3. Metaética, ética normativa, ética aplicada

El remordimiento de Orestes

William-Adolphe Bouguereau: El remordimiento de Orestes

Imagen en Wikipedia de Dominio público

Dentro de la Ética se define la metaética como un área específica de la misma dedicada a la investigación de los fundamentos de nuestros principios morales. Es en este campo en el que ocupa una posición central la cuestión de el carácter universal o particular de los principios éticos - si se basan en verdades eternas e independientes o en convenciones humanas-, su fundamento inmanente o trascendente- si se derivan de leyes internas de la naturaleza o en la voluntad divina, fundamento de la naturaleza y moralidad), su carácter racional o emocional (si se reconocen mediante un juicio estrictamente racional o son la expresión de las emociones humanas), etc.

Aunque en el campo de la ética las barreras no son siempre nítidas y es posible que en ciertas ocasiones los modelos se refieran a aspectos de diversa consideración, en los apartados que vamos a estudiar a continuación nos centraremos en los contextos de la metaética, fundamentalmente en este tema, y en el de la ética normativa, aspecto central del tema siguiente. 

La ética normativa se dedica a la reflexión sobre los principios de actuación que entendemos que deben regular la conducta humana. Qué debemos y hacer y qué evitar para llevar a cabo una vida correcta desde el punto de vista moral. En este sentido, dentro de la ética normativa se suele interpretar que existen tres aproximaciones generales:

  • Teorías de la virtud.

Las éticas basadas en el estudio de la virtud o la excelencia moral hacen más hincapié en el desarrollo de buenos hábitos y un carácter moral que en reglas concretas con las que regir la conducta (no matar, no robar, etc.). En esta línea se desarrollaron modelos como los de los filósofos griegos o posteriormente los filósofos cristianos, que añadieron a las virtudes morales de clásicos como Platón o Aristóteles otras específicamente religiosas. 

  • Teorías del deber.

Basan la moralidad en unos principios básicos de la moralidad, que se caracterizan por su obligatoriedad, y que deben seguirse de un modo incondicional y al margen de sus consecuencias. Así, por ejemplo, sería una obligación moral cuidar de los hijos, algo que en ningún caso se haría depender de posibles perjuicios que su aplicación pudiera conllevar. 

Dentro de los autores que vamos a ver a continuación, encontraremos en el formalismo moral kantiano un claro ejemplo de esta posición también denominada deontológica. 

  • Teorías consecuencialistas.

De acuerdo con el consecuencialismo, lo que determina la corrección moral de una acción es el beneficio que se deriva de la misma. Así, una acción es adecuada si de ella se derivan consecuencias favorables. También se llaman éticas teleológicas (de telos, finalidad), ya que es el resultado de la misma lo que determina su corrección. 

Veremos un ejemplo de ética consecuencialista en el utilitarismo de Bentham y John Stuart Mill. 

La ética aplicada es la rama de la ética dedicada al análisis de temas éticos específicos, así temas controvertidos como pueden ser, por ejemplo, la eutanasia, el aborto o los derechos del mundo animal. 

Importante

Dentro de la ética existen ramas específicas como la metaética, la ética normativa o la ética aplicada.

La metaética se dedica a la reflexión sobre el fundamento último de nuestros principios morales.

La ética normativa aborda la cuestión de los principios de actuación que deben regir la conducta humana. Existen planteamientos en el marco de la definición de las virtudes éticas, el estudio de los principios que fundan el deber moral o la valoración de las consecuencias de nuestros actos; según los casos se habla de éticas de la virtud, éticas del deber o consecuancialismo. 

La ética aplicada es la rama de la ética dedicada al análisis de temas éticos específicos.