4.1. Los años de formación. Velázquez en Sevilla

¿Qué te ha parecido el vídeo que has visto sobre Velázquez? Seguro que te ha dado una idea bastante clara sobre la trayectoria y la la obra de este gran artista. Ahora vamos a hacer lo al revés, primero vamos a analizar un poco más detenidamente toda la información que nos aporta este recurso, después iremos desarrollando todos los aspectos más importante para profundizar y entender bien por qué es considerado Velázquez un gran maestro de la pintura española. y en general, universal.

Reflexiona

Contesta a las preguntas sobre el vídeo del apartado anterior "Un genio andaluz: Diego Velázquez"

  1. ¿Por qué Sevilla era una de las ciudades más importantes de la España del siglo XVII?
  2. ¿Dónde inició Velázquez su aprendizaje como pintor?
  3. ¿Cuándo se produjo la primera etapa del pintor?
  4. ¿Qué características son propias de esta primera etapa? ¿Cuáles son sus principales influencias?
  5. ¿Qué temáticas sobresalen en sus primeros años?
  6. ¿Puedes mencionar alguna de las obras de la etapa sevillana?
  7. ¿Qué ocurre en 1623 para que acabe esta etapa?

Diego de Silva y Velázquez nació en Sevilla, en una época floreciente de la ciudad. Allí comenzará su formación, primero con Herrera el Viejo, y posteriormente en el taller de Francisco Pacheco, uno de los centros culturales hispalenses más importantes. Es normal, que el joven Diego, se empape en estos años del espíritu iconográfico de la contrarreforma, así como del realismo y tenebrismo, pues en esta época estas características eran las comunes para todo.

Sin haber cumplido aún los 20 años se convirtió en maestro pintor, lo que le facilitó poder abrir en su ciudad natal un taller propio y, como algo bastante natural en la época, se casó con Juana Pacheco, la hija de su maestro. Así que con este panorama lo normal habría sido continuar la labor de su suegro en Sevilla. La cuestión es que Velázquez no se queda ahí durante toda su vida, sino que irá sufriendo una constante evolución que nos hace imposible encasillarlo en un estilo en concreto.

En general, en esta primera etapa de juventud nos encontramos con un joven que se imbuye dentro del naturalismo que afloraba en la época. Su temática es variada. Hay cuadros religiosos, pero es frecuente que en ellos también se mezclen cuestiones de género. Si te fijas en Cristo en Casa de Marta y María en primer término lo que aparentemente está representado es una escena cotidiana, pero con más detenimiento, en un segundo plano vemos que no es así y que el asunto religioso está ahí. No es el único cuadro organizado así, te recomendamos que veas por ejemplo el cuadro La Mulata.

No obstante, existen unas obras que puramente religiosas como La Inmaculada; y otras simplemente costumbristas como La vieja friendo huevos o El Aguador de Sevilla.

Cristo en casa de Marta y María Inmaculada Concepción El aguador de Sevilla
Cristo en casa de Marta y María.
Imagen en Wikipedia. Dominio público

Inmaculada Concepción.
Imagen en Wikimedia. Dominio público

El aguador de Sevilla.
Imagen en Wikipedia. Dominio público


Básicamente, estas obras están realizadas con una pincelada bastante densa, así como con unos colores terrosos con toques oscuros para los efectos de claroscuros, pero esto solo es el comienzo.

Las circunstancias en el país van a cambiar con la llegada al trono de Felipe IV. Será el Conde Duque de Olivares, su valido, quien se haga realmente con el poder. Don Gaspar de Guzmán, que así se llamaba el Conde Duque es natural de Sevilla y por tanto conocedor del ambiente intelectual y artístico de la ciudad. Esto favorecerá que las puertas de la corte se abran para muchos artistas andaluces. Este será el caso de Diego Velázquez, quien tras un primer intento en 1622 se marchará definitivamente de Sevilla para instalarse en Madrid.

Para saber más

Cuando hablamos de Francisco Pacheco es natural relacionarlo con la figura de Velázquez, sin embargo, el pintor nacido en Sanlúcar de Barrameda (Cádiz) es algo más que su suegro. Es verdad que realizó una importante acción pedagógica en la Sevilla de principios del siglo XVII, siendo maestro no solo de Diego Velázquez, sino también de Alonso Cano.


Pacheco se había formado en Sevilla, a donde llegó siendo joven para ser tutelado por su tío que era canónigo de la catedral y que por tanto contaba con buenos contactos. Con unos 20 años ya contaba con taller propio, instalándose en la capital hispalense hasta su fallecimiento. Durante esa época se convirtió en una de las personalidades de referencia dentro del mundo cultural sevillano. La magnífica educación humanista que su tío le había inculcado lo hizo indispensable en las tertulias de eruditos que se celebraban por aquel entonces, a las que acudían lo más granado de la sociedad.

Francisco Pacheco
Retrato de Francisco Pacheco, Velázquez.
Imagen en Wikimedia Commons. Dominio público

Su pintura estará dentro aún de los prototipos manieristas, dominando el dibujo a la manera florentina. Esto hizo que cuando empezaran a despuntar en la ciudad jóvenes de talento que pintaban más a la moda del naturalismo quedara un poco desplazado. No obstante, viajó a Madrid, al Escorial y a Toledo para estudiar las colecciones reales y poder introducirlas en su obra, fundamentalmente en cuanto al color y el modelado.


Pero además de pintor es destacable su labor como teórico, especialmente importante es su tratado El Arte de la pintura. Es fundamental para entender los nuevos modelos iconográficos saldos del Concilio de Trento y que los pintores de la época seguirán. Su relevancia en la ciudad lo llevó también a obtener cargos para el Ayuntamiento, como el de veedor del oficio de la pintura para inspeccionar la labor de los gremios. O para la Santa Inquisición como veedor de pinturas sagradas, es decir, un censor.


Cuando falleció, sus restos fueron enterrados en la Iglesia de San Miguel, cerca de donde estaba su taller. Desgraciadamente hoy no se conserva dicha iglesia, por lo tanto sus restos desaparecieron con ella, aunque no su legado.

Importante

Las obras de la etapa sevillana están caracterizadas por:

  • una pincelada bastante densa
  • unos colores terrosos
  • toques oscuros para los efectos de claroscuros

Entre los temas más usuales nos encontramos con:

  • Obras religiosas, pero combinadas con cuadros de género, en Cristo en Casa de Marta y María o en La Mulata.
  • Obras puramente religiosas, como La Inmaculada
  • Costumbristas, con escenas cotidianas como El aguador de Sevilla o La vieja friendo huevos.