La literatura latina: La épica

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2.º de Bachillerato

Latín II

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La literatura latina:

La épica

La épica... ¿Por qué he decidido empezar a hablaros de literatura precisamente con este género literario? No penséis que os quiero "fastidiar", simplemente me ha parecido una buena idea comenzar por el género literario más antiguo de la cultura occidental; además, en nuestras escuelas, las primeras obras literarias que se estudian son la Iliada y la Odisea de Homero.

Eneas, herido, con su hijo Iulo y su madre Venus

Personalmente me encantan la Odisea y su protagonista Ulises. Ulises es un hombre moderno, inquieto, con un deseo inmenso de saber, de explorar. A veces pienso que sus viajes por el Mediterráneo tienen cierto paralelismo con la fundación de Gades. Los primeros fenicios que se aventuraron a explorar el Mediterráneo occidental y que cruzaron las columnas de Hércules, siguieron, aunque para fines comerciales, los pasos de Ulises. La lectura de ciertos textos me estimula la imaginación (por ejemplo, imaginar los fenicios navegando por las costas de la Baetica) y me impulsa a que intente también yo escribir alguna composición poética.

Pero no os creáis que sólo los griegos son maestros de la poesía épica; también nosotros los romanos tenemos un héroe digno de mención: se trata de Eneas, hijo de Venus y Anquises, que, tras huir de la destrucción de Troya, se asentó en el Lacio y fundó nuestra estirpe. Sus gestas y sus cualidades morales serán recordadas para siempre gracias a la Eneida, un poema épico compuesto por nuestro mejor poeta: Virgilio.

Como sabéis, para poder disfrutar de la literatura es fundamental conocer y manejar correctamente la lengua latina: nunca debemos olvidarnos de ello. Por ello, en la sección de lengua latina completaremos el repaso de la tercera declinación, estudiando tanto los adjetivos como la formación de los adverbios derivados. También veremos los pronombres personales y los variados usos del pronombre is ea id. En la parte de sintaxis, repasaremos los complementos circunstanciales de lugar, siempre con ejercicios que te ayudarán a dominar la práctica de lo aprendido.

Bene, amicae et amici: ¡manos a la obra!