1.3. La influencia posterior del Tenebrismo
El tenebrismo y la huella de Caravaggio serán visibles en muchos autores coetáneos y posteriores, pues los grandes genios dejan su impronta. Eso no quiere decir que los demás autores no tengan su propia trayectoria, porque también fueron enormes talentos. Este fue el caso de pintores españoles como Ribera, Valdés Leal o Velázquez, de los que hablaremos más adelante porque se merecen su propio espacio.
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San José carpintero, George de La Tour. Imagen en Wikimedia Commons. Dominio público |
Pero en Francia nos encontramos con Georges De La Tour, un artista en el que se expone expresamente el gusto tenebrista.
El caso de este pintor es curioso, porque a pesar de que tuvo una vida próspera y fue muy reconocido en vida, a su muerte fue cayendo en el olvido, siendo rescatado hace aproximadamente unos cien años. De su trayectoria poco se sabe, quizá pudo viajar a Italia aunque no se sabe con exactitud, pero es probable que allí conociera la obra de Caravaggio que le iba a influir producción, fundamentalmente en el tratamiento de los personajes y de la luz.
Los temas más populares en su trabajo son los religiosos y de género, normalmente, llevan implícitos una intención moralizante.
Los individuos que aparecen en sus escenas, como hacía Caravaggio, son de una extrema humildad, escogiendo personajes populares y de la calle para representar a los santos y otras personalidades sagradas. Los críticos de arte franceses denominaron a este planteamiento como “religiosidad laica”. Este ambiente místico es reforzado por su apariencia reservada y sosegada que los envuelve en una atmósfera misteriosa cubierta de introspección, aislamiento y sigilo. Y es que apenas aparece nada en los alrededores de los sujetos, ni paisaje, ni construcciones, ni siquiera llevan complementos que puedan caracterizarlos, desapareciendo por tanto cualquier tipo de acontecimiento que pueda desviar la atención del suceso principal.
Estos personajes empapados de una gran conciencia piadosa están enfrascados en la oscuridad, empleando la luz con un sentido bastante dramático. Normalmente, es una vela la que aporta una iluminación dorada y suave al conjunto, especialmente a los protagonistas del cuadro. Esto provoca que los colores que emplea se acoten, prefiriendo principalmente la gama de los terrosos y granates.
En cuanto a sus composiciones, son básicas y sencillas, con esquemas que tienden a la geometrización, quedando esto reforzado por sus figuras corpulentas que marcan volúmenes acentuados.
Puede que viendo la imágenes de algunos de sus cuadros como San José carpintero o la Magdalena penitente comprendas bien el estilo de este genio
No creas que durante el barroco todos los pintores eligieron el mismo estilo para sus obras y siguieron el tenebrismo como si no hubiera más opciones. Un ejemplo de ello fue lo que pasó en la escuela de Bolonia, fundada por los hermanos Carracci, Agostino y Anibale. Los ideales de esta corriente eran más continuistas con el Renacimiento precedente, por lo tanto, existía la tendencia hacia unas composiciones menos abiertas y más estructuradas en las que el dibujo es el preeminente sobre el color. En definitiva, podemos afirmar que es un estilo más clasicista que pretende rescatar la obra de Rafael.
Entre los pintores de la escuela de Bolonia destacamos a Anibale Carracci y Guido Reni.
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El triunfo de Baco y Ariadna, Palacio Farnese. Anibale Carracci. Imagen en Wikipedia. Dominio público |
Hipómenes y Atalanta, Guido Reni. Imagen en Wikipedia. Domino público |
Si observas la obra del Triunfo de Baco y Ariadna del Palacio Farnese es un fresco en este caso y no un lienzo.
