4.2. La novedosa técnica velazqueña
"(…) Pintó con tanta finura y sutileza, con tanto vigor y precisión, con tanta sencillez y fuerza representativa, que, ante él, el más magistral de los pintores siente la tentación de hacer pedazos los pinceles."
Karl Justi, 1888
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Felipe IV de castaño y plata (detalle) |
Hablar de la técnica de Velázquez es hablar de modernidad, de una técnica novedosa y atrevida que se adelantó dos siglos en la historia y que en cuarenta años de puesta en práctica superó con creces toda la técnica anterior de la pintura. Ya en su juventud, Velázquez superó con creces a sus maestros, se le quedaron anticuados todos los tratados de pintura existentes y se puso a la altura de los más grandes como Tiziano (su pintor favorito), Tintoretto o Caravaggio y dio un paso adelante hacia la vanguardia artística.
Hay algunas constantes en su técnica pictórica, como son los lienzos, su paleta reducida pero compuesta de colores de calidad, y el desigual grano de sus pigmentos. Como era habitual en el siglo XVI, Velázquez realiza sus obras siempre sobre lienzo de lino o cáñamo de diferentes densidades y texturas. Los colores eran reducidos, básicamente los primarios y poco más, al contrario que la mayoría de sus coetáneos, que empleaban a fondo a sus aprendices para que consiguieran unos finísimos y homogéneos pigmentos, en el caso de Velázquez se ha comprobado que existe una gran variedad de tamaños de los granos de los pigmentos, lo que una vez demuestra que el genio sevillano estaba a años luz de los demás pintores de su época, y que lo que de verdad le importaba era el resultado final por encima de las recetas y las tradiciones.
Al igual que ocurre con su producción, se pueden distinguir tres etapas en su técnica: su etapa sevillana o de juventud hasta 1623, su etapa como pintor de corte en Madrid y dentro de ella hay que distinguir sus logros técnicos tras sus dos viajes a Italia, el primero en 1630 y el segundo en 1649.
Los materiales
"El constante estudio del natural le dio el dominio del dibujo, así como su privilegiada vista la apreciación del color. Su buen gusto, elegancia y aristocráticas maneras de presentar actitudes, expresiones y grupos, con esbeltez y gracia, domina todos sus lienzos.
G. Cruzada Villaamil, 1885
Como ya te hemos avanzado, Velázquez pintó utilizando colores al óleo sobre lienzo sujeto a un bastidor de madera, tal y como hacen hoy día la mayoría de los pintores. Las telas eran de lino o cáñamo que fueron variando su grosor, haciéndose cada vez más finos desde que llegó a la corte en 1623 y sobre todo, tras su primer viaje a Italia. Sobre los lienzos aplicaba dos capas: una primera capa de preparación blanca sobre la que aplica una segunda capa de imprimación con una tierra roja conocida como Tierra de Sevilla. Tras su primer viaje a Italia prescinde de este colorante de un tono entre rojo y ocre para aplicar una capa de preparación blanca con albayalde o blanco de plomo tal y como hacían los pintores venecianos, sobre la que aplica una segunda capa de imprimación a base de yeso y cola animal conocida como imprimación a la media Creta, que sigue siendo muy popular hoy día.
Entre los reducidos pigmentos que utilizó estaban la azurita, el bermellón de mercurio, el blanco y amarillo de plomo, negro orgánico, óxido de hierro marrón y laca orgánica roja. Nunca utilizó ningún pigmento verde. Y en sus años de madurez se observa que cada vez aumentaba más la cantidad de aglutinantes y secativos para conseguir una pintura cada vez más fluida, casi transparente, acorde con su pincelada ágil, rápida pero certera.
Para saber más
La imprimación a la media creta
Esta imprimación que ya se usaba en tiempos de Velázquez y sigue siendo muy popular hoy día lleva cola de conejo rebajada con agua al que se añade el material de carga, que suele ser Blanco de España, esto es, yeso mate, y que puede contener Blanco de Titanio o de Zinc para aportar más luminosidad. Se diferencia de otras imprimaciones en que además lleva una pequeña cantidad de aceite de linaza y de algún barniz, generalmente de almáciga, lo que aporta una gran flexibilidad y elasticidad.
