Resumen

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Fondo de vaso griego que representa una caricatura de Esopo junto a una zorra

Esopo y la zorra
Imagen en Wikimedia. Licencia Arte Libre

Desde siempre se han transmitido oralmente historias que relataban hazañas sobrehumanas, amores imposibles y cuentos moralizantes que contribuían a la educación de la sociedad; paulatinamente la memoria popular fijó estas narraciones en fábulas que ilustraban el carácter de los hombres. Con el tiempo se acrecentó el carácter alegórico y la brevedad para reflejar sencillamente la sabiduría práctica de la vida corriente.

La fábula utiliza con frecuencia animales u objetos a los que se dota de voz, pensamiento e intenciones propias de los seres humanos, también aparecen en ellas dioses, humanos y hasta plantas; pero todos hablan y actúan para darnos una lección de conducta. Esta humanización de los personajes, que están dotados de λόγος, favorece el contacto con el mundo real y con las ideas morales del pueblo. No existen en la fábula altos ideales, sino virtud social, es decir, consejos para sacar provecho propio y alcanzar una vida agradable: previsión, prudencia, habilidad y beneficio, aun a costa del prójimo.

Se cuenta de Esopo que era un esclavo de origen frigio de extremada fealdad que obtuvo de Isis el don de contar historias. Sus fábulas se difundieron largo tiempo por medio de la tradición oral. Demetrio Falereo fue el primero en recopilarlas en el siglo III a.n.e.; Fedro, esclavo griego de Augusto, las vertió al latín y fijó las característica de la fábula: provocar la sonrisa y dar una útil norma de conducta.

Las fábulas son sencillas; la acción es única y simple, sin detalles que puedan distraer la atención; el mensaje o moraleja es también unívoco y se deriva de forma directa de la narración. Los personajes no humanos se eligen en función de sus características naturales y de las cualidades que la convención les atribuye: el zorro es astuto, la liebre tímida, el león fiero, el lobo cruel, el buey fuerte, el asno paciente... Estos rasgos se utilizan para retratar las virtudes y los defectos de los seres humanos. La visión social que nos da la fábula es de un absoluto pesimismo: lo natural es que el más fuerte devore o aplaste al débil, que el más inteligente engañe al más tonto. La ley del más fuerte es contraria al ideal de justicia igualitaria y promueve el engaño, único medio de burlar esta ley natural o social.

En resumen, en la fábula se plantea un conflicto simple entre la fuerza, fija, y la inteligencia, que se puede manipular y utilizar según la necesidad, único factor que puede hacer que el débil triunfe sobre el fuerte.

No todas las fábulas transimitidas como de Esopo son suyas; algunas son anteriores a él y se encuentran ya en autores como Hesíodo o Esquilo, como “El halcón y el ruiseñor” que abre Los trabajos y los días de Hesíodo; y muchas otras, posteriores.

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ORACIONES SUBORDINADAS SUSTANTIVAS

También se conocen como oraciones completivas; cumplen las funciones propias del sustantivo (sujeto, complemento directo, aposición y algunos otros complementos).

1. oraciones de infinitivo: verbos que expresan entendimiento: νομίζω, “considerar”; lengua: λέγω, “decir”; voluntad: ἐθέλω, “querer”; y alguno verbos y expresiones impersonales: δεῖ, “es preciso”, χρή, "es preciso"; αἰσχρόν ἐστι ("es vergonzoso"), δῆλόν ἐστι ("es evidente").

  • infinitivo concertado: ὁ ἀνὴρ βαδίζειν ἐθέλει, “el hombre quiere pasear”, el infinitivo es el CD del verbo principal; el sujeto lo es del verbo principal y del infinitivo.

Si el verbo en infinitivo es transitivo, lleva un complemento directo en acusativo:
ἡ νεᾶνις ἐζήτει βλέπειν ἐραστήν, “la joven quería ver a su amante”.

  • infinitivo no concertado: ἡ νεᾶνις ἐθέλει τὸν ἐραστὴν βαδίζειν; un sintagma en acusativo, τὸν ἐραστήν, es el sujeto del infinitivo βαδίζειν y no coincide con el del verbo principal.

Cuando es el infinitivo del verbo copulativo, tanto el sujeto como el atributo se expresan en acusativo: ἡ νεᾶνις ἐθέλει τὸν ἐραστὴν νέον εἶναι, “la joven quiere que su amante sea joven”.

Es igual con verbos y expresiones impersonales, pero la función del infinitivo es la de sujeto: χρὴ τὴν ἀλήθειαν αἰεὶ λέγειν, “es preciso decir siempre la verdad”.

2. subordinadas con conjunción: ὅτι, ὡς (introduce cierto matiz subjetivo): verbos de “lengua” y “entendimiento” (las subordinadas desempeñan la función de CD y llevan el verbo en indicativo:

ὁ Πλάτων λέγει ὅτι ἡ ψυχὴ ἐστιν ἀθὰνατον, "Platón dice que el alma es inmortal"

3. verbos de temor: μή y μή οὐ y subjuntivo (u optativo oblicuo).

  •   no se quiere que ocurra lo temido, μή: φοβοῦμαι μὴ ἔλθῃ, “temo que venga”.
  • sí se desea que suceda lo que se teme, μή οὐ: φοβοῦμαι μή οὐ ἔλθῃ, “temo que no venga”.

4. interrogativas indirectas: indicativo, pero si el verbo principal está en pasado, el subordinado puede expresarse en optativo oblicuo.

  •   parciales: pronombres, adjetivos o adverbios interrogativos: ἐρωτῶ τίς ἔρχεται, “pregunto quién viene”.
  • totales: conjunción interrogativa εἰ, “si”: οὐκ οἶδα εἰ ἔρχεται, “no sé si viene”.
  • dobles: disyunción: “si... o...”: εἰ o πότερον en el primer miembro y ἤ en el segundo; εἴτε en ambos: οὐκ οἶδα εἰ ἀπέρχεται ἢ μένει, “no sé si se va o se queda”

5. conjunción ὅπως: verbos de preocupación o esfuerzo y futuro de indicativo (u optativo oblicuo); negación es μή.

οἱ ἄρχοντες ἐπιμελοῦνται ὅπως οἱ πολίται εἰρήνην ἕξουσιν, “los arcontes se preocupan de que los ciudadanos tengan paz”.

6. construcción con participio: verbos de percepción, conocimiento y los que significan “mostrar”, “anunciar”: οἶδα θνητὸς ὤν, “sé que soy mortal”.

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FABULISTAS MODERNOS

Ilustración de la fábula la cigarra y la hormiga

La cigarra y la hormiga. Sello de Hungría
Imagen en Wikimedia. Dominio público

Las características fundamentales de la fábula no han variado: los protagonistan son animales, prototipos de una virtud o un defecto que dan pequeñas lecciones. Las fábulas de los siglos XVII y XVIII son más largas y elaboradas, pero su contenido es muy parecido.

Fedro tradujo al latín muchas de las fábulas de Esopo; y escribió otras tras la observación de la sociedad romana.

Babrio, de origen romano, escribió en griego fábulas a fines del siglo I n.e.

Jean de La Fontaine es uno de los poetas franceses del XVII más leídos; algunas de sus fábulas tienen cientos de versos.

Félix María Samaniego versificó las fábulas en el siglo XVIII; imita a Esopo, Fedro y La Fontaine e introduce críticas veladas contra personajes y costumbres de la época. Tomás de Iriarte le disputó la primacía en lengua castellana.