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Apoteosis de San Ignacio, Andrea Pozzo Imagen en Wikimedia Commons. Dominio público |
Ya sabemos, que los grandes maestros del Renacimiento como Rafael o Miguel Ángel cultivaron esta pintura que ahora no se abandonará, por eso volvemos a verla como algo habitual tanto para decorar los palacios como las iglesias. Y es que, el sentido integrador de las artes provocará que los interiores de los edificios se conciban en conjunto en los que la pintura mural se desarrolla con gran destreza, aparentando arquitecturas fingidas y perspectivas con gran profundidad. Buen ejemplo de esto que estamos comentando la galería del Palacio Barberini, obra de Pietro da Cortona o La apoteosis de San Ignacio del Padre Pozzo en la iglesia jesuita que lleva el mismo nombre en Roma.
Importante
La influencia posterior al tenebrismo es evidente en todos los países. Destacamos su continuación en Francia con Georges de La Tour. Este pintor caracteriza sus escenas por iluminarlas con una luz tenue que procede, por ejemplo de una vela. Así podemos verlos en San José carpintero o La Magdalena.
Sin embargo, existen otras corrientes diferenciadoras del tenebrismo. Este es el caso de la Escuela de Bolonia que es continuista de la tradición clásica. Representantes de esta son los hermanos Carracci, con El triunfo de Baco y Ariadna; o Guido Reni, con Hipómenes y Atalanta.
También es importante la labor de decoración de iglesia y templos para lo que se emplea el fresco. Es el caso del pintor Pietro da Cortona en la Galeria del Palacio Barberini; o Andrea Pozzo en el Apoteosis de San Ignacio.
Reflexiona
Observa la imagen que te mostramos a continuación y contesta a las preguntas.
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Imagen en Wikipedia Commons. Dominio público |
- ¿Cuál es el título de la obra?
- ¿Quién es su autor?
- Enumera alguna de sus características
- Cita otros autores del estilo
Para saber más
Artemisa de Gentileschi es una de las pocas mujeres pintoras que la historia del arte ha destacado. Fue hija de un pintor tenebrista seguidor de
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Judith y Holofernes, Artemisa Gentileschi. Imagen en Wikimedia Commons. Dominio público |
Caravaggio. Quiso que su hija estudiara también pintura, pero al no estar permitido que las mujeres fueran alumnas de la Escuela de Bellas Artes, le puso un profesor particular llamado Agostino Tassi. A partir de ahí su vida se convirtió en una lucha constante de coraje y superación. Ya en su primera obra fue Susana y los viejos se ponen de relieve algunos de los temas que serán constantes en su obra, la mujer como heroína, fuerte y luchadora. Y es que Artemisa supo desde joven el valor de la mujer que tiene que abrirse un hueco en un mundo dominado por los hombres. Mientras estudiaba sufrió la violación de su maestro, con la honra perdida fue engañada y tuvo que aceptar un matrimonio de conveniencia con Pierantonio Stisttesi. Esta situación es lo que nos quiere transmitir en su pintura de Judith y Holofernes, un alegato del triunfo de la astucia de la mujer ante la injerencia de los hombres.
Tras su matrimonio se marchó a Florencia en donde encontró un hueco en el mundo artístico de la ciudad, llegando a obtener el mecenazgo de los Medici. Fue entonces la primera vez que una mujer pisaba la Academia de dibujo de Florencia.
Tras la separación de su marido, regresa a Roma con su hija, y de ahí se marchará a Venecia y Nápoles. Y Nápoles se convertirá en su nuevo hogar, a pesar de pesar algunos periodos fuera como el caso de su estancia en Londres en la corte de Carlos I.
En Nápoles estaban reunidos en esta época algunos de los más grandes pintores de época, y allí estuvo a gusto disfrutando de su actividad como pintora.
En general, podemos afirmar que es la primera vez en la historia del arte que se reconoce a mujer como pintora, pero además, es importante el enfoque que otorga a su pintura que puede entenderse como un alegato feminista, como nos muestra a través de sus heroínas bíblicas como Judith, Magdalena, Susana, etc. Esto ha provocado en ocasiones un estudio más profundo de su obra desde la perspectiva más psicológica. Puedes leer este artículo sobre La venganza freudiana de Artemisa sobre estas cuestiones.