3.2. El agua en la Tierra
El agua cubre tres cuartas partes de la superficie de la Tierra. Se puede encontrar en prácticamente cualquier lugar del planeta y en los tres estados de agregación de la materia: sólido, líquido y gaseoso.
El 97 por ciento es agua salada, la cual se encuentra principalmente en los océanos y mares; solo el 3 por ciento de su volumen es dulce. Y de esta última, un 1 % está en estado líquido. El 2 % restante se encuentra en estado sólido en las latitudes próximas a los polos. Fuera de las regiones polares el agua dulce se encuentra principalmente en humedales y, subterráneamente, en acuíferos.
Además, el agua representa entre el 50 y el 90 % de la masa de los seres vivos (aproximadamente el 75 % del cuerpo humano es agua; en el caso de las algas, el porcentaje ronda el 90 %).
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Imagen de USGS en Wikimedia Commons bajo Dominio Público |
El ciclo del agua
El agua se está consumiendo y produciendo constantemente en un ciclo continuo:
Se evapora de la superficie de ríos, lagos y mares (evaporación), y la transpiramos todos los seres vivos. Llega como vapor a la atmósfera en donde, en contacto con el aire, se enfriará y formará nubes (condensación) que posteriormente precipitarán (precipitación), devolviendo así el agua a la superficie terrestre.
El motor de todo este ciclo, el que hace que todo funcione, es el calor del sol.
El agua que cae a los continentes puede quedarse en superficie y correr como aguas sin cauce que se reúnen posteriormente en arroyos, torrentes y ríos y se almacenan, finalmente, en lagos o en océanos, o bien puede infiltrarse en compartimentos subterráneos (filtración).
El destino final de las aguas superficiales está en los océanos.