Italia es el país donde se produce la gran renovación de la música en el barroco, y especialmente en la ciudad de Venecia, cuna de la revolución de la música barroca. En esta época se crean nuevas composiciones musicales tanto para la música profana como dentro de la música religiosa, siendo la basílica de San Marcos el gran epicentro de las nuevas corrientes musicales.
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Vermeer, Mujer sentada tocando el virginal, 1672 |
Baschenis, Instrumentos musicales del silgo XVII |
En el Barroco se establece la orquesta, que toma su término de la zona semicircular de los teatros griegos donde actuaban el coro y los músicos, que significa literalmente lugar para danzar. La orquesta que se establece en este periodo no es tan grande como en el Romanticismo pero ya se trata de un grupo perfectamente establecido que interpreta tanto partituras para óperas como piezas compuestas para ella. La orquesta se organiza en torno a los instrumentos de cuerda con el siguiente esquema:
- Instrumentos de cuerda, unos veinte, entre los que se encuentran los violines, violas, violonchelos y contrabajos. El violín es el instrumento estrella de todo el Barroco.
- Instrumentos de viento como las flautas, oboes y trompetas.
- Instrumentos de percusión, como los timbales.
- Clavicémbalos, arpas y órganos que realizan el tan característico bajo continuo.
Entre las composiciones para orquesta barrocas podemos destacar la suite, que utiliza el típico contraste barroco entre los instrumentos; la sonata, que puede estar destinada a un solo instrumento como el clavicémbalo, o a dos como el clavicémbalo y el violín, o a tres llamándose sonata para trío al que se le suma la flauta; el concerto, estructurado en tres movimientos: allegro, lento y allegro, y la fuga, composición tanto instrumental como vocal que gira alrededor de una melodía que va variando en cuanto al ritmo y los instrumentos que intervienen.