2.2. Los elementos estructurales y decorativos de la arquitectura románica

No podemos abordar aquí todos los elementos estructurales y decorativos de la arquitectura románica entre otras cosas porque sería un error separar la arquitectura de la pintura y de la escultura. En este sentido, mejor que hablar de elementos decorativos sería preciso referirse a los elementos simbólicos, pues el concepto de ‘decoración’ no encaja sino con calzador al hablar del arte románico, pues no se trata de algo añadido, sino más bien del texto que acompaña al edificio. Pensemos, por ejemplo, en la integración del cuadrado y el círculo: la Tierra y el Cielo se unen mediante la cruz; es el homo quadratus (de paso, esto debería hacernos revisar cierta imagen del románico como exclusivamente teocéntrico).

Las iglesias románicas tienen planta de cruz latina y, por lo general, se encuentran orientadas (la cabecera de la iglesia, porque la entrada principal suele estar en el oeste) hacia el este, porque ex Oriente lux, y la luz es símbolo de Cristo. La cabecera, que suele tener ábside, está ocupada por el presbiterio, es decir, la zona que ocupan los clérigos (obispo, sacerdote, diácono). Bajo la cabecera puede encontrarse una cripta (del griego kriptós, ‘oculto’) donde podía encontrarse la tumba de un santo o de un personaje relevante (obispo, abad, señor). Detrás del ábside podía elevarse una girola (sobre todo en las iglesias de peregrinación) con absidiolos.

Planta de cruz latina, Catedral de Santiago de Compostela

Planta de cruz latina, Catedral de Santiago de Compostela.
Imagen de José-Manuel Benito en Wikimedia Commons.  Dominio público.

Si constaban de varias naves, las laterales eran de menor altura que la central con la finalidad de permitir el paso de la luz. El brazo corto de la cruz, el transepto, tiene la misma altura que la nave principal. El crucero es el cuadrado que forman las naves al cruzarse. A veces en el crucero se puede encontrar una torre, un cimborrio o una cúpula cuya finalidad es la de proveer de luz a la iglesia (por ejemplo, Zamora).

En los pies de la iglesia podemos encontrar un atrio cuya finalidad es delimitar los espacios (el sagrado del profano) y un pórtico con diversas finalidades. Las torres insertadas en la fachada, en el crucero o incluso exentas) eran  para el campanario (la campana marca el ritmo de la vida e informa). La planta de las torres por lo general es circular o cuadrada, pero debe recordarse que en ocasiones las torres de las iglesias tenían una función militar.

Los muros son el principal elemento de sustentación. Suelen ser de piedra (sillares, sillarejo); para aguantar el peso de la bóveda, deben hacerse muy gruesos. No se debilitan con grandes ventanales (esto hace oscuras las construcciones románicas) y, además, se le añaden estribos (contrafuertes) para dar solidez al muro, evitando que los muros se abran, a la vez que dotan a la edificación de ritmo. 

Las columnas son cilíndricas y no guardan las proporciones clásicas. Las características comunes suelen ser: basa sobre plinto, fuste listo y en el capitel encontramos decoración vegetal, geométrica, fantástica, erótica… Los pilares, en cambio, adoptan la forma de cruz (cruciformes), aunque también pueden ser cuadrados. En este caso se les adosan columnas, generando una planta diferente.

Los arcos son de medio punto, a veces doblados (dos arcos, uno dentro de otro), que incluso pueden llegar a abocinarse para adaptarse al grosor del muro. Hay arcos formeros, que se elevan entre los pilares o columnas que separan las naves; arcos fajones, que se usan para reforzar la bóveda.

Arco de medio punto.

Arco de medio punto.
Imagen en Wikipedia. Licencia CC

Como ya hemos dicho, las cubiertas, que al principio eran de madera, acabaron haciéndose de piedra. El peso enorme es sujetado por los muros y contrafuertes. La bóveda tradicional del románico es la de cañón (especialmente en las naves centrales, porque generan un impulso visual que dirige directamente a la cabecera); la bóveda de aristas se utilizó sobre todo en las naves laterales al igual que la bóveda de cuarto de cañón, sobre todo si había tribuna; la bóveda de cascarón, horno o semicúpula, que se usó sobre todo para cubrir el ábside. Las bóvedas del crucero podían ser diferentes y pueden levantarse sobre trompas o pechinas (como las cúpulas).

Bóveda de cañón. Bóveda de arista.

Bóveda de cañón. 
Imagen de Diego Delso en Wikipedia. Licencia CC 

Bóveda de arista. 
Imagen de Camster2 en Wikipedia. Licencia CC

Evidentemente, la nave central es la más elevada y la más ancha. En algunas iglesias (catedrales) se elevaban tribunas sobre las naves laterales y, pegados al muro, los ventanales. Sin embargo, el elemento sobre el que la iluminación es más fuerte es el ábside ya que sobre él se encontraba el altar, al que todos los fieles (y todo lo que hay en la iglesia) mira. Además, es en el ábside donde se encuentran más elementos didácticos (decorativos) ya sean de pintura o de escultura. Antes hemos hecho referencia a la integración del círculo y del cuadrado, cosa que ocurre en el crucero. Simbólicamente, la iglesia representa a Cristo.

Sin duda, encontramos un simbolismo de ascensión en las iglesias, pues suelen estar construidas en el lugar más alto. A veces se hace necesaria una escalinata para acceder a ellas. Las portadas—lugar por el que se accede al Cielo—suelen estar muy decoradas y el número de portadas suele corresponderse con el número de naves.

Las portadas románicas tienen el tímpano semicircular, a veces con parteluz (mainel), jambas abocinadas. El tímpano se decora profusamente (de una manera que hoy incluso puede parecernos confusa, pero casa elemento tiene su sentido y los números se repiten: cuatro, siete, setenta y dos…). En la portada central suele haber un rosetón, elemento de orientación (estrella). En la cabecera encontramos los ábsides (siempre impares) y absidiolos en los que predominan las formas curvas. Los muros se adornan con canales, arcos ciegos y columnillas.

 Tímpano de Santa Fe de Conques.

 Tímpano de Santa Fe de Conques.
Imagen de Jean-Pol GRANDMONT en Wikipedia. Licencia CC

Desde el exterior, un edificio románico es pesado (por eso en ocasiones el exterior aparece decorado con arcos ciegos y otros elementos decorativos (bandas con diversas formas: entrelazadas, ajedrezadas, etc.). Le agua se aleja del muro, para evitar su desgaste, por medio de gárgolas (desagües) con formas monstruosas. 

Importante

  • Los elementos decorativos son considerados el texto que acompaña al edificio. 
  • Las iglesias románica generalmente son de plantas de cruz latina, con ábside en dirección este.
  • El brazo corto de la cruz era el transepto. Este brazo y el largo se cruzaban en el crucero.
  • Los muros son el principal elemento de sustentación, también ayudan las columnas y los pilares
  • Los arcos de medio punto son uno de los elementos más importantes de la arquitectura románica.
  • La bóveda tradicional es la de cañón y la de crucería para las naves laterales.
  • Las portadas son el lugar más simbólico: tímpano, parteluz y rosetón se llenan de decoración. 

Comprueba lo aprendido

Di si las siguientes afirmaciones son verdaderas (V) o falsas (F)

Pregunta 1

Los elementos decorativos son considerados el texto que acompaña el edificio.

Pregunta 2

Las iglesias románicas tienen planta de cruz griega.

Pregunta 3

Las columnas son el principal elemento de sustentación.