4. La imaginería

La palabra imaginería comprende a las manifestaciones escultóricas normalmente sobre madera policromada denominadas imágenes que proliferaron durante el Barroco y en especial en la defensora a ultranza del Catolicismo mundial: la Península Ibérica.  La imaginería barroca es una manifestación artística  típicamente española y una de las máximas expresiones plásticas del espíritu de la Contrarreforma, pues debido a su naturalismo convertido en exacerbado realismo  y sus expresiones dramáticas de dolor, conmovieron a los fieles y los alejaron de la simple idea de abrazar el Protestantismo. Arte al servicio de la propaganda de la Iglesia Católica en estado puro. La imaginería barroca creó básicamente tres tipos de escultura en madera tallada y policromada,  aunque existen algunos ejemplos en terracota o mármol: los retablos para altares,  dotados de los más sofisticados artificios para crear efectos escenográficos que dejaran perplejos a los fieles; las sillerías para el coro, retomando la tradición de este tipo de esculturas que se venía realizando desde el Gótico; y los pasos de Semana Santa, que aún hoy siguen procesionando por nuestras calles. 

La imaginería aparece como un elemento característico del barroco español y, de hecho, distingue el arte español con claridad del italiano y del francés—y no sólo porque la influencia de Bernini llegase «tarde» a España. Podría hablarse, sin temor a la equivocación, de un arte devocional, nacido no sólo para la instrucción del pueblo (ya conocemos el uso de la imagen—pintura y escultura—en los procesos de enseñanza religiosa desde el románico), sino para formar su sensibilidad religiosa, que debía aparecer claramente marcada por el catolicismo nacido del Concilio de Trento y del espíritu de la Contrarreforma. Debe tenerse presente que no estamos «sólo» ante una cuestión religiosa (o de estética religiosa, si se prefiere), sino también de organización política y social. Por lo tanto, para comprender adecuadamente la imaginería española hay que tomar en cuenta el contexto histórico en su totalidad.

Desde finales del siglo XVI  (Felipe II fallece en 1598 en el Monasterio de El Escorial) España se encuentra en un proceso de franca decadencia pasando de ser el Imperio dominante a una nación en retroceso. Es la época de los Austrias menores (Felipe III, Felipe IV, Carlos II). En Europa Francia irá pasando al primer plano y España, aunque su presencia en Italia sea fundamental, se irá cerrando a las influencias extranjeras y, por decirlo así, concentrándose sobre sí misma. Serán, por ello, muy importantes los rasgos propios de «lo español», que se subrayarán en todos los ámbitos de la existencia—desde el arte a la comida. Lógicamente, este «encierro» hará evolucionar las expresiones artísticas de una manera propia y diferente al resto de Europa, de lo que podemos llamar Europa católica (Italia, Austria y Francia fundamentalmente), porque las diferencias con los países en los que la Reforma se asentó serán aún mayores dada la iconoclasia—si es lícito llamarla así—de las ideas de los reformadores (Lutero, Zwinglio, Calvino…). La imagen, por tanto, afirma la identidad y, por ello, la diferencia frente a las ideas que llegan de fuera.

Por lo tanto, las imágenes tendrán en España sus peculiaridades no sólo desde el punto de vista estético, sino también desde el sociopolítico. Piensa, por ejemplo, que la imagen es católica (adjetivo que caracteriza a la identidad nacional impuesta en la época) no sólo frente a las ideas reformadas (los alumbrados), sino también frente a las judías (judaizantes) y las mahometanas (moriscos). Por esto tal vez buena parte de las imágenes son no sólo para la exposición, sino para la protestación pública de la fe (procesiones).

Hay que tener en cuenta además que los clientes pertenecen a instituciones religiosas o con íntima relación con ellas: diócesis, cabildos, órdenes religiosas, gremios, congregaciones, hermandades, terceras órdenes, círculos de devotos… Es evidente que esta clientela determinada los temas y, pese a la libertad de los artistas, en los contratos se fijaban explícitamente no sólo el tipo de figuras, sino el tipo de sensibilidad que se requería.

La imaginería religiosa y sus técnicas.
Vídeo de NaturANDA.
Alojado en Youtube. 

Curiosidad

Imagen de la Esperanza Macarena

Virgen Esperanza Macarena.
Imagen en Wikimedia. Licencia CC

Dentro de las imágenes destinadas a los pasos destacan una tipología, las llamadas imágenes de candelero, que consisten en esculturas sobre madera policromada pero que realmente se reducen a las cabezas, las manos y los pies. Estas partes visibles de la pieza se acoplan a una estructura interna que queda tapada al cubrirse la figura con los ropajes y demás elementos decorativos. La icónica imagen de la Esperanza Macarena es una escultura de candelero.