1.2. La comedia y el musical: Billy Wilder
Los géneros cinematográficos se establecieron, definieron y ofrecieron piezas magistrales durante estos años dorados de Hollywood, y en este apartado vas a conocer dos de esos grandes géneros que llenaron los cines de todo el mundo: la comedia y el musical.
La comedia clásica termina de gestarse como género con dos grandes títulos: Sucedió una noche, de Capra, y La comedia de la vida, de Howard Hawks, ambas de 1934. Howard Hawks dominó a la perfección todos los géneros pero será recordado por sus deliciosas comedias de enredo en donde aparecen todos los rasgos estilísticos de este tipo de películas: divertidos personajes llenos de humanismo e ingenuidad con los que el espectador se identificaba plenamente, ingeniosos diálogos repletos de juegos de palabras, tramas llenas de confusiones y malentendidos y la omnipresente guerra entre los sexos femenino y masculino siempre manteniendo las formas que dieron lugar a la aparición de parejas cómicas de actores que perduraron durante décadas, como fue el caso de Gary Cooper y Barbara Stanwick en Bola de fuego, Cary Grant y Katharine Hepburn en La fiera de mi niña . Dirigió a Marilyn Monroe en Los caballeros las prefieren rubias, y contó con una de las parejas más icónicas de estos años, la formada por Humphrey Bogart y Lauren Bacall en las películas de cine negro Tener y no tener y El sueño eterno.
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Bacall y Bogart en Tener y no tener Imagen de Liberty Publishing en Wikipedia de Dominio público |
Tracy y Hepburn en La costilla de Adán Imagen en Wikimedia de Dominio público |
Al director Ernst Lubitsch se le considera el padre de la comedia refinada, películas irónicas, sutilmente ambiguas en donde se dice mucho más de lo que aparenta a primera vista, y que desprendían una gran naturalidad y espontaneidad. En el cartel de Ninotchka, su obra cumbre, se podía leer la frase Garbo ríe, en alusión a que el frío temperamento de Greta Garbo se descongelaba en esta comedia y por fin el público podía ver a la gran diva reírse, y de paso reírse con ella, al igual que aun nos reímos con títulos como Ser o no ser y El diablo dijo no. Otro gran director de comedias que supo sacar el máximo partido interpretativo de las divas de la época fue George Cukor, que volvió a contar con Katharine Hepburn y su pareja en la vida real Spencer Tracy en La costilla de Adán, e inmortalizó a Audrey Hepburn en My Fair Lady.

Para saber más
La censura también llegó a Hollywood
Si habías pensado que eso de la censura era algo exclusivo de regímenes totalitarios te equivocas. En el país de los sueños, las oportunidades y el capitalismo también hubo una férrea censura que prohibió que se vieran la gran mayoría de películas que se realizaban en Europa. Se llamo el Código Hays, aunque bien pudo haberse llamado el Código de la ultra conservadora sociedad americana, y estuvo vigente desde 1934 hasta 1967, cuando se introduce la clasificación de los filmes por edades que conocemos hoy día. Este Código Hays era similar al Código de los Cómics, y velaba porque las películas cumplieran unas estrictas normas de decoro, buen gusto y moralidad, prohibiendo cualquier exceso violento, vulgar o de contenido sexual. Por eso todas las películas de este periodo se parecen enormemente.
Pero indudablemente el gran maestro de las comedias fue Billy Wilder, nominado en más de veinte ocasiones y ganador de seis estatuillas. Formado como colaborador de Lubitsch, al que consideraba su gran maestro, Wilder huyó de la Alemania nazi para instalarse en Estado Unidos y comenzar su carrera como guionista. Brillante y versátil, en su dilatada filmografía encontramos películas de cine negro, melodrama y por supuesto comedias, todas ellas impregnadas de su talento, inteligencia e ironía que incluso podemos admirar hasta en su tumba, en donde podemos leer lo siguiente: Soy escritor, pero nadie es perfecto.
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Con faldas y a lo loco Imagen en Wikimedia de Dominio público |
En sus películas los buenos no lo son tanto y los malos a veces nos sorprenden en los giros inesperados de las tramas de sus películas de factura impecable. De su extensa filmografía cabe destacar títulos tan imprescindibles como Perdición, con una soberbia Barbara Stanwyck en el papel de una perversa femme fatale; El crepúsculo de los dioses, que inaugura ese subgénero de cine dentro del cine, donde parodia a la propia industria de Hollywood; Testigo de cargo, basada en la novela de Agatha Christie, clásico film sobre los entramados judiciales; Sabrina, con una espléndida Audrey Hepburn y Con faldas y a lo loco, la comedia por antonomasia, protagonizada por la sensual Marilyn Monroe y Jack Lemmon, que repetirá como protagonista en su obra maestra, El apartamento.
Esta comedia inmortal nos narra la historia de un empleado de una compañía de seguros, soltero y solitario, que presta su apartamento para los escarceos a amoroso de sus superiores, con la esperanza de que esto le sirva para conseguir un ascenso; pero la situación cambia cuando se enamora de una ascensorista interpretada por Shirley MacLaine que resulta ser la amante de unos de sus jefes. Para conquistarla deberá enfrentarse a sus superiores y apostar por ser él mismo. Al igual que Hitchcock, Billy Wilder creaba películas para entretener al público, pues como él mismo afirmó: ...la audiencia nunca se equivoca. Un espectador aislado puede ser un imbécil, pero miles de imbéciles juntos en la oscuridad son un crítico genial.
Y finalmente hay que hablar del género típicamente norteamericano, el musical, que vivió sus años gloriosos en las décadas de los años cuarenta, cincuenta y sesenta, que hizo las delicias de un público que cantaba soñando y que soñaba que cantaba las maravillosas y pegadizas piezas de estas comedias que mostraban el lado más amable de la industria cinematográfica a ritmo de claqué, tal y como demostraron la pareja de baile más famosa de todos los tiempos en películas como Amanda, Sombrero de copa o La Alegre divorciada: Fred Astaire y Ginger Rogers.
El primer gran hito del musical fue El mago de Oz, de Victor Fleming, una obra maestra grabada en Technicolor que catapultó a su protagonista Judy Garland y a su canción Somewhere over the rainbow al firmamento de las estrellas. Vincente Minelli fue el gran director de musicales por excelencia, pareja de Judy Garland y padre de otra protagonista excepcional de musicales, Liza Minelli. entre sus obras cabe destacar títulos inolvidables como Un americano en París y Melodías de Broadway.
Judy Garland cantando Over the rainbow Vídeo alojado en Youtube bajo Licencia estándar |
Gene Kelly en Cantando bajo la lluvia Vídeo alojado en Youtube bajo Licencia estándar |
Pero el musical más emblemático de todos es Cantando bajo la lluvia, dirigida por Stanley Donen y el protagonista, Gene Kelly en 1952. Junto a Kelly, Rita Moreno y Debbie Reynolds completan un reparto de lujo para una gran producción con memorables momentos que pasarán a la historia, como el mítico baile de Gene Kelly por las calles mientras arrecia la lluvia, escena que por cierto no estaba en el guion original y que Kelly grabó con casi cuarenta grados de fiebre. Donen y Kelly ya dirigieron unos años antes otro musical de enorme éxito, Un día en Nueva York, con un Frank Sinatra en todo su esplendor.

