6. La ética, la virtud y el término medio. La política

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¿Podrías pensar cuál es el objetivo fundamental de tu vida? En un primer momento podría ocurrírsenos que puede ser ganar mucho dinero, tener muchas cosas o cualquier otra cosa. Pero, si nos detenemos, todos estaríamos de acuerdo en que mucho más importante objetivo es la felicidad. Pues para Aristóteles, el fin último del ser humano es la felicidad. Y ésta consiste en "vivir conforme a la razón". Es ésta, la razón, la que debe gobernar todos los actos del hombre.

Aristóteles se ocupó de la ética fundamentalmente en dos sobras suyas: la Ética a Nicómaco y la Ética a Eudemo. El ser humano, defendía Aristóteles, alcanza la virtud mediante la repetición de actos virtuosos. Es decir, que es un hábito que desarrollamos a base de razón y voluntad. y según Aristóteles, las virtudes consisten, precisamente, en el término medio entre dos extremos que serían vicios. Por ejemplo, entre no comer nada y comer demasiado, está el término medio virtuoso de comer adecuadamente, la medida justa.

¿Sabías que esa idea tan extendida de que la virtud está en el término medio provenía de Aristóteles? Seguro que se te ocurren muchas más opciones. Piensa un vicio y el extremo contrario, e intenta pensar qué virtud estaría en el término medio. ¿Otro ejemplo? Es bueno hacer deporte, y no lo es una vida totalmente sedentaria ni estar todo el día levantando pesas. ¿Verdad? Piensa tus ejemplos, porque volveremos sobre el tema de la felicidad en el siguiente tema.

La reflexión sobre la praxis humana se completa con su pensamiento político; dada la naturaleza social del ser humano, se puede considerar a la política como una prolongación de la

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ética. Los seres humanos somos políticos por naturaleza, nuestra plena realización solo puede darse en el ámbito de la comunidad política, el estado. Hemos visto que el fin último del ser humano es la felicidad, el estado ha de servir para educar a los ciudadanos en la virtud y en la justicia, condición necesaria para su su perfeccionamiento moral y consecución de la felicidad.

Al igual que su maestro Platón, también Aristóteles estaba preocupado por la constitución de un estado justo. La justicia es también para él la virtud más importante, una virtud que comprende a todas las demás y que se refiere no solo a uno mismo, sino a terceros. Sin embargo, se aleja del planteamiento idealista de Platón, ya que aplica un análisis más realista en su búsqueda de un un modelo de justicia que regule el orden de la polis y la relación entre los distintos grupos sociales. Establece una doble diferenciación: una basada en la cantidad de los gobernantes y otra en la atención del gobierno a la justicia y el bien común. El cuadro de formas de gobierno y sus formas puras e impuras serían las siguientes.

	Gobierno de uno	Gobierno de varios	Gobierno de todos
Formas puras	Monarquía	Aristocracia	República
formas impuras	Tiranía	Oligarquía	Demagogia