1. La religión

Hablar de la religión romana es un asunto complejo porque Roma no tuvo unas creencias religiosas uniformes a lo largo de sus trece siglos de existencia. Por ello, vamos a dividir su estudio en dos partes. En el presente tema señalaremos las características generales de la religión romana y analizaremos los rasgos y creencias más destacados de los distintos periodos históricos por los que pasó la religión en Roma. En el tema siguiente hablaremos de los distintos ritos y ceremonias, de los sacerdotes y de los lugares de culto.

En el estudio de la religión romana tan sólo haremos alusiones breves a las leyendas de la Mitología, porque tendríamos que dedicarle un curso completo. Conocerás, sin embargo, algunos de los relatos mitológicos a través de la traducción que hagamos de textos latinos o de lecturas de textos en castellano.

CARACTERÍSTICAS DE LA RELIGIÓN ROMANA

La religión romana era una religión politeísta, pues los romanos adoraban a numerosos dioses. Cada uno de ellos poseía el dominio sobre un ámbito de la existencia humana (Júpiter dios del cielo y la tierra, Minerva diosa de la guerra y la inteligencia, Neptuno dios del mar y las tormentas...). Los dioses eran antropomórficos porque eran semejantes a los hombres, no sólo en su apariencia física sino también en sus sentimientos; los dioses aman, se irritan, tienen celos o deseos de venganza. La gran diferencia con los hombres es que los dioses son inmortales. De ahí que a veces se les nombre como los inmortales. En este video se informa sobre los orígenes de los cultos religiosos en Roma.

Por encima de todos se encontraba Júpiter, dios del cielo, de la tierra y de los hombres. Debajo había una serie de dioses principales que conformaban el panteón romano; y, por debajo de éstos, existían otros menores, como las Musas o las Ninfas.

Dioses de la mitología griega y romana Vídeo de Academiaplay en Youtube

La mayoría de los relatos de la Mitología romana nos han sido transmitidos por los poetas en sus obras. Es normal, pues, que existan varias versiones sobre un mismo relato, ya que cada poeta podía retocar la leyenda a su gusto, y además en la religión romana no había un libro sagrado (como la Biblia) al que debieran ceñirse.

La religión romana se caracterizó también por su capacidad de asimilar las creencias religiosas de los numerosos pueblos con los que entró en contacto.

LA RELIGIÓN PRIMITIVA: DE LOS ORÍGENES AL COMIENZO DEL SIGLO II a.C.

Los dioses auténticamente romanos (por oposición a los importados con posterioridad) eran dioses ligados a los fenómenos de la naturaleza o los ritos agrarios, ya que los primitivos romanos eran, ante todo, un pueblo campesino.

Alrededor del siglo VI a. C la dominación etrusca se deja sentir también en el ámbito religioso de tal modo que la religión romana primitiva se transforma adoptando rasgos de la religión etrusca. Algunos elementos tomados de esta religión son, por ejemplo, el sistema de adivinación consistente en el análisis de las entrañas de los animales sacrificados; ciertos ritos funerarios; la asociación de los dioses en grupos de tres (tríadas), de las cuales la más importante es la llamada tríada Capitolina integrada por Júpiter, Juno y Minerva.

LA INFLUENCIA GRIEGA: DEL SIGLO II AL FINAL DEL SIGLO I a.C.

A partir del siglo II a. C se producen grandes cambios en la religión romana debido a la gran influencia que recibió de los griegos. Los dioses romanos se helenizaron y se identificaron con el dios griego con el que tenían mayores coincidencias. Así se formó el panteón grecorromano. Algunos de los dioses indígenas romanos pervivieron como dioses secundarios, como Jano, Flora, etc.

En el siguiente video encontrarás una información concisa sobre estas divinidades grecorromanas, que desde entonces han ejercido gran influencia en la literatura y el arte.

La religión grecorromana Vídeo de Superfaetonte en Youtube	Caravaggio: Baco Imagen en Wikimedia. Dominio público

En esta época se introdujeron en Roma, por influencia griega, los ritos dedicados al dios Dioniso, Baco entre los romanos; por ello, sus fiestas se denominaron Bacanales. Sus seguidores eran sobre todo mujeres, llamadas Bacantes.

LA RELIGIÓN DEL IMPERIO: DEL SIGLO I AL SIGLO V d.C.

En la época imperial la religión romana sufre nuevos cambios. Penetran en el mundo romano muchos cultos provenientes de Oriente. Su expansión se ve favorecida por el trasvase de población entre los diversos lugares del Imperio y por la crisis religiosa que afecta a gran parte de la población: los dioses olímpicos ya no convencen y se extienden corrientes filosóficas y cultos orientales que van a ocupar el lugar de la antigua religión en el intento del hombre de explicar su existencia.

Los nuevos cultos de la religión de este período son tres:

El culto al emperador y a la ciudad de Roma

Por influjo oriental, los romanos comenzaron a rendir culto a los emperadores, desde su primer emperador Octavio Augusto. Al morir un emperador, el Senado lo divinizaba, es decir, lo convertía en dios; a esta práctica se le denominaba apoteosis.

Los cultos orientales

Junto con la religión oficial y el culto al emperador y a Roma se extienden también en esta época los cultos orientales. Roma toleraba todas las nuevas corrientes religiosas mientras no se opusieran al culto al emperador ni al estado romano. Estos cultos se fundamentaban en los conceptos de la muerte y la resurrección; prometían el contacto directo con la divinidad y la esperanza de una vida feliz después de la muerte. Tenían un carácter mistérico pues las personas iniciadas en el culto (mystes) debían mantener el secreto de los ritos y ceremonias celebrados. De hecho, los fieles conservaron tan bien sus secretos, que hoy en día sabemos muy poco de estas ceremonias. Estaban abiertos a todo tipo de personas, incluso a esclavos. Los seguidores de estos ritos solían entrar en un estado de éxtasis y, entre danzas, saltos y gritos, perdían la moderación de sus vidas ordinarias. De la participación en estos ritos el adepto salía como un hombre nuevo.

Como ejemplo de estos cultos citaremos la adoración a Cibeles y a Mitra. Estos cultos llegaron también a Hispania, y de ese modo tenemos por ejemplo un mithraeum o lugar de culto a Mitra en Mérida.

Mithraeum, Museum Orientalis, La Haya Imagen de Ziko en Wikimedia. Licencia CC

El cristianismo

El cristianismo también surge en Oriente, en la región de Judea, y se difundió rápidamente desde mediados del siglo I d.C. Al igual que las religiones mistéricas, se basaba en la creencia en la resurrección y en la existencia de una vida eterna tras la muerte. A diferencia de otras religiones que Roma aceptó sin problemas, el cristianismo se encontró con grandes dificultades para su práctica.