3. La escultura barroca

La escultura barroca sufre, como la arquitectura, un cambio radical con la llegada del nuevo siglo. El manierismo, iniciado en Italia, comienza a romper el equilibrio y la serenidad hasta llegar a la libertad absoluta de la escultura barroca. 

 Escultura barroca
Vídeo de ARTEHISTORIA alojado en Youtube. 

Como ocurre con el resto de las artes, la escultura sufre una profunda transformación con respecto al estilo anterior renacentista. Aunque no se producen innovaciones en cuanto a las técnicas, pues se continúan las técnicas anteriores así como los mismos materiales, en especial el mármol, bronce y la madera, sí que se introducen nuevas concepciones estéticas. Las más importantes son un naturalismo que se torna en exacerbado realismo, la introducción del movimiento cargado de tensión y energía y la simbiosis de la escultura junto con la pintura, al servicio de la arquitectura para crear una obra de arte total que refleje a la perfección el espíritu de esta época. Las monarquías absolutas europeas y la poderosa Iglesia católica tendrán en el arte barroco en general y en la escultura barroca en particular, el vehículo perfecto de propaganda de sus ideas: poder, dominio y convicción.  

Ejercicio resuelto

Durante el Barroco asistimos a la gestación de un nuevo concepto artístico: la obra de arte total. Esto quiere decir que todas las disciplinas se ponen al servicio de una idea para crear espacios en donde la arquitectura, la pintura, la escultura y las demás artes aplicadas se fundan para lograr una obra de arte perfecta y con un estilo unitario que ensalce fundamentalmente la idea de poder de las monarquías europeas y la archipoderosa Iglesia Católica. Son muchos los ejemplos, pero el conjunto residencial, palaciego y de gobierno de Versalles, cerca de París,  es uno de los mejores ejemplos de esta nueva forma de entender, crear y usar el arte durante los siglos XVII y XVIII.

Versalles

Versalles
Imagen en Wikipedia.  Licencia GNU

En este fotomontaje puedes observar detalles de interiores y exteriores arquitectónicos, pabellones y jardines, fuentes y esculturas que las decoran, y así hasta llegar al más mínimo detalle como lámparas, cortinas y espejos: el arte en estado puro al servicio de una idea.