Resumen

Importante

El sistema nervioso se encarga de detectar cambios en el medio externo e interno, evaluar esa información y responder iniciando modificaciones en músculos o glándulas.

Para su estudio se divide en dos partes principales: el sistema nervioso central y el sistema nervioso periférico (los nervios).

El sistema nervioso central es el centro estructural y funiconal de todo el sistema nervioso y está formado por:

  • El encéfalo: donde se aloja el cerebro (formado por la corteza, el cuerpo calloso, y el diencéfalo - formado a su vez por el tálamo, el hipotálamo, el subtálamo y el epitálamo -), el cerebelo y el tronco encefálico, formado por el mesencéfalo, el puente de Varolio y el bulbo raquídeo.
  • La médula espinal: largo cordón blanco localizado en el canal vertebral, cuya función principal es la de llevar impulsos nerviosos a los nervios, comunicando el encéfalo con el cuerpo, a través de vías de conducción de dos direcciones: ascendente y descendente.
encéfalo médula espinal
Imagen de HGrey en Wikimedia Commons. Dominio público Imagen de Lemarivir en Wikimedia Commons. Licencia CC

El sistema nervioso central se encuentra protegido por tres membranas o meninges: duramadre, aracnoides y piamadre.

El sistema nervioso periférico está formado por los nervios que están situados en la periferia del sistema nervioso.
Las fibras que forman los nervios son haces de axones, que son las prolongaciones de las neuronas y pueden ser sensitivos o aferentes, que transportan señales sensoriales al cerebro o motores o eferentes, que conducen señales estimulantes desde el cerebro hacia los músculos y glándulas.

Para su estudio conviene dividirlo en sistema nervioso somático (que lleva información a los efectores somáticos, que son los músculos esqueléticos) y  sistema nervioso autónomo (que llevan información a los efectores autónomos o viscerales)

El sistema autónomo, a su vez, se divide en sección simpática, que se activa en las denominadas "Situaciones E" (escape, estrés, ejercicio, emergencia) y sección parasimpática (cuya función es mantener un estado corporal de descanso o relajación).

El tejido que forma el sistema nervioso está formado por células nerviosas denominadas neuronas y por células gliales , que se distribuyen como redes nerviosas por todo el organismo.

Las neuronas son células que inician y conducen impulsos que hacen posibles todas las funciones del sistema nervioso. Están formadas por un cuerpo celular y al menos dos prolongaciones, un axón y una o más dendritas.

Las células gliales son las encargadas de dar sostén al tejido nervioso y de proteger y brindar nutrientes a las neuronas

Importante

El arco reflejo es una vía de conducción del impulso desde los receptores al sistema nervioso central y luego a los efectores.

Los mecanismos o actos reflejos son acciones involuntarias desencadenadas ante estímulos externos o internos, donde se producen respuestas rápidas y sin control de la consciencia. Se realizan por medio de las estructuras que forman parte del arco reflejo y están coordinados por la médula espinal, sin que sea necesaria la intervención del encéfalo. Pueden ser innatos o adquiridos.

Por el contrario, los mecanismos o actos voluntarios son movimientos conscientes que son dirigidos por el cerebro y dependen de la voluntad del individuo. Son propios del sistema nervioso somático.

Importante

Las patologías del sistema nervioso son aquellas enfermedades y las lesiones que pueden destruir neuronas, con lo que se impide el buen funcionamiento del sistema nervioso y, por lo tanto, la correcta coordinación y regulación del organismo.

Destacan por su influencia en el control motor, el ACV o ictus, la parálisis cerebral y las lesiones medulares.

Hay otras muchas afecciones del sistema nervioso como la demencia, la meningitis, la epilepsia... o aquellas que han proliferado en nuestra sociedad actual y que se agravan por el actual ritmo de vida como el estrés, la neurosis, la depresión, la drogodependencia o el alcoholismo.

Para mantener una buena salud del sistema nervioso es aconsejable seguir una serie de pautas como llevar una vida tranquila y saludable: practicar ejercicio físico, una correcta alimentación, descansar suficientemente y no consumir alcohol ni tabaco.