo, sino a una minoría, y que además se aleja de los temas humanos para trabajar el "arte por el arte".
Finalmente, sus ideas sobre política se condensan en España invertebrada (1922) y La rebelión de las masas (1930), este último seguramente su obra más difundida, no exenta de cierta polémica (algunos le acusaron de defender el estado totalitario). Se centra en el análisis de la relación entre masas y minoría a lo largo de los tiempos.
Eugenio D'Ors (1881-1954) inventó un nuevo género que denominó "glosa", pequeños comentarios de tema social, cultural o político. Fue el impulsor de la denominación de Novecentismo (noucentisme en catalán, una ideología burguesa con ribetes nacionalistas).
Su obra se difunde tanto en castellano como en catalán. Una de las más conocidas como ensayo es Aprendizaje y heroísmo, además de relatos como La bien plantada.

Para saber más
Sobre Juan Ramón Jiménez:
- La de la Biblioteca Virtual Cervantes.
- La de la Fundación Zenobia-JRJ.
Objetivos
La vida y obra de Miró están modeladas desde una infancia burguesa y tradicional. Es preciso acercarse a ellas mediante estudio particular de sus novelas o de sus cuentos, o a través del conocimiento de su obra.
Sobre Ramón Gómez de la Serna: