2.3. Inglaterra: El free cinema

El Free Cinema estuvo muy cercano a las otras corrientes que ya hemos estudiado, el neorrealismo y la Nouvelle Vague, con las que comparte muchas de sus ideas. En Inglaterra el movimiento surgió en torno a u grupo de jóvenes que escribían para la revista Sequence en que realizan una crítica al cine académico que se venía realizando. Imagino que esto ya te suena porque algo parecido pasó en Francia. Estos jóvenes desencantados, que fueron conocidos como los angry young men (jóvenes airados), solicitaron una renovación temática en el cine que refleje la vida real, lo que está ocurriendo en ese momento con una cierta dosis de implicación social.

Así, entre 1956 y 1966, se desarrolla el Free Cinema, también conocido como british social realism, es decir, realismo social británico. La historia parte de un grupo de jóvenes que durante el mes de febrero de 1956 mostraron sus trabajos en el Soho londinense. Entre ellos se encuentran algunos de los nombres claves de la corriente como Lindsay Anderson, Tony Richardson y Karl Reisz. Parten de la tradición documentalista inglesa y no renuncian a la obra de autores más consagrados como Jack Clayton, en especial Un lugar en la cumbre se puede considerar como un antecedente del Free Cinema.

En general podemos advertir bastantes similitudes con el cine francés, seguro que te suenan muchas de estas cosas de las que te vamos a hablar. Por ejemplo buscan hacer un cine basado en la realidad, con bajo presupuesto y medios técnicos que fomenten la libertad, para lo que se prefiere rodar en exteriores. Los personajes son naturales y espontáneos, protagonistas de unas tramas que más que contarnos una historia tienen la necesidad de exteriorizar y expresarse, mostrando una absoluta relación entre la sociedad y el individuo.

Hasta aquí es similar a lo que ya hemos visto en otros países, pero el Free Cinema va a tener también su propia impronta. Entre los exteriores que escogen sobresalen las ciudades apagadas con individuos que aparentan felicidad, procurando un ambiente pragmático y elocuente. Muchos de estos personajes no habían protagonizado hasta entonces ningún cinta, nos referimos al mundo de los trabajadores, los ambientes fabriles y los estratos más populares, pero desde una perspectiva respetuosa valorando la cotidianidad, incluso acercándose al habla popular.

Todo esto de lo que estamos hablando, podemos observarlo en películas como Sábado noche, domingo mañana, de Karel Reisz; El ingenuo salvaje, If , (Palma de oro en Cannes) de Lindsay Anderson; Tom Jones, de Tony Richardson; Qué noche la de aquel día, de Richard Lester.

Sábado noche, domingo por la mañana, Karel Reisz. Imagen de en Wikipedia bajo licencia fair use	If, Lindsay Anderson. Imagen en Wikipedia bajo licencia fair use

El impacto de estos cineastas fue evidente en los siguientes años, no solo en el cine, sino en la cultura en general. La crisis económica y social bajo el gobierno de Margaret Thatcher hizo que esta temática se pusiera de nuevo en boga, así lo atestiguan directores como Ken Loach o Mike Leigh.