1. Evolución y distribución de la población española.

Nuestros antepasados no eran muy numerosos

Durante miles de años, la población española vivió dentro de lo que, en demografía, se conoce como el Antiguo Régimen Demográfico. Esto quiere decir que hasta el siglo XVIII, el comportamiento de la población se caracterizaba por poseer una elevada tasa de natalidad y también por una mortalidad muy alta. El resultado de este hecho era que el crecimiento natural o vegetativo era muy bajo.

A lo largo de muchos años se acumulaban pequeñas ganancias, debido a que nacían más personas de las que morían, aunque la diferencia entre unas y otras era reducida. Sin embargo, en momentos determinados, sucedía lo contrario, la mortalidad crecía enormemente (lo que se denomina una crisis de mortalidad o también mortalidad catastrófica) y las escasas ganancias que se habían acumulado a lo largo de varios años se perdían, de esta forma, la población tendía a estancarse a largo plazo, y apenas si crecía.

La consecuencia de este hecho es que el total de personas que vivían en España apenas si experimentó un crecimiento apreciable durante muchos siglos. Es difícil saber cuántas personas vivían en épocas anteriores en nuestro país, dado que apenas si se conservan cifras o recuentos de población hasta la Edad Moderna, pero los demógrafos estiman que el total de habitantes de la península ibérica no debió de superar nunca los seis millones de habitantes, al menos hasta el siglo XVI.

En particular fueron las terribles epidemias de peste, como las de los siglos XIV y XVII, las que impidieron que el crecimiento se consolidara y las que causaron este estancamiento demográfico. Solo a partir del XVIII, cuando cambiaron las condiciones higiénicas y económicas, la población comenzó a crecer de forma continuada y, de esa forma, se inició una nueva fase en la Historia de la población, que es la que los demógrafos denominan Régimen Demográfico de Transición.

La transición demográfica
Las diferentes fases de los regímenes demográficos
Imagen en Wikimedia Commons de Xadaga bajo dominio público

Durante los tres últimos siglos, la población no ha parado de crecer

A partir del siglo XVIII, la situación comenzó a cambiar. La tasa de mortalidad disminuyó como consecuencia de una serie de cambios que beneficiaron su reducción (desaparición de las grandes epidemias, mejoras en la alimentación y la higiene, etc.). Desde el siglo XIX, el crecimiento fue continuo salvo la aparición de algunas crisis puntuales. La natalidad continuó siendo muy elevada, ya que no se utilizaban medios anticonceptivos para su control, pero la mortalidad fue cayendo a lo largo de la centuria. La consecuencia fue un crecimiento considerable de la población.

Pero ya desde el cambio de siglo la tendencia empezó a variar. Poco a poco comenzaron a emplearse anticonceptivos, lo que significó una lenta pero constante declinación de la natalidad, que no obstante, se mantuvo todavía en unos niveles muy elevados al menos durante las dos terceras partes del siglo XX. Algunas crisis puntuales como la epidemia de gripe de 1918. la Guerra Civil o los duros años de la postguerra, no supusieron que esa tendencia al crecimiento cambiara.

Incluso el acusado proceso emigratorio de la década de los años sesenta tampoco logró revertir ese crecimiento. Pero tras la muerte del general Franco, la situación cambió radicalmente. Una grave crisis económica que duró los años finales de la década de los setenta, unida a un radical cambio en la mentalidad, propició, gracias a la despenalización en la utilización de anticonceptivos y su empleo masivo por parte de las mujeres, que cada vez accedían más al mercado laboral, una caída espectacular de la natalidad.

Esta se mantuvo durante más de dos décadas, alcanzando los niveles más bajos a finales del siglo pasado. A partir de ese momento, se experimentó una ligera recuperación, gracias al aporte de la inmigración. Esta situación continuó durante la primera década del presente siglo. Sin embargo, en los últimos años, y como consecuencia de una nueva crisis económica, la tendencia está revirtiendo y, actualmente, de nuevo, parece estar descendiendo la tasa de natalidad y, en consecuencia, el crecimiento vegetativo.

Epidemia de gripe

La epidemia de gripe de 1918 fue la mayor de todo el siglo XX.
Imagen en Wikimedia Commons de U.S. Army bajo dominio público

Comunidades superpobladas, despobladas y con una población regularmente distribuida por el territorio.

