1.1. Las primeras impresiones
La primera impresión es la que cuenta...
Ya hemos dicho que nuestra cognición social se basa en los aprendizajes adquiridos en el grupo, pero lo que aun no sabíamos es que estos se llaman “esquemas” y sirven para ordenar la realidad, ya que los utilizamos para entender mejor las experiencias sociales que tenemos. Una de las experiencias sociales más frecuente es la de conocer a alguien, cuando no conocemos a una persona y la vemos por primera vez, atendemos a cuestiones como: la forma de vestir, su estado físico, su pelo, su actitud corporal, su higiene personal, etc. Y a estos le aplicamos los esquemas que conocemos como, por ejemplo, relacionar el olor a sudor con la falta de higiene o usar determinadas marcas de ropa con un status social alto.
Hemos dicho que los esquemas ordenan la realidad, esto es organizar por categorías, es decir, identificar un elemento con un grupo al poseer unas cualidades determinadas. Así, al conocer a una persona que huela a sudor y tenga la ropa desaliñada, pensaremos que no se lava y la asociaremos con falta de higiene, mugre y abandono, además, supondremos que en otros aspectos de su vida será igual, por lo que el resultado final será una mala impresión y no nos querremos acercar a ella. El problema de categorizar es generalizar y esto nos puede llevar a errar en nuestros juicios, puesto que quizás, la razón por la que una persona pueda tener ese aspecto es que ha tenido un problema con el coche y haya tenido que andar al sol varios kilómetros. O bien, que es médico y al salir de su trabajo presenció un accidente de tráfico y ha estado atendiendo a las víctimas hasta que han llegado más servicios médicos. Por ello, debemos de tener cuidado con ellas.
El problema de las primeras impresiones es que son las que perduran y siempre mediremos a la persona y sus actos a partir de esta. Las primeras impresiones son necesarias como herramientas sociales, ya que los esquemas nos ayudan a adaptarnos a los entornos. El problema está en que estos solo ayudan en un primer momento, luego se convierten en un estorbo porque no son capaces de ir más allá de la superficie de la situación, además, en muchas ocasiones se basa en prejuicios y estereotipos.

Curiosidad
¿Recordáis el experimento del observador apático de Zimbardo que vimos en el primer tema? Ahora podéis aplicarle, además, lo que ya sabéis sobre las primeras impresiones y entender mejor las reacciones de los transeúntes.
¡Seguro que ahora soys capaces de interpretar mejor el vídeo!

Importante
- Nuestra cognición social se basa en los aprendizajes adquiridos en el grupo, estos se llaman “esquemas”.
Los esquemas sirven para ordenar la realidad (esto es organizar por categorías) y los utilizamos para entender mejor las experiencias sociales que tenemos, como conocer a alguien y tener una “primera impresión” de esa persona. - El problema de las primeras impresiones es que son las que perduran en el tiempo y siempre mediremos a la persona, y sus actos, a partir de esta.
- Las primeras impresiones son necesarias como herramientas sociales, ya que los esquemas nos ayudan a adaptarnos a los entornos. El problema está en que estos solo ayudan en un primer momento, luego se convierten en un estorbo porque no son capaces de ir más allá de la superficie de la situación.