1. Lo natural e innato
![]() |
Fotografía de Cherylholt en Pixabay Licencia CCO |
Desde nuestros antepasados los griegos, la idea que ha dominado la cultura occidental ha sido que el ser humano es una excepción de la naturaleza. De esa excepcionalidad derivaba su puesto especial dentro del conjunto de los seres de la naturaleza.
Tradicionalmente se ha resaltado esta diferencia fundamental subrayando la siguiente tesis:
Los animales se guían por instintos, que son pautas fijas de conducta necesaria para las acciones que garantizan la supervivencia.
El ser humano posee instintos como los demás animales, pues tiene impulsos y deseos naturales, como la necesidad de alimento , protección o reproducción, pero como su información instintiva es muy escasa el aprendizaje, la cultura, juega un papel esencial y determinante en su desarrollo, en la formación de su identidad, a partir de las respuestas y acciones que realiza.
El instinto se define biológicamente como una pauta hereditaria de comportamiento cuyas características son las siguientes:
- Es común en toda la especie, las excepciones y variabilidad son mínimas.
- Posee finalidad adaptativa.
- Es de carácter complejo, es decir, consta de una serie de pasos para su producción: percepción de la necesidad, búsqueda del objeto, percepción del objeto, utilización del objeto, satisfacción y cancelación del estado de necesidad.
- Es global, compromete a todo el organismo vivo.
Los resultados de la investigación biológica, etológica y de la psicología comparada, no nos presenta un panorama tan simple y diferenciado. Hay investigadores de prestigio que afirman que los rasgos que se habían considerado característicos de los humanos como la inteligencia o la conciencia no son exclusivos del ser humano. Lo que supone que la diferencia en la conducta del ser humano y en el resto de los animales no es radical, sino que se trata de una cuestión de grados. Y, por tanto, no se puede afirmar que nosotros somos inteligentes, conscientes y culturales y el resto de los animales no.
Importante
![]() |
Imagen de Gdaska en Pixabay. LicenciaCC |
El instinto en los seres humanos existe y guía su conducta pero modelado y estructurado desde lo aprendido en el medio cultural.
No tenemos una superioridad absoluta sobre el resto de los seres vivos, tenemos una naturaleza determinada biológicamente, como el resto, aunque influyan en nuestro medio más factores en la determinación de nuestras respuestas.
Actividad de lectura
Jesús Mosterín
Fotografía de Epistemion en wikipedia Licencia CC
"Tenemos que descubrir las funciones de los diversos genes, cómo se expresan, activan y desactivan, cómo se pliegan e interaccionan las proteínas, cómo las células madre indiferenciadas dan lugar a los diversos tejidos, cómo el proceso de desarrollo embrionario conduce paso a paso a la formación de nuestro complejísimo cerebro, que a su vez posibilita y determina el despliegue de nuestras capacidades afectivas, lingüísticas e intelectuales y de todas las manifestaciones de nuestra cultura.
Entre los fantasmas que ha producido el delirio de la razón destaca por su extravagancia y recurrencia la idea filosófica de la ausencia de una naturaleza humana. Todas las otras especies animales tendrían una naturaleza, pero los seres humanos serían la excepción. El Homo sapiens ni siquiera sería un animal, sino una especie de ángel abstruso y etéreo, pura libertad y plasticidad. La tesis de que los humanos carecen de naturaleza definida aparece ya expresada en el humanista Pico della Mirandola. Desde Pico hasta los conductistas y existencialistas, pasando por los idealistas y marxistas, muchos han pensado que la especie humana carece de naturaleza, que somos pura libertad e indeterminación y que venimos al mundo como una hoja en blanco (tamquam tabula rasa). Pico della Mirandola estaba convencido de la superioridad del hombre sobre las demás criaturas. «Por eso Dios escogió al hombre como obra de naturaleza indefinida, y una vez lo hubo colocado en el centro del mundo, le habló así: -No te he dado, oh Adán, ningún lugar determinado, ni una presentación propia ni ninguna prerrogativa exclusiva tuya; sino que aquel lugar, aquella presentación, aquellas prerrogativas que tú desees, las obtendrás y conservarás según tus deseos ... La naturaleza limitada de los demás está contenida en las leyes escritas por mí. Pero tú determinarás tu propia naturaleza sin ninguna barrera, según tu arbitrio, y al parecer de tu arbitrio la entrego .... No te he hecho celeste ni terreno, mortal ni inmortal, para que por ti mismo, como libre y soberano artífice, te formes y te esculpas en la forma que hayas escogido». En el siglo XVII John Locke sostenía que todo conocimiento procede de la experiencia. Resumiendo el primer libro de su Essay, escribe: «En las meditaciones que llevé a cabo acerca del entendimiento, me esforcé en probar que la mente es, al comienzo, una tabula rasa». Hablando de la educación, insiste en que el niño «es sólo papel en blanco o cera, que habrá de ser moldeado y configurado como se desee» . La experiencia y sólo la experiencia nos convierte en lo que somos. No hay instinto innato alguno”.
Jesús Mosterín, La naturaleza humana
El ser humano comparte todas las características comunes de todos los seres vivos del planeta heredadas del último ancestro común y esto forma parte de la naturaleza humana. Está contenido en su genoma, aunque el organismo individual sea tanto el resultado de su herencia particular junto con la de la especie y la historia e interacciones de su entorno. Es sorprendente que durante siglos se supusiera que el ser humano fuera el único animal sin una naturaleza determinante de sus rasgos conductuales.
Comprueba lo aprendido
Retroalimentación
Falso
Falso, los tiene porque es un animal
Retroalimentación
Falso
Falso, el ser humano a partir del desarrollo del lenguaje y la inteligencia ha creado una segunda naturaleza, la cultura, que se ha convertido en su medio natural de vida
Retroalimentación
Verdadero
Así es, el instinto en los seres humanos existe y guía su conducta pero modelado y estructurado desde lo aprendido en el medio cultural.
Retroalimentación
Verdadero
Tenemos que descubrir las funciones de los diversos genes, cómo se expresan, activan y desactivan, cómo se pliegan e interaccionan las proteínas, cómo las células madre indiferenciadas dan lugar a los diversos tejidos, cómo el proceso de desarrollo embrionario conduce paso a paso a la formación de nuestro complejísimo cerebro, que a su vez posibilita y determina el despliegue de nuestras capacidades afectivas, lingüísticas e intelectuales y de todas las manifestaciones de nuestra cultura.
Para saber más
Si quieres introducirte en el pensamiento de Jesús Mosterín y en la dirección que están tomando sus recientes investigaciones puedes consultar esta entrevista que le concedió al diario El País para hablar de su último libro La naturaleza humana