2.3. El ciclo menstrual y la actividad física. Menarquia, amenorrea primaria y secundaria
La menarquia es la aparición en la niña de su primera menstruación, ocurriendo por lo general entre los diez y los dieciséis años de edad (Casanueva, Roselló-Sobreón y Unikel, 2008).
En cambio, la amenorrea es una ausencia de la función menstrual, considerada como síntoma y no como enfermedad, de manera que deben darse alguno de los siguientes criterios para considerarla (Herrero-Gámiz, Kazlauskas y Bajo Arenas, 2009):
- No existencia de menstruaciones a los catorce años de edad, acompañada de un retraso del desarrollo de los caracteres sexuales secundarios, o bien si han pasado ya más de dos años desde el inicio de la aparición de estos.
- Ausencia de menstruación a los dieciséis años, independientemente del crecimiento y del desarrollo de los caracteres sexuales secundarios.
- Una vez establecidos los ciclos menstruales, la desaparición de al menos tres de ellos o ausencia de menstruación por un periodo de seis meses.
Los dos primeros casos son denominados amenorreas primarias, y el tercero amenorrea secundaria, siempre y cuando se descarte el embarazo, que es la primera causa de amenorrea fisiológica.
Aunque parece no existir un patrón claro que relacione el rendimiento y la fase del ciclo menstrual, la frecuencia de los trastornos de reglas es directamente proporcional a la intensidad y duración de la actividad física (Guillén del Castillo y Pardo Arquero, 2002). El ejercicio intenso puede provocar un retraso en la aparición de la menarquia en algunas jóvenes, así como amenorrea secundaria (González Aramendi, 2003) y trastornos menstruales (Herrero-Gámiz, Kazlauskas y Bajo Arenas, 2009).
De esta manera, podemos indicar que la incidencia de la amenorrea es más elevada en las mujeres que empezaron entrenamientos intensivos en la época prepuberal, así como la amenorrea secundaria se da con mayor frecuencia en mujeres con antecedentes de irregularidad menstrual, en nulíparas y antes de los treinta años (Guillén del Castillo y Pardo Arquero, 2002). Los posibles factores causantes de la amenorrea en las mujeres deportistas son anomalías en los transmisores hipotalámicos y cambios en la producción de esteroides estrogénicos debido a la disminución de la masa adiposa.
Es por ello, según Márquez (2010), por lo que en ocasiones estos diversos factores, tales como entrenamientos intensivos, unidos a la importancia que la mujer le da a la pérdida de peso, desencadenan trastornos alimentarios que disminuyen la disponibilidad de energía, reduciendo por consiguiente el peso y la masa corporal, aspectos que hacen aparecer irregularidades en el ciclo menstrual (oligomenorrea) o cese de la menstruación (al menos tres meses consecutivos) y se presenta la osteoporosis (Beals y Manore, 2002). Este conjunto es denominado triada de la atleta femenina, o triada femenina, dado que en ocasiones aparece en población general físicamente activa.

Figura 1. Triada de la atleta femenina.
Imagen de elaboración propia