3. Las sagas de nuestro tiempo
![]() Anillo Único |
Como se cuenta en El Hobbit, un día llegó a la puerta de Bilbo el gran Mago, Gandalf el Gris y con él trece Enanos: nada menos que Thorin Escudo-de-Roble, descendiente de reyes, y doce compañeros de exilio. Bilbo salió con ellos, del todo perplejo, en una mañana de abril del año 1341 de la Cronología de la Comarca, a la búsqueda del gran tesoro: el tesoro oculto de los Reyes Enanos de la Montaña, debajo de Erebor en el Valle, lejos al este. La búsqueda fue fructífera, y dieron muerte al Dragón que custodiaba el tesoro. Sin embargo, aunque antes del triunfo final se libró la batalla de los Cinco Ejércitos, en la que murió Thorin, y se realizaron muchas proezas, el asunto habría incumbido apenas a la historia posterior o solo hubiera merecido algo más que un comentario en los largos anales de la Tercera Edad, de no haber mediado una causa fortuita: el grupo fue asaltado por Orcos en un alto paso de las Montañas Nubladas, en el camino hacia las Tierras Ásperas, y sucedió que Bilbo se perdió un tiempo en las profundas y negras minas subterráneas de los Orcos, bajo la montaña, y allí tanteando en vana en la oscuridad, posó la mano sobre un anillo, caído en el piso de un túnel. Se lo guardó en el bolsillo. En ese momento solo pensó que había tenido suerte.
J.R. Tolkien, El Señor de los Anillos
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La fantasía épica
Cuando J.R. Tolkien escribió El Hobbit probablemente no fuera consciente del nuevo estilo literario que había creado. Fue escrita por partes desde finales de los años veinte hasta principios de los años treinta del siglo XX; en un principio solo pretendían divertir a los hijos pequeños del autor. No obstante, el manuscrito de la obra aún sin acabar fue prestado por el escritor a varias personas y finalmente acabó en manos de la editorial George Allen & Unwin. Dispuestos a publicarla, los editores pidieron a Tolkien que finalizara la obra; El Hobbit fue publicada el 21 de septiembre de 1937 en el Reino Unido. En El Hobbit, Tolkien sentó las bases de la épica contemporánea: a partir de ese momento se escribieron numerosas obras de fantasía épica, tanto en prosa como en verso. Tolkien volvió a escribir nuevas obras sobre el universo de El Hobbit, entre ellas los dos libros titulados El Señor de los Anillos (aunque el segundo libro fue dividido en dos partes debido a su gran volumen de páginas). Tolkien recuperó en sus obras numerosos temas de sagas de la mitología germánica, como el Anillo de los Nibelungos (en esta página puedes encontrar los datos exactos). La trilogía de El Señor de los Anillos ha sido llevada al cine con gran éxito, como suele ocurrir con todas las historias épicas: Trailer de "El Señor de los Anillos. La Comunidad del Anillo"
Vídeo de TrailersTeca en Youtube Sprague de Camp, en su introducción a la novela de R.E. Howard, Conan de Conqueror define el género ((Nueva York, 1967, Editorial Lancer Books):
Fantasía épica es el nombre que he dado a un subgénero de ficción, denominado por otra parte “historias de espada y brujería”. Son historias de acción y aventuras situadas en un mundo más o menos imaginario, en el que la magia funciona y no se han descubierto aún la ciencia y la tecnología modernas. Se sitúan (como en las de Conan) en esta Tierra tal como se supone era en tiempos remotos, o como podría ser en un futuro lejano, o bien en otro universo o en otra dimensión.
Estas narraciones presentan colorido y toques de novela histórica, con los atávicos ingredientes sobrenaturales de lo extraño, lo oculto, o las historias de fantasmas. Cuando está bien hecha, proporciona el más genuino disfrute de una ficción. Es una huida en la que el lector escapa del mundo real para entrar en otro donde todos los hombres son fuertes, todas las mujeres hermosas y todos los problemas simples, y nadie menciona los impuestos, la marginación o la socialización de la medicina.
Tomaremos como ejemplo para nombrar las características principales de la épica contemporánea las obras anteriormente nombradas, en las que se aprecia la presencia de una figura malvada y poderosa que desea hacerse con el control del mundo, al que llamaremos antagonista. No hay un protagonismo individual sino un protagonismo colectivo; se escribe en tercera persona; el narrador es omnisciente y no forma parte de la historia; los personajes son redondos, evolucionan durante la historia; el universo donde se desarrolla la historia es un universo fantástico poblado por criaturas míticas o inventadas por el autor (también hay obras en las que emplean el mundo real); la presencia de la magia es muy común; en la historia los personajes protagonistas realizan sacrificios para derrotar al antagonista.
Los protagonistas (por ejemplo, el Hobbit) llevan una vida totalmente normal hasta que algún suceso o algún otro personaje interrumpe esta normalidad, y los involucra en aventuras que cambian su vida por completo. Abandonan su tierra para emprender viajes en los que encuentran criaturas extrañas, objetos mágicos, y se ven envueltos en luchas contra personajes siniestros que amenazan con acabar con el mundo en el que hasta entonces había transcurrido su plácida existencia. Muchas de estas novelas tienen una gran calidad literaria: además de las novelas de Tolkien, hay otras muy interesantes que siguen esquemas épicos, entre las cuales merece la pena nombrar La Historia Interminable, las novelas de Úrsula Le Guin, la española Memorias de Idhun y la saga de las leyendas de la Dragonlance, especialmente las primeras entregas.
Muchos de los rasgos característicos de este subgénero se toman de la épica tradicional: cuando Srague de Camp dice que "todos los hombres son fuertes, todas las mujeres hermosas y todos los problemas simples" bien podría estar hablando de los héroes homéricos. El valor, el honor y la camaradería son también las virtudes de sus protagonistas; los viajes y las aventuras proporcionan la trama; la magia y los seres fantásticos, ya sean monstruos o dioses, conviven con los seres humanos. Herencia de la épica tradicional es también escribir en grandes dimensiones: casi todas las novelas que responden a estas características se editan en trilogías.
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Caso de estudio
Aquiles, por el temor de su madre, ya que sabía que su único hijo perecería en la contienda, aunque él mismo prefería la inmortalidad que confiere la gloria a una larga vida sin ella. Odiseo, casado hacía poco con Penélope y con un hijo recién nacido, sabía que tardaría muchos años en volver si abandonaba su isla. Sus vidas se vieron interrumpidas por la llegada de los emisarios de Agamenón:
Erasmus Quellinus, Aquiles descubierto entre las hijas de Licómedes |
Puedes consultar la Wikipedia y la página Greek Mythology Link. |
Este tema ha sido elaborado por Meli San Martín y Javier Almodóvar para la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía