2.1. El origen del Gospel

Lo que hoy conocemos como música góspel es el resultado de más de tres siglos de evolución desde los cantos de los esclavos afro americanos hasta llegar a las mega estrellas que hoy vemos por la televisión. El término proviene del inglés Godspell, que significa palabra de Dios, en referencia a los evangelios cristianos.  Su origen coincide con la trata de esclavos que los europeos comenzaron en sus colonias africanas en el siglo XVII, mano de obra con la que labrar las vastas tierras americanas y trabajar en alguna que otra mansión de la aristocracia europea. A los esclavos se les obligaba a cantar los evangelios  mientras trabajaban de sol a sol no para que las duras jornadas de trabajo a los que eran forzados se les hicieran más llevaderas, sino para que no hablaran entre ellos, y así mantenerlos tranquilos y evitar revueltas. Durante esa centuria y todo el siglo XVIII esos cánticos formaron parte de las misas en las iglesias afroamericanas  de esclavos que aparecieron en la vasta geografía de Norteamérica, especialmente en los estados sureños, con una mayor población de esclavos, los estados entre los que se encuentran Texas, Luisiana, Georgia, Florida, Carolina del Norte y del Sur, Virginia y Delaware, entre otros.   

Así nace el góspel, como un canto religioso coral de inspiración evangélica. Poco a poco fue evolucionando hacia una música más compleja llena de ritmos étnicos propios de los países de origen de los esclavos, con enérgicas percusiones, solos de voz y hasta bailes acompañados de palmas. 

Es hacia comienzos de 1930 cuando la música góspel conoce una gran expansión y se da a conocer al gran público, gracias a las maravillosas composiciones de Rosetta Tharpe. 

En cuanto a los géneros del góspel se pueden distinguir cuatro:

El góspel tradicional es el que más fiel se mantiene a sus orígenes, compuesto por un gran coro,  un solista y el acompañamiento del famoso órgano hammond. Edwin Hawkins compuso la pieza más conocida de este estilo de góspel, el himno Oh happy day.

El góspel sureño es el interpretado por un cuarteto de voces masculinas que van desde el barítono al tenor. Son famosos los grupos Statesmen Quartet y The Statler Brothers.

El góspel negro es el más innovador al mezclar diferentes estilos, desde el funk al rock pasando por el blues. Destacaron artistas como Kirk Franklin, Fred Hammond y la gran Aretha Franklin. Este estilo fue el que dio origen al blues, de lo que nos ocuparemos en el próximo apartado. Y por último hablar del góspel latino, nacido en Latinoamérica y en las iglesias norteamericanas frecuentadas por hispano hablantes, en donde el góspel se funde con ritmos latinos como el merengue, la bachata y la salsa. Juan Luis Guerra es quizá el cantante más conocido de esta corriente del góspel. 

Seguro que lo has visto ya, pero por si acaso, no te puedes perder este fragmento de la película Sister Act en donde la actriz Whoopi Goldberg ensaya con el coro de gospel el Oh happy day: 

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