1.2. Las órdenes religiosas

En este contexto las órdenes religiosas desempeñarán un papel fundamental, pues no sólo eran entendidas como la encarnación del cristianismo ideal, sino que serán las que nutran de funcionarios a las incipientes cortes europeas. El monocato nació en la parte oriental del Imperio Romano hacia el siglo IV. Se buscaba la vida auténticamente cristiana una vez que oficialmente el Imperio se había hecho cristiano. Al principio sólo eran eremitas (solitarios), que se fueron agrupando hasta ponerse bajo la autoridad de un abad (padre) y acabaron haciendo vida en común. En Occidente el espíritu monástico penetra con lenti­tud. Nacen comunidades más organizadas en las que lo jurídico desempeña un importante papel. San Jerónimo (347?-419), pero, sobre todo, Benito de Nursia (480?-547?) introducen en Occidente la vida monástica, que se caracte­riza por el primado de lo cultural y litúrgico. Importan­cia fundamental para el futuro del monacato y de Europa tuvo la regla de san Benito:

  • insiste en la estabilidad: los monjes deben permane­cer de por vida en un monasterio;
  • el papel del abad queda destacado por su doble fun­ción de maestro espiritual y jefe del monas­terio. El cargo de abad es vitalicio, pero el abad es elegi­do entre los monjes, que le deben obediencia;
  • las virtudes del monje son: estabilidad, obe­diencia y humildad;
  • la regla rechaza las exageraciones orientales en materia de comida y vestido; los monjes deben vivir pobre y humildemente, pero con dignidad;
  • ora et labora (reza y trabaja) es el lema be­nedicti­no. La jornada del monje se reparte entre la oración, la liturgia, la lectura, la medita­ción de la Escritura y el trabajo manual.

Al caer el Imperio de Occidente los benedictinos preservaron la herencia clásica (la impagable labor de los copistas; pero, además, los benedictinos roturaron nuevas tierras y en torno a sus monasterios surgirán nuevas ciudades. De esta manera los monasterios acabarán convirtiéndose en centros de vida cultura y religiosa. Lógicamente, se vieron afectados por la evolución económica: el feudalismo dejó en ellos sus huellas, pues los señores fundadores de alguna abadía o monasterio acaban imponiendo a sus segundones como abades. Sin embargo, en el 910 se fundó la Abadía de Cluny, y se hizo bajo un principio antifeudal: libre elec­ción del abad, indepen­den­cia respecto a los príncipes y a los obis­pos. Cluny afirmó su dependenciaMapa de monasterios directa del papa. El movimiento cluniacense se exten­de­rá rá­pida­men­te por toda Europa y llegará a re­unir a más de cincuenta mil mon­jes, un verdade­ro ejér­cito espiri­tual y cul­tural repartido por toda Europa (a lo que, además, deben sumarse las pose­sio­nes de Clu­ny). El abad, bajo cuya autoridad están todos los mo­naste­rios de la or­den, era una persona de una excepcional im­portan­cia cuyo poder, en ocasio­nes, fue mayor que el del emperador o el papa. Cluny puso el acento en la liturgia y en la oración perpe­tua, pero a costa del traba­jo intelec­tual y manual. Además, Cluny difundió por toda Europa el arte románico.

Hay una serie de elementos en los monasterios que es necesario conocer para comprender el románico:

  • El coro, que es la parte de la iglesia en la que los monjes rezan las horas (maitines, laudes, vísperas…); por lo general se sitúa en la cabecera de la iglesia y posee una sillería (de piedra, como la primera de la catedral de Santiago, o madera) en la que los monjes se sentaban. La misericordia es un saliente en la parte ingerior de la silla sobre la que los monjes se apoyaban después de pedir la misericordia al abad.
  • El facistol es un gran atril sobre el que se colocaban los libros (muy grandes para poder ser vistos desde cierta distancia) para rezar. Solían estar acompañados del tetragrama para el canto.
  • El claustro, patio al aire libre cerrado por galerías. Servía para ir de un lugar a otro del monasterios (estaba cubierto) o para pasear. Cuando los monasterios crecían, se añadía una galería superior.
  • La sala capitular, el lugar en el que la comunidad de monjes se reunía.
  • El refectorio, la sala para comer.
  • La biblioteca, donde se guardaban los libros, pero donde también se copiaban e iluminaban los manuscritos.
  • Otros estancias: almacenes (cillas), la celda (habitación) del abad, los dormitorios de los monjes (muchas veces corridos), el noviciado, la botica, las cocinas, la hospedería (pare recibir a los visitantes)… Además, estaban la huerta, talleres, molinos, etc.

Abadía de Cluny, Francia.

 Abadía de Cluny, Francia. 
Imagen de Jan Sokol  en Wikimedia Commons. Licencia CC

Importante

  • Las órdenes religiosas desempeñan un papel fundamental.
  • San Jerónimo (347?-419), pero, sobre todo, Benito de Nursia (480?-547?) introducen en Occidente la vida monástica.
  • La regla más importante en Europa fue la de San Benito. El lema benedictino principal era ora et labora
  • En torno a sus monasterios surgirán nuevas ciudades.
  • Cluny difundió por toda Europa el arte románico.

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El coro, que es la parte de la iglesia en la que los monjes rezan las horas (maitines, laudes, vísperas…); por lo general se sitúa en la cabecera de la iglesia y posee una sillería (de piedra, como la primera de la catedral de Santiago, o madera) en la que los monjes se sentaban. La misericordia es un saliente en la parte ingerior de la silla sobre la que los monjes se apoyaban después de pedir la misericordia al abad.

El es un gran atril sobre el que se colocaban los libros (muy grandes para poder ser vistos desde cierta distancia) para rezar. Solían estar acompañados del tetragrama para el canto.

El , patio al aire libre cerrado por galerías. Servía para ir de un lugar a otro del monasterios (estaba cubierto) o para pasear. Cuando los monasterios crecían, se añadía una galería superior.

La , el lugar en el que la comunidad de monjes se reunía.

El , la sala para comer.

La , donde se guardaban los libros, pero donde también se copiaban e iluminaban los manuscritos.

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