4. Teorías de la personalidad

Teoría psicoanalítica

El fundador del psicoanálisis es el psicólogo austríaco Sigmund Freud, que entiende que la psique del ser humano está dividida en varias capas y no a todas tenemos acceso. Para Freud, tanto nuestra conducta como nuestra personalidad se forman a partir de una lucha que se libra constantemente entre la satisfacción de unos deseos de carácter primario y la represión racional de estos, si bien en un primer momento denominó a las partes: inconsciente, consciente y preconsciente, posteriormente las denominó Ello, Yo y superyó.

• El ello es nuestra parte instintiva.
• El yo el resultado de la lucha entre los instintos y su freno.
• El superyó surge de la educación recibida por la sociedad en la que vivimos, que juzga los actos que realizamos y los pensamientos que tenemos.

(La teoría psicoanalítica de Freud fue continuada y ampliada por diversos autores. Tenemos entre ellos a Carl G. Jung y su teoría de los arquetipos).

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Teoría humanista

En general, para esta teoría la personalidad humana no se explica simplemente como el resultado de los conflictos y las crisis que provocan la interacción con el entorno, sino que hace hincapié en la motivación positiva y el progreso personal hacia niveles más elevados de funcionamiento. 

  Esta teoría la desarrollan principalmente los norteamericanos Abraham Maslow y Carl Rogers, que nos vienen a decir que cada uno de nosotros tiene un campo experiencial sobre el que desarrollamos nuestra propia visión del mundo. De la forma en la que integramos esa visión en nuestro YO surge nuestra personalidad, por eso es diferente en cada uno de nosotros ya que va a depender de nuestras experiencias y de cómo las interpretemos.

Rogers entiende que el ser humano es un ser que va perfeccionándose. Queremos desarrollar al máximo nuestro ser y para ello vamos evaluando continuamente los resultados de las acciones que realizamos. Esto lo hacemos tanto a nivel individual, viendo el placer o el dolor que nos producen, como a nivel social, analizando si estas producen agrado o rechazo en las personas que me rodean. A partir de los resultados obtenidos, vamos adaptando nuestra conducta hacia donde entendamos que es mejor para nosotros, ya que uno de los principales objetivos a los que aspiramos es a la aceptación social y a tener una positiva autoestima o, como Rogers la denomina, un buen autoconcepto (imagen que tenemos de nosotros mismos).

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Teoría cognitivista

El canadiense Albert Bandura parte del enfoque conductista para elaborar su teoría de la personalidad, desarrollando lo que él denomina el determinismo recíproco, que consiste en entender que no solo el ambiente puede modificar nuestra conducta, idea principal del conductismo, sino que nuestra conducta también puede modificar el entorno. Con esto, Bandura le otorga tanta importancia a los factores internos como a los externos al tratar el desarrollo de la personalidad. Posteriormente, Bandura, añadirá un tercer elemento: los procesos psicológicos de la persona, es decir, nuestra forma de procesar la realidad en forma de imágenes y lenguaje y el uso de otras habilidades cognitivas como la imaginación. La introducción de este nuevo elemento es lo que lo alejó del conductismo y lo acercó al cognitivismo.

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