4. La trágica historia de Edipo

Cuando Layo, rey de Tebas, se unió en matrimonio a Yocasta, fue advertido por el oráculo de Delfos de que no debía engendrar hijo alguno en su esposa, pues el hijo que tuvieran sería la causa de su muerte. Layo desoyó el funesto vaticinio...

Cuando Yocasta dio a luz, Layo recordó el oráculo. Atravesó los tobillos de la criatura con clavos y dio orden de que fuera abandonado en el monte Citerón, para que fuera devorado por las fieras o pereciera de hambre.

Edipo sentado escucha el enigma que le plantea la Esfinge

François-Émile Ehrmann: Edipo y la Esfinge
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Tuvo la suerte el chiquillo de ser encontrado por un caballerizo del rey de Corinto, Pólibo, que lo entregó a la familia real. La reina, Peribea, curó sus piececitos, aunque le dio el nombre de Edipo, que significa "pies hinchados", y lo adoptó como hijo propio.


Cuando Edipo llegó a su mayoría de edad, acudió también a Delfos. Hay quien afirma que lo hizo porque dudaba de su propio origen. Era un joven decidido y valiente, y sus compañeros, no sin una cierta envidia y mala intención, le insinuaban que no parecía hijo de Pólibo, hombre débil de carácter. El oráculo le aconsejó no volver a su tierra natal, puesto que, si lo hacía, mataría a su padre y se casaría con su madre. Horrorizado, decidió no volver jamás a Corinto.

Al abandonar Delfos, encontró en un estrecho camino a Layo, que se dirigía a su vez a visitar el oráculo. Era imposible el paso de los dos carros, y uno de sus soldados ordenó a Edipo que dejara paso. Edipo se negó y el hombre mató a uno de sus caballos. El joven, enfurecido, dio muerte al soldado y al propio rey.

La primera parte del oráculo se había cumplido.

Tras los funerales de Layo, fue nombrado regente de Tebas Creonte, hermano de Yocasta. Durante su regencia, una nueva calamidad cayó sobre Tebas: la Esfinge (demonio con rostro de mujer, cuerpo de león y alas de ave), que no permitía a tebano o extranjero alguno entrar en la ciudad a menos que descifrara un curioso acertijo que ella misma proponía. Había que tener valor para intentarlo, ya que la Esfinge mataba a quien no diera la respuesta correcta. El monstruo había prometido también a los ciudadanos de Tebas autodestruirse si alguien daba la respuesta, tan segura estaba de que era imposible.

¿Cuál es el ser, provisto de voz, que camina por la mañana sobre cuatro patas, al mediodía sobre dos, y tres al anochecer, y que más débil es cuando se apoya en más patas?

Creonte proclamó que aquel que resolviera el enigma sería coronado rey de Tebas y obtendría la mano de la reina viuda. Muchos lo intentaron, pero todos perecieron.

Edipo ciego sale de Tebas acompañado por su hija Antígona

Charles Francois Jalabert: La plaga de Tebas o Edipo y Antígona
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Edipo conoció la proclama y se dirigió a Tebas para enfrentarse a la Esfinge. Dio al acertijo la siguiente solución: el ser en cuestión sería el hombre, que gatea cuando es solo un bebé, sobre sus pies y sus manos, cuatro apoyos en total. Como adulto se mueve sobre dos piernas, y en la noche que es la vejez se ayuda de un bastón, como tercera pata. la Esfinge cumplió su palabra y se arrojó de los muros más altos de la ciudad.


De esta manera Edipo llegó a ser rey de Tebas, y de esta manera también se cumplió la segunda parte del oráculo, pues tomó en matrimonio a Yocasta, sin saber que se trataba de su propia madre. Ella le dio cuatro hijos: Polinices, Eteocles, Ismene y Antígona.

Al poco tiempo, una prolongada epidemia cayó sobre la ciudad. Consultado el oráculo, este la atribuyó al asesinato de Layo, cuyo autor permanecía aún impune. Layo ordenó llamar a Tiresias, el más longevo y reputado de los adivinos griegos. Tiresias le reveló la terrible verdad, que Edipo se resistió a creer, pero que tuvo que aceptar finalmente, tras los testimonios de su madre adoptiva, Peribea; del criado que lo había dejado a su suerte en el monte Citerón; de su misma esposa, Yocasta, que le confesó que había tenido un hijo con Layo al que abandonó por miedo a la desgracia...

Él era el asesino de su padre y también el esposo de su madre.

Edipo se arrancó los ojos, como símbolo de lo ciego que había estado, y se exilió, acompañado de su hija Antígona. Yocasta se suicidó, colgándose de una viga.

Para saber más

En el Hades Tiresias presenta a Anticlea a su hijo Odiseo

Johann Heinrich Füssli:
Tiresias se aparece a Ulises
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Tiresias

Historia de la ceguera, longevidad y sabiduría de Tiresias, el más célebre de los adivinos griegos y el primer transexual del que tenemos noticias, según Hesíodo y Ovidio:

Tiresias era un joven pastor que caminaba por el campo cerca del monte Cilene, cuando encontró a dos serpientes unidas en intercambio sexual. Golpeó a los animales con su bastón para separarlos, y mató a la hembra. Inmediatamente quedó convertido en una mujer. Siete años más tarde, volvió a ver a las serpientes en circunstancias similares y procuró esta vez golpear al macho, con la intención de recobrar su masculinidad.

Esta experiencia única hizo que Zeus y Hera recurrieran a él como árbitro en una discusión sobre quién experimentaba más placer en el acto amoroso, el hombre o la mujer. Cuando Tiresias afirmó que el hombre experimenta una décima parte del placer que la mujer, Hera, indignada, lo castigó dejándolo ciego. Zeus, sin embargo, le otorgó el don de la profecía y una larga vida.

"¡Qué terrible es tener clarividencia cuando no aprovecha al que la tiene!" (Tiresias. Sófocles, Edipo Rey 315).