Ya sabes de sobra que el Barroco es sinónimo de exuberancia y recargamiento, y cómo no, los muebles de esta época están llenos de diferentes materiales, de múltiples detalles, de líneas curvas y quebradas y de decoración hasta en los rincones más insospechados, si bien es cierto que se trata de muebles bien fabricados que no pierden la elegancia y el buen gusto.

De entre todos los muebles, serán los franceses los mejor elaborados y los que resulten más elegantes, y al igual que con la ropa, será la corte real de Versalles la que marque las tendencias en cuanto al diseño mobiliar, desbancando otra vez a Italia y su hegemonía en este campo que había disfrutado durante el Renacimiento.

Mesa denominada bureau Imagen de NonOmnisMoriar en Wikipedia bajo Licencia CC	Cómoda barroca Imagen de O. Taris en Wikimedia bajo Licencia CC

Quizás los elementos más característicos de esta etapa sean las columnas torneadas al estilo de las columnas salomónicas que utilizó Bernini es su Baldaquino de San Pedro, que aportan una gran dinamismo a los muebles. También serán muy usuales las decoraciones fantásticas, las que se inspiran en la naturaleza y sobre todo en los aspectos más pintorescos de la realidad. Los muebles se decoran con láminas de oro y plata a menudo envejecidos, con diferentes tipos de madera que demuestran el rico desarrollo que tuvo la marquetería, y también se usarán lacas rojas y negras, maderas nobles como el ébano, y en general, colores muy brillantes e intensos.

En cuanto a las nuevas piezas hay que resaltar la aparición de los armarios vitrina con cristal, que servían para guardar y exhibir la vajilla; las mesas escritorio con dorados y estucados así como con  decoraciones en alto relieve que casi se convierten en esculturas exentas; las mesas y sillas  ganan en tamaño, resaltando el gran respaldo que se adosa a las sillas tan del gusto de los monarcas franceses y las patas curvadas denominadas cabriolé; se ponen de moda los grandes espejos de cristal veneciano con marcos profusamente decorados con molduras y tallas que a menudo se doran y se acompañan de una consola con tablero de mármol y decoración por todos lados; junto a sofás, aparecerán canapés y butacas con orejas denominadas bergère con ricos tapizados que además de agradar a la vista también agradan al cuerpo pues ganan en confort y comodidad.

Pero sin duda el mueble estrella del Barroco será el cabinet, una especie de aparador que servía para guardar joyas y demás objetos preciosos.

Cabinet Imagen de Wmpearl en Wikipedia bajo Licencia CC

Sin duda, el estilo más famoso de todos fue el estilo Luis XIV, símbolo por antonomasia del poder absoluto y expresión del fasto y la grandiosidad que Versalles quería transmitir. Destaca por sus muebles de grandes dimensiones, el uso del dorado, los materiales lujosos y los diseños simétricos.

Este estilo lo desarrolló el más famoso de los ebanistas y decoradores de todo el siglo XVII: André Charles Boulle, que se encargó de toda la decoración del palacio de Versalles y donde su arte logra el máximo esplendor en la Galería de los Espejos. Boulle dominó con maestría la técnica de la marquetería, mezclando maderas nobles de boj y nogal con incrustaciones de nácar y marfil, e inventó una novedosa técnica que lleva su nombre, que consiste la aplicación de láminas metálicas de estaño y cobre sobre materiales orgánicos como el marfil, las escamas de tortuga o el carey.  

Mesa de marquetería de Boulle Imagen de Daderot en Wikimedia bajo Licencia CC	Galería de los Espejos de Versalles Imagen de Myrabella en Wikipedia bajo Licencia CC