Vamos a comenzar el recorrido por la evolución de la moda durante el Barroco, que como en el resto de las artes, se caracterizara por la exuberancia y el exceso. Las prendas se vuelven más amplias que en épocas anteriores, con telas de vivos colores y muy ornamentadas mediante brocados, bordados en oro, pedrería y cintas. En cuanto a los peinados, los hombres usarán grandes pelucas rizadas sobre todo a partir de Luis XIII y las mujeres usarán alambres para conseguir un recogido a capas y un sinfín de adornos que demostrarán su estatus social: cuanto más elevado el cabello, mayor condición social. 

Primer tercio del siglo XVII: Enrique IV y María de Médici

Asistimos a una moda llena de teatralidad donde los adornos serán los protagonistas. Brocados, terciopelos y la gorguera tan típica de esta época servirán para demostrar la jerarquía y el estatus social de las personas. Los hombres llevarán una capa corta llamada ferreruelo, un jubón a modo de chaleco que termina en un faldón corto, puños decorados con encaje, pantalones bombachos de diferentes telas llamados greguescos y unas botas de tacón y punta cuadrada adornados con hebillas metálicas. Y esos sombreros de castor de ala ancha tan característicos.

Las mujeres preferirán la gorguera denominada Médici, muy alta y ricamente decorada con encajes a juego con los puños o bocamangas. La falda será de tipo tambor con forma cilíndrica, en la parte superior llevarán un corsé bien apretado con un escote rectangular y sobre la falda una sobre falda llamada rapón. Gustarán de adornarse con piedras preciosas y perlas, y cuanto más decorado el peinado, mayor estatus social. 

Rubens, Autorretrato con su esposa, 1609 Imagen en Wikipedia de Dominio público	Pourbus, María de Médici, 1606 Imagen en Wikipedia de Dominio público

Luis XIII, mitad del siglo XVII

Es la época de mayor elegancia en el vestir, comenzando con la moda de usar pelucas, tanto para hombres como para mujeres. La indumentaria masculina se ve muy influenciada por el atuendo militar de los mosqueteros, usándose un jubón con mangas cortadas a tiras, capa apoyada en un solo hombro, cuello de forma rectangular de banda caída denominado valona, botas de media caña con forma de embudo y esa gran pluma que adorna los sombreros.

Las mujeres siguen usando el cuello Médici y las faldas de tambor de varias capas, así como camisolas de varias mangas y el cabello se enrula y aparecen los primeros flequillos. 

Mijtens, Carlos I de Inglaterra en 1631 Imagen en Wikipedia de Dominio público	Rubens, Ana de Austria en 1625 Imagen en Wikimedia de Dominio público

Nada como un buen clásico de Holywood con una extraordinaria ambientación para hacerse una idea de la indumentaria de la época. En este caso te animamos a que veas el siguiente tráiler en versión original de una de las primeras películas sobre los tres mosqueteros según la célebre novela de Alejandro Dumas. Rodada en 1948 con un reparto espectacular y dirigida por George Sidney, esta súper producción de la Metro te va a ayudar a hacerte una idea de cómo vestían y vivían las personas en pleno siglo XVII.

The Three Musketeers (1948) Official Trailer - Lana Turner, Gene Kelly
Vídeo de Movieclips Classic Trailers alojado en Youtube

Segunda mitad del siglo XVII y principios del siglo XVIII: Luis XIV

La moda, al igual que el resto de las artes barrocas, se caracteriza por el exceso, la abundancia y la exuberancia, y la moda se pone al servicio de la monarquía absoluta para transmitir la imagen de poder y supremacía del rey sobre todas las demás clases sociales.

Las enormes pelucas rizadas serán las protagonistas del atuendo masculino, cuya máxima aportación en esta época será el traje de tres prendas, antecesor del traje de chaqueta actual, formado por calzón hasta las rodillas, la chaqueta antecesora del chaleco y la casaca. Se completa el atuendo masculino con sombreros de copa baja, zapatos con profusión de lazos y hebillas, y volados de encaje y cintas que decoran la totalidad de prendas.

Laumosnier, Luis XIV y Felipe IV en la Isla de los faisanes, 1659, detalle Imagen en Wikimedia de Dominio público

En cuanto al atuendo femenino, se ponen de moda las faldas levantadas con colas que llevan hasta tres volantes de encaje, los escotes se abren un poco más y el peinado combina las partes alisadas delanteras para terminar en graciosos bucles rizados, denominado peinado a la sevigné. Al igual que ocurre con los hombres, lazos y brocados adornarán toda la vestimenta, así como abanicos, guantes, antifaces y parasoles, pues aún queda mucho tiempo para que el moreno sea símbolo de belleza. 

En el caso de España, se mantiene el lujo de los tejidos, los adornos y las gorgueras o golas, prohibiéndose las de lechuguilla, las más exageradas con forma de gran abanico en 1623 para adoptar las golas de valona tan del gusto francés, pero se prefiere la sobriedad, los trajes ceñidos y rígidos con menos adornos que los de la corte francesa. Y en el caso de las mujeres, lo más llamativo son esas enormes faldas huecas que sobresalen casi metros del cuerpo gracias a un complejo entramado de alambres y que se denominaron guardainfantes. En  numerosas ocasiones esos guardainfantes servían para disimular embarazos no deseados. Y otro atuendo típico español serán las mantillas en tejidos transparentes o negros que servían para ocultar el rostro y mantener la individualidad y la privacidad de las mujeres en actos públicos.