1. Haciendo las maletas

Igual que ocurre con el románico, el gótico fue un estilo internacional aunque con diferencias y particularidades regionales. Se inició en la segunda mitad del siglo XII en Francia en torno a la región de París, y se prolongó en el tiempo hasta el final del siglo XV conviviendo en algunos países con las primeras formas del nuevo y emergente estilo.

 Es curioso, pero el término gótico surgió durante el Renacimiento, pero con un sentido peyorativo, ya que los hombres de la época, consideraban el arte de la edad media un arte bárbaro, ya que no seguía las normas del arte clásico.

El renacimiento de la ciudad: la aparición de un nuevo grupo social

Cambista y su mujer Imagen en Wikimedia Commons. Dominio público

Ya viste en la unidad anterior que la caída del Imperio Romano supuso, entre otras muchas cosas. El abandono de las ciudades. Pues bien, este abandono se mantiene durante más de cinco siglos. Sin embargo, a partir del siglo XI, la vida en la ciudad se rehabilita. Es un periodo que se inicia tras superar los miedos del año 1000, por tanto, es una nueva época llena de esplendor y crecimiento hasta la crisis del siglo XIV. El final del feudalismo supone el comienzo de una nueva etapa caracterizada por el cambio en lo económico. Existe un aumento de la producción agraria, lo  que provoca un desarrollo comercial que da lugar a que las ciudades vuelvan a convertirse en los núcleos principales, con nuevos barrios donde se instalaron los artesanos que se denominarán burgos.

En lo social, también se producen transformaciones. Aunque la sociedad sigue siendo estamental, aparece un nuevo grupo social urbano, la burguesía (los que habitaban en los burgos), que no se ocupa en actividades del campo.  Será entonces la artesanía la principal actividad económica vinculada a la ciudad, y que será regulada por los gremios, que agrupaban a artesanos de un mismo oficio. Estos trabajaban en los talleres, dirigidos por sus propietarios, los maestros. Tras haber pasado una obra maestra, los oficiales entraban a trabajar en estos talleres como asalariados. Por último, estaban los aprendices, jóvenes que normalmente eran mantenidos por el maestro a cambio de asimilar el oficio.

La recuperación del poder real

 En el Románico viste que una de las claves de su política es la atomización del poder. ¿Qué significa esto? Pues que el rey, ante la imposibilidad de controlar todo su territorio, cede feudos a diferentes nobles para que les apoyaran. Estos feudos (marcas, ducados, principados...) cedidos a estos nobles (marqueses, duques, príncipes...), en realidad, hicieron que el poder del rey estuviera dividido, ya que la autonomía que estos nobles tenían era total. A partir del siglo XII se inicia un periodo en el que los reyes afianzan en poder que habían perdido durante el feudalismo. Esto es posible gracias al apoyo que buscarán en la burguesía, quien a cambio recibirán mayores libertades tanto comerciales como para la organización de las ciudades, pudiendo formar los gobiernos municipales o ayuntamientos.

El pensamiento medieval

Santo Tomás de Aquino Imagen en Wikimedia Commons. Dominio público

No podemos entender tampoco la Baja Edad Media en occidente sin la religión cristiana en Europa occidental. Continuará siendo una etapa cargada de religiosidad. No obstante, se produce una evolución del pensamiento teológico y filosófico. En primer caso podemos hablar de la reforma en el seno de la Iglesia que propugna la orden del Císter (austeridad y sobriedad, frente a la ampulosidad y el lujo en el que había caído la orden denedictina); o la perspectiva humanista de San Francisco de Asís que deja atrás los temores y acoge la idea del amor. En cuanto a la filosofía, se expanden ahora por toda Europa las ideas de Aristóteles, gracias a la figura, sobre todo, de Santo Tomás de Aquino.

No obstante, los mayores problemas en torno a la fe que ahora surgen son las herejías, para lo que se establece el tribunal de la santa Inquisición; y la defensa del cristianismo a través de las cruzadas.

Pero será la imprenta, el gran invento del siglo XV, lo que supondrá el gran acicate del momento, pudiendo con ella extender la cultura. Aunque la religión incluso aquí seguirá presente, pues fue probablemente la Biblia la primera obra impresa.