La técnica
"Diego Velázquez es el mayor pintor que jamás ha existido. Él sólo, ya merece el viaje a Madrid."
Edouard Manet
Y con esos pocos pigmentos que ya conoces y lienzos sobre bastidor Velázquez reinventa el arte de la pintura con una técnica revolucionaria que se diferenció de la de sus coetáneos y no volveremos a ver algo similar hasta bien entrado el siglo XIX. El genio sevillano no imita la realidad, sino que la analiza, la estudia detenidamente y la representa con unas pocas líneas a modo de boceto para rápidamente coger los pinceles y a base de manchas ir reconstruyendo esa realidad con pinceladas esquemáticas y precisas. Si observamos de cerca los cuadros de Velázquez tendremos la impresión de que están a medio acabar, pues aunque se trate de pequeños detalles, éstos están construidos a base de manchas, de pintura muy diluida sobre la que aplica capas transparentes de veladuras que van matizado los tonos y enriqueciendo las texturas. Se trata de una técnica conocida como alla prima, del italiano a la primera, que consiste en aplicar directamente la pintura casi sin boceto ni dibujo preparatorio y sin dejar que sequen las sucesivas capas, sino que se superponen unas a otras en húmedo.
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Detalle de la Infanta Margarita en Las Meninas |
Retrato de Martínez Montañés, 1636 |
Un pintor barroco impresionista
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Vista de la Villa Médicci, 1630 |
Esta pintura tan efectista, tan atrevida, de pinceladas como deshechas que son más propias de la acuarela que del óleo aleja a Velázquez de sus coetáneos y lo acerca casi dos siglos más tarde a Turner y a todos los impresionistas.
El padre del movimiento, el artista francés Manet, viajó a España a conocer la obra de Velázquez y fue tal el impacto que le causó que a partir de entonces se pueden observar detalles, gestos y posturas en las obras de Manet que son una clara referencia de las obras de Velázquez.
De entre las muchas similitudes que existen entre la técnica del genio español y la de los impresionistas franceses que cabe destacar las siguientes:
- Pintura al aire libre. Velázquez fue el primer pintor en salir del estudio y pintar paisajes observándolos directamente, como hizo en sus Vistas de la Villa Médici de 1630. Esta visión moderna del paisaje la retomarán con fervor los impresionistas.
- Pinceladas sueltas que cada vez se hacen más fluidas, que se aplican a la tela sin apenas dibujo previo.
- Introducción de la atmosfera y el aire en los lienzos. A las clásicas perspectivas lineales que introdujeron los pintores renacentistas, Velásquez añade los efectos atmosféricos del aire, que también diluye los contornos y apaga los colores. De sus obras maestras de madurez como Las Meninas y Las Hilanderas se ha dicho que se puede observar el polvo en suspensión que flota en el interior de las estancias, la denominada perspectiva aérea.
Ejercicio resuelto
Lamentablemente no podemos ver a Velázquez pintando en su estudio, pero sí nos podemos hacer una buena idea viendo este pequeño vídeo del artista Luis García Mozos comenzando una obra al óleo al estilo del genio sevillano.
Vídeo de Historie du Cinéma Audiovisuals alojado en Vimeo
Observa cómo apenas tras un primer esbozo inicial el artista comienza a manchar la tela determinando primero los tonos oscuros para continuar con los medios y claros cuando aún cuando la capa inferior está fresca.
Importante
Con unos materiales tradicionales pero con una técnica novedosa y moderna, Velázquez se adelanta doscientos años en el tiempo. Pinceladas sueltas con pintura diluida que a base de manchas van construyendo las formas sin apenas dibujo previo, al igual que harán los Impresionistas en el último tercio del siglo XIX.