Curiosidad
Madre e hija unidas sin que la muerte las separe
Debbie Reynolds fue una de las supervivientes de la Edad de Oro de Hollywood, y fue madre de otra icónica actriz, Carrie Fisher, la eterna princesa Leia de La Guerra de las Galaxias. Muy unidas en vida, Carrie falleció a finales de 2016 y un día más tarde lo hacía su madre. Parece ser que querían seguir muy unidas en el más allá y casi se despidieron a la vez de esta vida.
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Julie Andrews como Mary Poppins Imagen en Wikipedia de Dominio público |
La década de los cincuenta sigue dando grandes títulos como Ha nacido una estrella, Siete novias para siete hermanos o Los caballeros las prefieren rubias, dirigida por Howard Hawks y protagonizada por Marilyn Monroe, que brilló como la gran estrella que fue en números inolvidables como Diamonds are a girl’s best friend, canción versionada hasta la saciedad, como hizo Madonna en su Material Girl.
Antes de comenzar su declive, el musical vive durante los años sesenta sus últimos años felices, con películas como West Side Story, ganadora de diez premios de la Academia, con una argumento que actualizaba la historia de Romeo y Julieta en el Nueva York de esos años con una historia de amor imposible entre líderes de bandas callejearas rivales; Mary Poppins fue otro bombazo en forma de musical donde Julie Andrews nos enseñaba a cantar supercalifragilisticoespialidoso; la actriz repitió como protagonista de otro título imprescindible dentro del género musical, Sonrisas y Lágrimas, que narra la historia de una familia y su institutriz novicia recién salida del convento ambientada en los años de la II Guerra Mundial.

Importante
Las comedias clásicas crearon personajes divertidos y algo ingenuos que fueron muy queridos por el público, que disfrutó de sus diálogos ingeniosos, sus tramas de enredos y la guerra de sexos que mantenían los actores y actrices protagonistas. Lubitsch fue el padre de la comedia sofisticada con títulos como Ninotchka o Ser o no ser. Hawks dirigió La fiera de mi niña y Bola de fuego, y el gran maestro de las comedias Billy Wilder creó títulos como Con faldas y a lo loco y El Apartamento.
Los musicales fueron un éxito rotundo de taquilla, con eternas películas como El mago de Oz, Un americano en París dirigida por Vincente Minelli, Cantando bajo la lluvia con el memorable número musical de Gene Kelly, y las protagonizadas por Julie Andrews como Mary Poppins o Sonrisas y Lágrimas.