Actualmente, la densidad media de España supera los 93 habitantes por kilómetro cuadrado, es decir, una cifra bastante parecida a la media de la Unión Europea. Sin embargo, la distribución de esta población es bastante irregular, como podemos observar en los mapas que te adjuntamos.

La mayor parte de la población española se concentra en las zonas costeras, tanto en la Cornisa Cantábrica del océano Atlántico como en la del mar Mediterráneo y en los dos grandes archipiélagos. Todas las provincias costeras, excepto Huelva y Lugo, superan los 50 habitantes por kilómetro cuadrado.

En las zonas del interior ocurre justo lo contrario. No hay ni una sola provincia, con la excepción de Madrid, que supere la densidad media de España, y en la mayor parte de las dos castillas y de Aragón, casi todas las provincias no sobrepasan los 25 habitantes por kilómetro cuadrado, con la excepción hecha de Valladolid y Zaragoza.

Por Comunidades, se puede establecer una triple división entre las que tienen una alta densidad de población, como Madrid, Cataluña, el País Vasco, la Comunidad Valenciana y los dos archipiélagos, ya que todas ellas superan los 200 habitantes por kilómetro cuadrado.

Las Comunidades que tienen una densidad de tipo medio entre 50 y 200 habitantes por kilómetro cuadrado son el resto de las que tienen zonas costeras, es decir, Andalucía, Galicia, Asturias y Cantabria, y en ellas también, aunque sin costas, se pueden incluir a Navarra y La Rioja.

Por último, las que poseen una densidad baja son casi todas las del interior, como Extremadura, Aragón y las dos castillas, siendo Castilla - La Mancha la que está más despoblada con una densidad que no llega a los 25 habitantes por kilómetro cuadrado.

Densidad de población en España por provincias en el año 2001

Densidad de población en España por provincias en el año 2001
Imagen en Wikimedia Commons de Mortadelo2005 bajo CC

Reflexión

Vamos a poner en práctica lo que hemos estudiado en este parte del tema y, para ello, te pedimos que comentes el siguiente mapa:

A partir de la información que aparece en el mapa y de la que se ofrece en este tema, responde a las siguientes preguntas:

  • Di cuáles son las zonas en general, y las provincias en concreto, en las que se concentran las densidades de población más elevadas de España.
  • Cita, por el contrario, cuáles son las zonas con menor densidad de población y a qué provincias corresponden.
  • ¿Qué hechos han influido en esta distribución, para que el reparto de la población española por el territorio sea tan irregular como el que muestra esta imagen?

Densidad de población en España por municipios en 2008

Densidad de población en España por municipios en 2008
Imagen en Wikimedia Commons de Susana Freixeiro bajo CC

Importante

  • Ciclo demográfico: Período durante el cual se dan unas características determinadas en la evolución demográfica de un territorio. Existen tres grandes fases o ciclos demográficos: antiguo, de transición y moderno.
  • Crecimiento cero: Es la consecuencia del equilibrio demográfico en los movimientos naturales de la población. Sucede cuando la natalidad y la mortalidad se igualan siendo el crecimiento vegetativo inexistente. Es lo que sucede hoy día en las sociedades más avanzadas.
  • Densidad de población: Es la relación existente entre el número de habitantes que hay en un territorio y la superficie que ocupa el mismo, de ahí que habitualmente se exprese en habitantes por kilómetro cuadrado.
  • Envejecimiento de la población: Se produce cuando el número de personas de más de 65 años se incrementa considerablemente con respecto al resto de la población. Esto es debido al aumento de la esperanza de vida.
  • Explosión demográfica: Tiene lugar cuando las tasas de natalidad son muy altas y las de mortalidad muy bajas. En ocasiones puntuales, como sucede después del final de una guerra, tiene lugar este tipo de movimiento natural al que se conoce en inglés con el nombre de baby boom.
  • Transición demográfica: Corresponde a la segunda fase de los ciclos demográficos. Se caracteriza porque mientras que la natalidad se mantiene alta, la mortalidad empieza a disminuir progresivamente, lo que propicia el crecimiento de la población.
Evolución histórica de la población española
Evolución histórica de la población española en millones de habitantes
Imagen en Wikipedia bajo CC